Se calcula que en el mundo 64 millones de personas tienen la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que está conformada por dos padecimientos: enfisema pulmonar y bronquitis crónica.
“Ambos comparten la obstrucción al flujo aéreo, es decir, un problema para poder inhalar y exhalar el aire que respiramos”, explicó el médico neumólogo Gabriel Escobedo Arenas, de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina (FM).
Según proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la EPOC para 2030 se habrá convertido en la cuarta causa de muerte en todo el planeta.
En cuanto a la EPOC y el tabaquismo, que es su principal factor de riesgo, la mortalidad atribuible en esta asociación es de alrededor de 10 mil 400 personas cada año. “Estas muertes podrían ser prevenibles si la gente dejara de fumar”, advirtió Guadalupe Ponciano Rodríguez, coordinadora del Programa de Investigación y Prevención del Tabaquismo de la FM.
La especialista citó datos de la OMS que señalan que cada año fallecen tres millones de personas por este mal.
A propósito del Día Mundial de la EPOC, que se conmemoró el 15 de noviembre, Escobedo detalló que, en México, esta enfermedad en 2018 fue la novena causa de mortalidad. “Pero lo alarmante es que cuando la analizamos por género, en el hombre se conserva en la novena causa de mortalidad, pero en la mujer asciende a la sexta”, señaló. Además, la EPOC es irreversible, pues una vez que se detecta el daño ya no hay marcha atrás.
“Cerca de 90 por ciento de las defunciones son en mayores de 65 años de edad, así que dentro de 15 o 20 años será una de las principales causas de mortalidad. Si la analizamos por EPOC se encuentra casi al mismo nivel que si juntáramos el cáncer de mama y el cervicouterino. La EPOC mata la misma cantidad de mujeres que esos dos cánceres en ellas”, refirió Escobedo.
Hay más casos en mujeres porque antes no fumaban y hoy en día trabajan en campos que antes eran exclusivos de los hombres, como la minería y empleos con sustancias tóxicas, que predisponen a esa afección. “Además, las mujeres en zonas marginadas cocinan en estufas de leña y encienden fogones para calentarse en zonas frías y pobres”.
Daña a hombres y mujeres que trabajan con sustancias tóxicas, polvos, quema de carbón y de petróleo, aunque no en las mismas cantidades que el consumo de tabaco, precisó. También afecta a niños expuestos al humo de la quema de leña por estar junto a un fogón. “En ese sentido la EPOC es una enfermedad de la pobreza, pues también contribuyen las infecciones en la infancia en las vías aéreas superiores, muy frecuentes en niños marginados”, comentó Escobedo.
Diagnóstico
Este mal puede empezar indistintamente con enfisema pulmonar o bronquitis crónica. Para hacer el diagnóstico se usan datos clínicos como tos, falta de aire y flema.
“El primer síntoma es un acceso de tos fuerte al despertar, donde se expulsa una flema y la persona no vuelve a toser sino hasta el día siguiente. A esto los franceses le llaman ‘lavado bronquial matutino’ y los estadunidenses le dicen ‘tos de fumador’”, pormenorizó Escobedo.
De ahí la enfermedad avanza a la presencia de flemas y de falta de aire. “Con cualquiera de estas manifestaciones sospechamos de EPOC; hacemos un diagnóstico definitivo con un estudio de espirometría, en que se hace soplar al paciente en un aditamento que está conectado a una computadora y se mide la fuerza con la que el paciente está metiendo y sacando aire”, expuso el neumólogo.
Este estudio se realiza en menos de 30 minutos porque hay que hacerlo sin medicamento. “Luego le damos un medicamento broncodilatador para ver la respuesta. El examen dura entre 30 y 40 minutos y nos da el diagnóstico de EPOC”. Y se completa con una biometría hemática y una radiografía del tórax para descartar otra posibilidad.
