Entrega Punto de partida premios de literatura y gráfica

La dilución de fronteras entre géneros literarios es una de las expresiones más destacadas que puede observarse en varios de los trabajos que resultaron ganadores en la edición 49 del concurso de la revista Punto de partida, que anualmente premia obras literarias y visuales elaboradas por alumnos. Los correspondientes a 2018 se encuentran en el número 210 de la publicación de julio-agosto.

Durante la entrega de reconocimientos del certamen, la directora de la Unidad de Punto de partida, Carmina Estrada, comentó que es sobre todo en ensayos y crónicas donde las fronteras entre géneros se han diluido. “En esta edición de la revista hay ensayos ficcionados y hay crónicas que son ensayos. Eso es muy interesante”.

Este es un proceso que se da actualmente en la producción literaria en general, y Punto de partida no es ajena a esta tendencia, pues a lo largo de sus 52 años de existencia ha dado cuenta de la evolución de la escritura estudiantil. “Tenemos en línea desde el número 1 de la revista, de 1966, hasta el 210, que es éste. Pueden consultarse y, sí, es una radiografía de la situación de la literatura joven en México”.

El concurso premió ocho categorías, seis literarias y dos visuales: crónica, cuento, cuento breve, ensayo, poesía, traducción literaria, fotografía y gráfica.

Categorías

En crónica, el primer lugar fue para Darío Roberto Islas Domínguez, por Cisma, y el segundo para Emiliano Trujillo González, por Del regreso a casa. El Espinal, ambos trabajos referidos a los sismos de septiembre de 2017.

En la categoría de cuento, Mariana Salamanca Vázquez obtuvo el primero con Insecticida, mientras que Víctor Hugo Medina Márquez logró el segundo por El fantasma de los días doce.

En cuento breve los premios fueron para Manuel Ernesto Parra Aguilar, primero, por Recuerdo de Marietta, y Mónica Elsa Zempoalteca Alfonseca, segundo, por Ella.

En ensayo, el primer lugar fue para Gustavo Pierre Herrera López, con Elizondo en China, y el segundo para Jesús Andrés Avilés Hirales, por Del verdadero origen del ensayo. Carmina Estrada destacó que es en estas obras, en las que ambos autores reflexionan sobre el género en sí, donde es más patente “la interacción con la narrativa e incluso con el arte contemporáneo”.

En la categoría de poesía, Andrea Alamillo Rivas obtuvo el primer premio con La portentosa mujer que no sabía hablar, mientras que Daniel Alberto Pérez Segura logró el segundo por De las veces que me embriagué bebiendo sake (o los poe- mas japoneses).

En traducción literaria el primer sitio se declaró desierto y el segundo fue para Versos escritos a algunas millas de la abadía de Tintern, de regreso de los barcos de Wye durante un paseo. 13 de julio de 1798, de William Wordsworth, obra de Mario Alberto Carrillo Ramírez Valenzuela.

En cuanto a las categorías visuales, en fotografía el primer premio fue declarado desierto y el segundo lo obtuvo Pájaro migrante, de Andrea Amparo Abarca Orozco, serie que “retrata a un adolescente guatemalteco que lustra zapatos en las calles de Ciudad de México”.

Finalmente, en gráfica el primer lugar lo obtuvo Dilan Aldhair González Torres por Visiones durante el sueño, mientras que el segundo fue para Alejandra Mayté Ibáñez González por Esquemas.

También se entregaron 17 menciones en siete de las categorías.