Foto: cortesía Virginia Medina Ávila.
Dos perillas giratorias parecen darle vuelta al mundo. La fiel e incondicional compañía de rostros anónimos cumplió un siglo. La radio llegó para quedarse en el auto, desde agosto de 1919 en el habitáculo de un Ford T, ha socializado nuestros viajes en cuatro ruedas.
Uno de los lugares donde más se escucha es en el automóvil, sentenció Virginia Medina Ávila, académica de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, a propósito del Día Mundial de la Radio que se celebra hoy; esto robustecido por las condiciones de exceso de tránsito vehicular en las diversas urbes de la República, incluida por supuesto la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), donde la radio halla en el coche una audiencia cautiva. Así, “adquiere un rol dual de acompañamiento en la prisión y alternativa de escape para los conductores”, explicó.
Más de 17 millones
La también autora de Nuestra es la voz, de todos la palabra. Historia de la radiodifusión mexicana. 1921-2010, indicó que según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), a diciembre de 2019 el total de los vehículos registrados en el país era de 47 millones 790 mil 950, por lo que según estimaciones de Medina Ávila en el ámbito nacional, en por lo menos 17 millones 200 mil autos se oye la radio aunque sea una vez al día.
Abundó que si acudimos a las cifras del Instituto Mexicano de la Competitividad y del propio Inegi, referentes al año anterior, el número de coches que circulan en los 12 municipios más poblados que circundan Ciudad de México, sumados a los de sus 16 alcaldías, arrojan más de 9.6 millones de vehículos, y en los que la radio tiene presencia.
Sobre los contenidos radiales escuchados, la universitaria expuso que se divide de la siguiente manera: 27 por ciento programas hablados; 24 por ciento música; así como cuatro por ciento audiolibros y podcast, y el resto dividido en diversos aspectos. “Esto sin considerar que los smartphones también están conectados al estéreo del auto y ofrecen múltiples oportunidades de extender la escucha de audio ahí mismo”, aclaró.
En cuanto al horario, mencionó que si bien responde a las necesidades del oyente, varía durante el día. En la ZMVM su estudio de escuchas en el automóvil reveló que el momento en donde más resuena es de las 6 a las 9 horas, es decir en el horario de los noticieros matutinos. El de mayor pico es el de las 7 de la mañana. Mientras, que otro aumento considerable es a partir de las 18 horas, igualmente con programas de corte informativo.
También está la siguiente división: 36 por ciento oye música en el automóvil; 24 por ciento en el trabajo; 22 por ciento en labores del hogar, y 18 por ciento cuando se realiza ejercicio y otras actividades.
Radiomorfización
La autora del artículo “Radio en el automóvil: audiencia atrapada”, investigación apoyada por la Dirección General de Apoyo al Personal Académico (DGAPA), apuntó que contrariamente a los agoreros que han declarado su extinción, la radio no sólo no ha muerto sino que se transforma, se desdobla día a día, en un proceso que se ha propuesto caracterizar como Radiomorfización.
“Las peculiaridades de esta transformación animan a pensar la radio del siglo XXI, en los ejes de la post convergencia digital en continua reconfiguración y adecuación a la ecología mediática, como un medio caracterizado por su resiliencia.”
Dijo que frente a los micrófonos la ficción ha sido relegada y las nuevas voces se han visto eclipsadas por las de toda la vida, de manera que es difícil capturar a nuevas audiencias. “Si miramos detenidamente, la radio va en muchas direcciones, todas ellas apoyadas en las posibilidades de las multiplataformas, en la simbiosis con el podcast y en la hibridación de medios sonoros y visuales con Internet como terreno de juego”, finalizó.
