El dolor “es un proceso natural” de la vida: Mario Huamán Sialer

El sufrimiento humano desde la perspectiva de la Terapia de Aceptación y Compromiso

El dolor es parte de la vida de los humanos, en algún momento llegaremos a perder a algún ser querido, o probablemente estaremos expuestos al desempleo, o bien, niños y adolescentes vivirán expuestos a los cambios naturales de su propio desarrollo, todo ello implica exposición al dolor, consideró Mario Huamán Sialer, del Centro de Investigación, Tratamiento y Enseñanza.

El especialista, egresado de la Maestría en Psicología con Residencia en Psicología de las Adicciones de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, indicó que “ese es un proceso natural, pero cuando aparece nuestra capacidad de simbolizar y amplificar ese dolor podemos hablar del sufrimiento, ahí es cuando aparece la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT por sus siglas en inglés, Acceptance and Commitment Therapy), o cualquier otra propuesta que tenga evidencia para el abordaje de estos problemas”.

También existen eventos o variables contextuales mucho más grandes que escapan a nuestro control, como situaciones socioeconómicas o falta de acceso a oportunidades, “esas condiciones estructurales relacionadas con la forma de organización de nuestras sociedades, sobre todo en Latinoamérica.

Mencionó que quizá muchas de las veces experimentamos dificultades en nuestros contextos las cuales, evidentemente y de manera esperado, nos llevarán a experimentar sufrimiento, “¿pero cuántas veces este dolor es magnificado o amplificado por la forma en que interactuamos con el lenguaje?”

Destacó que el lenguaje es protagonista en todo esto que llamamos rumiar o sobrepensar, es decir, explica por qué aparece este sufrimiento humano. “El lenguaje entendido como la capacidad que tenemos las personas de simbolizar todo aquello que transcurre la mente, siendo ésta una metáfora del lenguaje”

Explicó que desde la perspectiva de ACT el sufrimiento humano surge de procesos psicológicos normales, contrario a lo que podría proponerse desde una perspectiva médica en el sentido de la patología como algo normal, entonces, deriva de procesos psicológicos, en especial de aquellos en los que está implicado el lenguaje.

Detrás de la propuesta terapéutica de la terapia de aceptación y compromiso, está la ciencia conductual contextual, esto asentado en función de estudios experimentales y derivado de una propuesta filosófica que es el contextualismo funcional, apuntó.

“Los terapeutas buscamos entrenar a las personas que recurren a solicitarnos ayuda en esto que llamamos flexibilidad psicológica, no buscamos eliminar o controlar nada, sino que estamos entrenando formas de actuar que sean flexibles, reconociendo que esto es comprensible y válido dada la historia de la propia persona”.

Puntualizó que el en flexibilidad psicológica consiste básicamente en establecer un lenguaje común; los seres humanos vivimos en dos mundos, el de la experiencia externa, es decir donde contactamos con la realidad a la que podemos acceder a través de los cinco sentidos, y el mundo de la experiencia interna, relacionada con nuestras conductas privadas, todo lo que podemos llamar mente, pensamientos impulsos, memorias, sensaciones y emociones.

Comentó que “el pilar fundamental del trabajo de los terapeutas es entrenar a la persona con la que estamos interactuando y notar diferencias, incluso ser conscientes de la diferencia entre hacer esto porque me acerca a la persona que deseo ser o porque quiero escapar de la sensación de estar solo. Notar esta diferencia es como arar el terreno para plantar otras semillas y acercarnos a construir esa vida que idealmente queremos”.

En ese sentido, expuso que se trata de un entrenamiento en flexibilidad psicológica “y lo que queremos es que nuestros consultantes sean capaces de discriminar, notar las diferencias entre las experiencias de los cinco sentidos y las mentales, la segunda discriminación que queremos fomentar es notar diferencias entre movimientos de aproximación a lo que es importante en nuestras vidas y movimientos de alejamiento de aquellas experiencias internas indeseadas”.

Recalcó que el dolor es natural, el sufrimiento es algo sobre lo que podemos trabajar y el lenguaje está altamente relacionado con ese sufrimiento o puede explicar por qué aparece, contrario a lo que proponen otras propuestas terapéuticas.

“Los terapeutas no pretendemos modificar los pensamientos o emociones de los consultantes, sino mostrarles formas de entrenamiento flexibles que, aun cuando aparezcan estos pensamientos o sensaciones desagradables, aprendan a vivir con su ansiedad y aun con ello puedan moverse en la dirección que les sea valiosa”, finalizó.

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