El suicidio en México ha aumentado de manera considerable, asociado a una creciente violencia y a sentimientos de frustración, impotencia y desesperanza, explicó Paulina Arenas Landgrave, profesora de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.
“La falta de habilidades ante los retos que se presentan a las personas, y no les permiten lograr lo que ellos quieren, está muy vinculada con este sentimiento de malestar, de desesperanza, que genera sufrimiento emocional”, señaló.
Dijo que el comportamiento suicida es muy complejo y se ha presentado a lo largo de la historia de la humanidad. Desde la psicología clínica es una conducta que se genera debido al enorme sufrimiento emocional que está viviendo una persona en relación con un contexto específico.
“Se puede manifestar con sentimientos de mucha frustración, hartazgo, fastidio, enojo, desesperanza, tristeza profunda y pérdida del sentido de la vida”, mencionó.
En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se conmemoró este 10 de septiembre, la académica agregó que se trata de un fenómeno social en donde tiene que ver lo que le está ocurriendo a la persona a nivel interno, pero también el contexto social.
“Lo que lleva a alguien a sentirse con ganas de quitarse la vida tiene que ver con el contexto en que está viviendo, cuando le genera un alto nivel de sufrimiento emocional. Influyen en el individuo: la pareja, amigos, familia y la sociedad en conjunto”, señaló.
También participan factores como diversos tipos de violencia, el consumo de sustancias tóxicas, enfermedades con dolor crónico y problemas de salud mental como depresión, ansiedad, bipolaridad, alteraciones de personalidad y psicosis.
La psicóloga añadió que, según datos de la Secretaría de Salud (SS) y el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) en nuestro país el suicidio aumentó 435 por ciento en los últimos 20 años; es decir, entre 1990 y 2021, afectando principalmente a los jóvenes.
“Además, es la cuarta causa de fallecimiento entre el grupo de 10 a 14 años, lo que es muy preocupante”, indicó.
Detalló que este incremento ha sido notable entre la comunidad universitaria que se atiende en la FP y otras instancias de la UNAM. “Lo hemos identificado sobre todo en la ideación suicida, y en las consultas es frecuente que, con el nivel de malestar que tienen, se lleguen a presentar estos sentimientos de muerte”.
La especialista consideró que el mundo de las redes sociales muestra que no hay un adecuado manejo de nuestras habilidades sociales, que no se han desarrollado a la par de las tecnológicas.
“El impacto de las redes sociales está muy vinculado con las habilidades que tenemos para manejarnos dentro de las redes. Por ejemplo, si yo estoy pendiente de que pongan like porque me genera un estado de bienestar, y más bien tengo comentarios negativos, claro que esto tiene un efecto importante en mi estado emocional”, explicó.
La efeméride
Sobre el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, Arenas Landgrave consideró que se trata de una efeméride relevante para crear conciencia de este problema. “Una de las graves barreras es el estigma a la salud mental; es lo que impide a las personas ir al psicólogo o al psiquiatra. Lo más importante de un día para la prevención del suicidio es generar conciencia de nuestra salud mental”, subrayó.
Indicó que sólo cuidando nuestra salud mental podemos prevenir, entre otras conductas de riesgo, el comportamiento suicida. “Cuando identificamos este nivel de malestar y sufrimiento, así como la expresión del deseo de morir, lejos de considerar que la persona está diciendo tonterías o no hacerle caso, hay que acercarnos al individuo y ser sensibles al dolor que está expresando”, finalizó.
El objetivo de la efeméride es centrar la atención en el problema, reducir el estigma asociado a él y crear conciencia entre las organizaciones, gobiernos y sociedad civil, dando el mensaje de que el suicidio puede prevenirse.