Empoderamiento, género y deporte en el MUCA

La DGDU organizó un ciclo de mesas redondas con especialistas para intercambiar ideas en torno a la inclusión de las diversidades sexogenéricas o las distintas discapacidades, entre otros temas

En cuestión de igualdad de género, el deporte a nivel mundial continúa dando pasos para subsanar pendientes, aunque la agenda es dinámica y cada peldaño evidencia otros rezagos, tales como la inclusión de las diversidades sexogenéricas, la inserción de las distintas discapacidades a la actividad deportiva, así como la poca visibilización y sensibilidad ante su práctica en comunidades indígenas, además del impacto psicológico que puede ocasionar la exigencia deportiva desde las infancias.

Estos temas fueron abordados a través de ocho mesas redondas en un foro de reflexión realizado en el auditorio del Museo Universitario de Ciencias y Arte (MUCA). Empoderamiento, género y deporte fueron los ejes centrales en este ciclo celebrado a raíz del Manifiesto Universitario al Juego Limpio, organizado por la Dirección General del Deporte Universitario (DGDU).

“La participación de las mujeres ya logró derrumbar muros que parecían infranqueables, aunque, es cierto, falta mucho por hacer en la propia estructura del deporte. Tenemos que convertirlo en una actividad democrática a la que tengamos derecho todas las personas sin importar sexo, género, orientación sexual, edad, color de piel o estatus social. Faltan algunos aspectos, pero ya empezamos y nadie nos va a parar”, aseveró Hortensia Moreno Esparza, académica del Centro de Investigaciones de Estudios de Género de la UNAM.

Rubén Hernández Duarte, actual responsable de la Dirección de Políticas de Igualdad y no Discriminación en la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM, puso sobre la mesa el vacío que existe en cuanto al reconocimiento a la comunidad trans.

“Más de 5,000 personas en la UNAM somos LGTBIQ+, y de esas cerca de 1,168 nos reconocemos trans. Está operando algo que dificulta nuestra participación en el diseño de políticas institucionales en términos de igualdad sustantiva y no discriminación. Esto porque muchas de nuestras experiencias son incomprensibles debido a que no hay un repertorio cultural para reconocernos, y, como no existe ese marco, con frecuencia quedamos al margen de las consideraciones para tomar decisiones.”

Janet Ávila Olivares, jefa del Departamento de Historia Clínica en la Dirección de Medicina del Deporte de la DGDU, mencionó que “la controversia está en las mujeres trans que sí pasan por una pubertad masculina. A todas se les trata de categorizar de la misma manera cuando no es así. Una trans que pasó por la pubertad masculina tiene menor flexibilidad que una que no, por ejemplo”.

En cuanto a la inclusión de las personas con discapacidad en el deporte, Lourdes Virgilio García, presidenta de la Asociación de Deporte Adaptado de la UNAM, indicó: “Existen diversas discapacidades y hay que incluirlas a todas. En las clasificaciones que se hacen en los atletas paralímpicos es complejo cuando la condición de un competidor no es equiparable con la de otro, por así decirlo, a veces termina siendo algo injusto”.

Aprendizajes

También se tocó el tema de las corredoras rarámuris. La investigadora independiente, con doctorado en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, Ana Paula Pintado Cortina, quien ha realizado trabajo etnográfico en las comunidades rarámuris, relató su experiencia y definió características de los integrantes de este grupo indígena.

“No entrenan y no se la pasan corriendo, su fortaleza física tiene que ver con lo que hacen en su vida cotidiana: larguísimos recorridos, cosechas en ecosistemas diferentes, les lleva cuatro horas un recorrido que yo hacía en ocho, y eso les da una gran fortaleza. No sólo son corredoras con enorme resistencia, sino seres con quienes podemos aprender para ser mejores humanos.”

Hireri Velázquez García, exfutbolista, subrayó la importancia de contar con una red de apoyo. “Hay gente que dice: ‘es una niña, no sabe jugar, no la dejes jugar porque es una niña’, pero mi familia jamás me cerró la puerta”.

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