El teatro, espacio público de discusión

El teatro desempeñó un papel fundamental en la educación y en la vida política del pueblo griego a mediados del siglo V antes de nuestra era. Thomas Ostermeier vuelve a las raíces teatrales con su adaptación de la obra Un enemigo del pueblo, al propiciar un espacio donde los ciudadanos discuten sobre los principales problemas de una sociedad.

“Es una representación que trata de girar la mirada (del espectador) hacia sucesos sociales como la confianza en la democracia y el desastre ecológico”, comentó el director de escena alemán durante la conferencia magistral que dictó en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón.

La pieza fue escrita originalmente por el dramaturgo noruego Henrik Ibsen. La trama narra la historia del doctor Thomas Stockmann, quien descubre que el agua del balneario principal de su comunidad está contaminada, por lo que hará hasta lo imposible para advertir acerca del peligro en el que se encuentra la población.

Sin embargo, se enfrenta con varios obstáculos que complican la consumación de su meta, pues el balneario es muy importante en la economía local. De modo que tendrá que luchar con los sectores más poderosos de la comunidad, incluyendo a su hermano, quien es el alcalde.

Ostermeier permite que el público se transforme en el protagonista de la representación, porque realiza un giro radical al abrir el micrófono para que los asistentes expresen sus dudas, inquietudes y pensamientos, fomentando de este modo un diálogo entre ellos y los actores sobre qué es lo más deseable: si el bien común o el bien de unos cuantos.

“Nuestra esperanza era que en algún momento el debate se avivara tanto que la gente pudiera subir al escenario y posibilitara que nosotros nos fuéramos”, explicó el dramaturgo.

Cuatro videos

Durante la conferencia se proyectaron cuatro videos en los que se muestran las discusiones y reacciones del público que ha visto esta puesta en escena en diferentes países del mundo.

El director de la prestigiada Schaubühne de Berlín expuso que estos videos son parte de un proyecto que busca convertirse en una película que lleve por título Maping Democracy, en la que se establezca una reflexión sobre uno de los principales problemas contemporáneos como lo es el cambio climático. “Me interesa esta situación, que es una crisis doble hacia la confianza en la democracia y el desastre de la catástrofe ecológica”, añadió.

Además, Ostermeier expresó que al presenciar estas discusiones generadas a partir del montaje, pudo conocer mucho sobre el contexto político y social de cada nación que visitó. Así fue en el caso de China, en el que la representación fue censurada luego de ver las reacciones que causaba en el público.

Con Un enemigo del pueblo el alemán logra convertir el teatro en un espacio político en el que diferentes voces conviven para discutir sobre la dirección adecuada del bien común para la humanidad.