Elecciones en Estados Unidos y su importancia para México

"Es nuestro vecino y principal socio comercial, y de ahí proviene la mayor parte de la inversión extranjera directa”, dice Yadira Gálvez Salvador, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM

En dos meses, en Estados Unidos habrá elecciones en las que el presidente Donald Trump, republicano, se podría reelegir, o quizá haya un nuevo presidente, Joe Biden, demócrata. Por muchas razones, el resultado de estos comicios es muy importante para nuestro país.

“Es indudable que la elección presidencial en Estados Unidos es importante para México porque es nuestro vecino y principal socio comercial, y de ahí proviene la mayor parte de la inversión extranjera directa”, dice Yadira Gálvez Salvador, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), de la UNAM.

Con Estados Unidos compartimos una frontera de más de 3 mil kilómetros que se caracteriza por un intercambio muy amplio de carácter comercial y de carácter social, agrega la académica.

Si bien las economías de los dos países son interdependientes, la nuestra es mucho más dependiente de la estadounidense, de ahí la importancia de la entrada en vigor del nuevo acuerdo comercial, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC).

La relación entre los dos países ha sido históricamente compleja, caracterizada por momentos de acercamientos y de tensiones, derivados de los temas que compartimos, además del comercial, como el migratorio y el de seguridad, por plantear los más relevantes.

Estos temas han estado en el centro de la relación y de las tensiones en los últimos años, precisamente por las consideraciones de Estados Unidos en relación con su seguridad nacional, el papel de los migrantes no documentados en su territorio y, por supuesto, el narcotráfico y la violencia en México.

“Pero también ha habido momentos de cooperación en temas que necesariamente tienen que ser abordados de manera conjunta, como la lucha contra la delincuencia organizada transnacional, o la gestión de la frontera”, explica la académica universitaria.

En estas circunstancias, llegamos a las elecciones en un contexto muy complicado, marcado por la crisis del Covid-19. Por un lado, a Joe Biden señalando que él va a sacar a Estados Unidos de este periodo, que los demócratas denominan de oscuridad. Por su parte, la campaña republicana se ha centrado en la imagen de Trump como un presidente que apuesta por la libertad.

Pero la gestión de la crisis del Covid-19 ha puesto a la presidencia de Trump en una situación que complica su reelección por el número de personas infectadas y por los decesos, pero también por su impacto económico. Al mismo tiempo, ha fortalecido la imagen del candidato demócrata como un político con experiencia que puede dar un giro a las políticas del actual presidente.

“Sin embargo, es muy temprano para identificar alguna tendencia ganadora”, explica Gálvez Salvador. “Si bien la mayoría de las encuestas dan a Biden un margen de entre dos y nueve puntos, y se hacen proyecciones sobre el número de asientos que tendrían en el colegio electoral, debemos esperar el desarrollo de las campañas, porque si algo demostró Trump en la campaña que lo llevó a la presidencia es que es un pragmático, que le habla a sus bases y que cambia el discurso para que la gente escuche lo que quiere escuchar de su candidato”.

En este sentido estamos viendo cómo retoma el discurso sobre la migración indocumentada proveniente de México y el muro, lo cual significa que nuestro país va a volver a estar en el centro de su campaña a partir de la necesidad de mantener esta imagen del hombre fuerte que está protegiendo a Estados Unidos y del empresario que sabe negociar.

“Nada está escrito en estas campañas y las sorpresas pueden ser muchas por lo que es muy importante que México las siga muy de cerca”, dice Gálvez Salvador.

En cuanto a la relación bilateral, en el caso de que Joe Biden gane las elecciones, “no hay que prever cambios de fondo aunque sí de forma. Su discurso hacia México podría ser conciliador, sustentado en la lógica de la cooperación bilateral, pero en el fondo va a seguir manteniendo la primacía de los intereses estadounidenses, temas como el cumplimiento de los acuerdos laborales y medioambientales del TMEC podrían generar tensión”, señaló Gálvez.

Asimismo, la académica señala que se debe considerar que Biden se pronunció en el sentido de que iba a dejar de construir el muro, como un contrapunto a la propuesta de Trump. Pero eso no significa que podrá haber un cambio en automático en la política migratoria.

“México tiene que poner sobre la mesa una agenda que promueva y defienda nuestros intereses y los objetivos de nuestro país, desplegando una estrategia que aproveche al máximo las ventajas de nuestra posición geográfica, con una visión geopolítica, identificando y haciendo ver a Estados Unidos los beneficios que tendría al cooperar y trabajar al lado de México en temas de interés mutuo”, dice la académica. “Debemos ponernos de acuerdo en temas importantes para los dos países, como la seguridad, el combate a la delincuencia organizada, el comercio bilateral, la gestión de las fronteras, equilibrando la relación, porque además son asuntos que no se pueden tratar de manera unilateral”.

La crisis migratoria de Centroamérica fue una clara presión de Estados Unidos hacia nuestro país para controlar la frontera Sur, lo que significó un cambio de fondo, de un discurso de brazos abiertos a una actitud contraria a los derechos humanos de los migrantes, incluidas las detenciones.

“Eso no debería pasar”, expresa la académica, “México tiene que actuar, a partir de sus intereses nacionales y no de manera reactiva”.

Otro tema importante es precisamente que México podría recuperar su papel de interlocutor sustantivo para la relación entre Estados Unidos y los países centroamericanos, en el sentido de retomar algunos proyectos que ya se habían trabajado en años anteriores, como la cooperación multilateral para tratar los temas que atañen a los países de Centroamérica, como la violencia y la exclusión social, que generan migración.

“México puede jugar un papel relevante, pero con la crisis del Covid-19 todos estamos inmersos en nuestras agendas nacionales, viendo cómo se afronta no sólo la crisis sanitaria sino también la económica y social. No obstante, la crisis también abre una oportunidad para desarrollar nuevas formas de cooperación.”

Ante el futuro de la relación de México con Estados Unidos y respecto de la política exterior de nuestro país, la académica considera que “lo que podrían hacer los tomadores de decisiones mexicanos es proyectar los temas en los cuales nuestro país podría negociar en mejores condiciones frente a nuestros vecinos porque tiene una situación geográfica privilegiada, porque el país es clave para garantizar la seguridad nacional de Estados Unidos y porque nuestra relación económica es sustantiva”, afirmó la académica.

“Por otra parte, el estilo personal del presidente López Obrador quedó muy claro en la visita de Estado que recientemente hizo a Estados Unidos. De manera muy pragmática se planeó la visita en la que se trataron muy bien los dos presidentes, una visita que parecía una reunión de amigos gracias al entendimiento entre los dos presidentes que comparten ciertas características, como el discurso nacionalista, por ejemplo”, dice Yadira Gálvez.

“Se trabajó tan finamente esta visita por parte de los equipos diplomáticos que no hubo ningún exabrupto o grosería hacia México por parte del presidente Trump. Fue una visita emblemática en el sentido de la nueva etapa para América del Norte a partir de la entrada en vigor del TMEC. Ahora bien, lo que venga en la campaña presidencial puede ser muy diferente.”, finalizó la académica universitaria.

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