Se realizó la Tercera Escuela sobre este tema
El tránsito al cómputo cuántico debe hacerse con sentido social
Las tecnologías deben servir para cerrar las brechas de desigualdades socioeconómicas que existen en los ámbitos nacional y global: William Lee
La tecnología se ha vuelto más compleja, pero sobre todo distante de la comunidad usuaria. Esta desconexión presenta riesgos muy serios para el funcionamiento de la sociedad, porque todos dependemos de tecnologías que están fundadas en la mecánica cuántica y sus aplicaciones, consideró William Lee Alardín, coordinador de Relaciones y Asuntos Internacionales (CRAI) de la UNAM.
El investigador del Instituto de Astronomía y doctor en Física por la Universidad de Wisconsin, Madison, mencionó: “Debemos ayudar a resolver algunos de los problemas más complicados que tenemos como sociedad, que vienen de una desconexión, cada vez más grande y que ya tiene varios años, entre lo que las personas perciben como la utilidad de la tecnología y el conocimiento que tienen de ésta”.
Al poner en marcha la Tercera Escuela de Cómputo Cuántico de la UNAM, con sede en el Instituto de Matemáticas (IM), el excoordinador de la Investigación Científica (CIC) pidió a los asistentes del curso –estudiantes, académicos y egresados relacionados con carreras afines a ciencias e ingenierías– lo siguiente:
“En la medida que sea posible, piensen en las consecuencias éticas y sociales de lo que implica el uso y el desarrollo de estas tecnologías en beneficio de la sociedad; queremos que éstas sirvan para cerrar las brechas de desigualdades socioeconómicas que existen en los ámbitos nacional y global, y no para reforzarlas”.
Por último, Lee Alardín, indicó que se requiere cerrar la conversación entre lo que generamos y cómo lo estamos usando. “Esto no es nuevo, Carl Sagan había dicho que dependemos cada vez más de tecnología que no entendemos, y eso es una bomba social”.
Área estratégica
En el Auditorio Alfonso Nápoles Gándara del IM, José Manuel Saniger Blesa, secretario de Investigación y Desarrollo de la CIC, en representación de María Soledad Funes Argüello, coordinadora de la Investigación Científica, refrendó que ésta es un área de conocimiento estratégica y transversal.
“Es y será un salto cuántico, en el sentido de pasar de supercómputo al cómputo cuántico, en términos de innovación, y de contar con herramientas que nos van a cambiar el alcance de todas las tecnologías, el impacto que tendrán en el área de diseño de materiales será impresionante”, resaltó.
En su oportunidad, Boris Escalante Ramírez, coordinador general del Centro de Estudios en Computación Avanzada de la CIC, explicó que esta Tercera Escuela es uno de los eventos que organiza dicha instancia, como una academia de verano, durante el intersemestre, con el fin de explorar temas de vanguardia relacionados con la computación cuántica.
“Esta es la tercera edición que se efectúa –el verano pasado se realizó en el Instituto de Ciencias Nucleares (ICN), y la primera ocasión fue durante la pandemia y ocurrió en línea–, y alcanzó una asistencia de 1,200 participantes, la mayoría estudiantes ya sea de licenciatura o de posgrado, y algunos académicos. Se cuenta con tres instructores muy capacitados: Claudia Zendejas Morales, Adair Campos y Naomi Reyes Granados, todo esto con la finalidad de robustecer el cómputo cuántico tanto en investigación como en docencia”, abundó.
En la inauguración también estuvieron Pilar Carreón Castro, titular del ICN, e Isabel Hubard Escalera, directora del IM.
Aplicaciones
La computación cuántica es una herramienta que utiliza propiedades propias de la mecánica cuántica, con las cuales es posible desarrollar algoritmos capaces de realizar ciertas tareas a una velocidad muchísimo mayor que los algoritmos clásicos con los que trabajan nuestras computadoras actuales.
Cabe mencionar que entre algunas de las aplicaciones más importantes de la computación cuántica se encuentran: la búsqueda de nuevos materiales, la optimización matemática, la ciberseguridad, las comunicaciones ópticas y el aprendizaje automático cuántico.