“Generalmente se relaciona con otras enfermedades asociadas al tabaquismo, como cáncer de pulmón”, indicó Escobedo, y agregó que generalmente la EPOC se presenta con diabetes, hipertensión, obesidad y apnea del sueño.
Etapa avanzada
Gabriel Escobedo dijo que cuando el paciente está en una etapa avanzada requiere terapia con oxígeno en casa y empieza a vivir encerrado, así que desarrolla depresión, pues ya no tiene el mismo tipo de vida. “Están recluidos en casa y conectados al tanque de oxígeno, pues difícilmente el sector salud da el oxígeno ambulatorio, que depende de tener recursos. Por ello son pacientes con idea suicida”.
La EPOC es una afección incapacitante y va consumiendo al paciente lentamente. No hay, hasta el momento, ningún tratamiento que lo cure, así que se pone una barrera a la enfermedad con los medicamentos y, sobre todo, con la supresión del hábito tabáquico o la exposición a la quema de la leña.
“Con los medicamentos se logra que el mal vaya más lento. Utilizamos broncodilatadores en forma inhalada. Antes eran medicinas tomadas y tenía efectos cardiovasculares importantes; sin embargo, con los inhalados los efectos adversos han disminuido mucho. El tratamiento es suspender el consumo de tabaco, es esencial; hacer una vida más activa y darle medicinas para ayudarle a mejorar sus condiciones de vida, pero sin las dos primeras de nada sirven los fármacos”, comentó el especialista.
Falla en la prevención
Escobedo consideró que la EPOC es en buena medida una enfermedad de pobres con medicamentos de gente rica, aunque el sector salud cuenta con medicamentos apropiados para atenderla. La pueden manejar neumólogos, médicos internistas y médicos de primer contacto.
“En lo que hemos fallado el personal de salud -finalizó- es en la prevención. Es un padecimiento que no debería tener alta mortalidad y tantos gastos; es caro, lento, y con sobrevida de cinco a 10 años”.
El tabaquismo es el principal factor de riesgo para desarrollar la EPOC, alertó Guadalupe Ponciano Rodríguez.
“En el humo del tabaco podemos encontrar hasta siete mil sustancias químicas, de las cuales alrededor de 250 son altamente tóxicas para el ser humano, y hay otro grupo que puede ocasionar cáncer y, dependiendo del tipo de tabaco, contiene entre 60 y 70 diferentes carcinógenos”, aseveró la investigadora.
Con esta mezcla, cuando un fumador inhala a profundidad (o “le da el golpe” al cigarro) estas sustancias llegan a las partes más finas del aparato respiratorio, que son los alveolos pulmonares.
“Los alveolos pulmonares son esenciales en nuestro aparato respiratorio; allí ocurre el intercambio gaseoso y tenemos una gran cantidad de capilares sanguíneos que toman el oxígeno que inhalamos cada vez que respiramos; así que necesitamos alveolos en buenas condiciones, elásticos, que funcionen adecuadamente”, dijo.
Pero las sustancias del tabaco causan un estado de inflamación crónica y generan radicales libres de oxígeno que se unen al material genético de las células y determinan un daño muy importante e incluso la muerte de esas células, apuntó. “A nivel de alveolo se va destruyendo el tejido. En el caso de la EPOC hay un incremento del moco que recubre la parte interna del bronquio lo que hace que se obstruya la pared de los bronquios, así que el espacio por donde pasa el aire está muy limitado.”
Esa destrucción se llama enfisema pulmonar, y éste no se repara, así que el paciente empieza a tener problemas en cuanto a su aporte de oxígeno a los diferentes órganos, y somos seres aerobios que no podemos vivir sin oxígeno. Con esta afección la persona desarrolla disnea, falta de aire cuando hace algún tipo de ejercicio.
“Aunque el daño por el tabaquismo es irreversible, las personas mejoran si dejan de fumar y tienen mejores expectativas con la EPOC”, concluyó Ponciano.