Como parte de las actividades públicas del Diplomado Internacional en Creación-Investigación Escénica, la Cátedra Extraordinaria Ingmar Bergman en Cine y Teatro transmitió en vivo la conversación titulada Entrevista Cruzada, en la que se dieron cita dos figuras centrales para las artes escénicas de nuestro país: Shaday Larios, cuyo trabajo se ha centrado en investigar y hacer teatro de objetos, y Claudio Valdés Kuri, creador capaz de transformar la puesta en escena en un puente entre disciplinas.
Fue un diálogo entre pares, un intercambio de inquietudes y curiosidades mutuas. Shaday Larios es doctora en Artes Escénicas por la Universidad Autónoma de Barcelona. Se dedica a la investigación y creación del teatro de objetos documentales con su socio Jomi Oligor, con quien codirige la compañía Oligor y Microscopía. Claudio Valdés Kuri es un director y dramaturgo ampliamente reconocido internacionalmente. Desde 1997 dirige la compañía interdisciplinaria Teatro de Ciertos Habitantes, referente de la vanguardia escénica latinoamericana. Los dos han presentado en los últimos años notables proyectos artísticos en la Universidad.
Ambos confrontaron sus maneras de hacer teatro. Valdés Kuri dijo que en sus montajes busca el no objeto, lo que ha dado en llamar austeridad barroca, donde hay la intención de llegar a un espacio vacío, sin nada. “El lugar privilegiado lo tiene el actor, contrariamente a lo que Shaday hace, donde el objeto es lo relevante”.
Shaday mencionó que hace poco descubrió por qué tenía esa pasión por la vida objetual de los demás, por la materia que rodea a las personas: “El teatro de objetos documentales es una necesidad por crear refugios a mis propios fantasmas. Suplo ausencias por medio de los objetos”.
Valdés Kuri destacó el gesto poético de su interlocutora y dio paso a la siguiente reflexión: “El hecho de que haya pocos objetos en nuestro teatro hace que tomen una importancia muy especial. Los objetos por parte del intérprete se llenan de afectos y significados a tal grado que se ritualizan o sacralizan. Hay una intención de ritual en mucho de lo que hacemos”.
A lo que Shaday replicó: “Para nosotros los objetos son generadores de muchas vidas. En los objetos documentales hay una ritualidad observada, hacemos trabajos de campo en donde observamos cómo las personas se relacionan con sus cosas y los vuelven espacios de memoria. Nos interesa visibilizar y recuperar esas ritualidades. También nos preguntamos si los objetos nos encuentran o nosotros los encontramos”.
Shaday busca en su teatro visibilizar omisiones y silencios. “Damos cuenta cómo nos repetimos y nos diferenciamos a lo largo del tiempo con lo que hacemos, cambiando las poéticas, retomando materiales para reconstruirlos y rehacerlos… Presenciamos cómo el archivo deviene en otras cosas”.
Y Valdés Kuri secundó: “A los artistas escénicos lo que nos queda es un archivo que contiene un concentrado poderoso de investigación. Se crea tanto que da para muchos proyectos paralelos o alternos. En mi laboratorio busco los puntos vulnerables de ese ser que se entrega al trabajo. Contemplo a los artistas escénicos por días, semanas y meses, desde cómo llegan y cómo se saludan. Durante el descanso es cuando más los observo, y de ahí empiezo a registrar esos silencios y omisiones”.
Al final de la entrevista, Valdés Kuri refirió que el espectáculo sinfónico escénico es la constante que se repite en su labor. “Son sintonías que no podemos denominarlas teatro ni concierto. Se nos ocurre este híbrido en todo nuestro quehacer. Nunca pensé que llegaría a hacer teatro multidisciplinario, se me dio por mi formación. Desde muy joven hice de manera natural música, danza y teatro al mismo tiempo porque así me crie. No hay más que ahondar en ello”.
Valdés Kuri se ha dedicado a hacer teatro sin objetos y eso también le ha servido para viajar más ligero. La práctica escénica de Shaday Larios constituye un observatorio de posibles maneras en las que puede emerger la vida en los objetos. Dos estilos contrastantes, pero que coinciden en sorprender gratamente a sus espectadores.