Primer Simposio Ambiente y Salud
El transporte público presenta importantes niveles de contaminantes
En su reporte anual de 2020, la Organización Mundial de la Salud estimó que uno de cada ocho fallecimientos está estrechamente relacionado con la contaminación del aire, en particular, con la ocurrencia de enfermedades cardiovasculares, refirió Iván Yassmany Hernández Paniagua, investigador del Grupo de Fisicoquímica de la Atmósfera del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM.
Al ofrecer la charla “Exposición personal a contaminantes con efectos en la salud en el transporte público”, el especialista explicó que desde hace tiempo, junto con su equipo de investigación, estudia los niveles de contaminación en diferentes microambientes, los cuales usa y transita diariamente la población, como avenidas principales, transporte público y privado, y sus variaciones a lo largo del día.
Durante el Primer Simposio Ambiente y Salud, organizado por el ICAyCC, abundó que la exposición personal se refiere al contacto entre un individuo y agentes biológicos, químicos y/o físicos, y es de particular interés cuando se trata de contaminantes con efectos en la salud.
Al examinar en diferentes horarios los niveles de contaminantes provenientes del uso de combustibles fósiles, es evidente que cuando las personas se trasladan experimentan la mayor exposición, independientemente del modo de transporte; vehículo particular, público o bicicleta, alertó el universitario.
Un trabajo reciente realizado por Hernández Paniagua y su grupo consiste en evaluar los niveles de contaminantes a los que están expuestos los pasajeros del Metrobús, en autobuses equipados con diferentes tecnologías de emisión y configuración, así como su comparación con los niveles determinados en el Metro que opera con energía eléctrica.
Para realizar estas mediciones, los investigadores suben a los transportes, llevando consigo equipos especializados para medir los niveles de contaminantes que afectan a la salud; los resultados preliminares indican, por ejemplo, respecto a la concentración de partículas menores de 2.5 micrómetros en la Línea Uno del Metrobús que las mayores concentraciones de este contaminante ocurren durante el horario pico de tráfico matutino, con picos de exposición en la zona centro de Ciudad de México.
Respecto a la eficacia de los diferentes modelos de camiones para reducir los niveles de contaminantes dentro de las cabinas, los resultados obtenidos indican que el camión modelo Euro VI es mucho más eficiente no sólo en términos de emisiones, sino en mitigar la exposición de los usuarios debido a la configuración de la cabina con ventanas cerradas permanentemente, y la existencia de filtros para retención de partículas en el sistema de recirculación de aire. De hecho, los niveles de contaminantes en este tipo de camiones se determinaron por debajo de los registrados en el Metro, mostrando así que las tecnologías actuales ya existentes en el mercado orientadas a incrementar el transporte público masivo tienen efectos positivos no únicamente en reducciones de emisiones sino también en reducción de la exposición.
Al referirse a los microbuses, comentó que actualmente realiza un estudio sobre la exposición de las personas dentro de este medio y que es de relevancia debido a que algunos funcionan utilizando gas natural, el cual no genera emisiones significativas de PM2.5; pero pueden emitirse otros tipos de contaminantes también tóxicos. Además, los microbuses deben ser siempre considerados ya que más del 50 por ciento de los viajes diarios de la población en la zona metropolitana se hacen en estas unidades.
En su intervención, Francisco Arenas, investigador del Hospital Infantil de México Federico Gómez, del Instituto Nacional de Salud, comentó parte de los estudios realizados, junto con su equipo, para conocer los efectos del Benzo(ghi) perileno en la salud.
En su charla, “El Benzo(ghi)perileno, el contaminante atmosférico más abundante de la CdMx: estado actual de sus efectos in vitro”, el experto relató que al iniciar la investigación se sabía que este compuesto no inducía la formación de tumores en la piel de ratones, inclusive si se les inyectaba; sin embargo, causaba mutaciones en salmonela y aumentaba los niveles de oxidación.
Entre los trabajos realizados, comentó, hay un estudio de la bióloga Monserrat Zaragoza, quien ahora está por terminar su doctorado en Biología experimental por la UNAM, y lleva un tiempo revisando los efectos del contaminante, pero ahora en su relación con la expresión genética.
Al inaugurar el encuentro, Amparo Martínez Arroyo, del Departamento de Ciencias Ambientales, aseguró: “Si queremos colaborar con el área de salud, de biomédicas, e incluso de las áreas sociales para los problemas de ambiente y salud, el primer ejemplo lo tenemos que dar siendo capaces de trabajar entre nosotros y presentar algunas propuestas”.
En tanto, Irma Rosas Pérez, integrante del Grupo de Aerobiología, añadió que varios de los trabajos se relacionan con la evaluación de riesgos, un modelo “utilizado por los tomadores de decisiones y donde la contribución de los científicos es muy importante”.