Señalar las consecuencias de sus acciones
Es deber del científico social denunciar al poder
El pensamiento crítico tiene que vincularse a la congruencia ética: Gilberto López, del Instituto Nacional de Antropología e Historia
El deber del científico social es denunciar al poder, señalar las consecuencias de sus acciones, indicar por qué las políticas neoliberales y la criminalización del pensamiento terminan por deshumanizarnos, afirmó el sociólogo y académico de la Universidad Complutense de Madrid, Marcos Roitman Rosenmann.
“Es allí donde el pensamiento crítico latinoamericano está haciendo su lucha: está construyendo, pero es una pelea que se da en las aulas, en la política, en lo cotidiano, en la familia, en los elementos que nos configuran como seres humanos y científicos sociales”, dijo al participar en la conferencia Retos y desafíos del pensamiento crítico latinoamericano y caribeño.
En el evento, efectuado como parte del XXXIII Congreso Latinoamericano de Sociología Alas México 2022, aseguró que no hay pensamiento crítico sin crítica al poder, y si no se critica al poder no hay pensamiento subversivo, sino “domesticación”.
El pensamiento, añadió Roitman, trae consecuencias y una de ellas es la capacidad de tomar decisiones. Así, las ciencias sociales tienen un papel fundamental en la construcción y explicación no sólo del saber de lo humano sino de la dirección y construcción de lo humano. Los seres humanos, por ejemplo, pueden optar por educarse en la democracia o en el individualismo y egoísmo, en la cooperación o en la competitividad.
En ese sentido, agregó, las ciencias sociales son parte de la lucha política por apropiarse de la realidad, del lenguaje, de las palabras, de los conceptos. “Si no tenemos palabras para enunciar el mundo, otros lo harán por nosotros: dirán lo que es democracia, lo que es gobernabilidad, la libertad. Otros construirán lo que es dominación; por ello, en definitiva, el pensamiento y la teoría forman parte de la lucha política”.
Quien fue coordinador para España del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) acotó que el pensamiento subversivo no se explica por lo que se puede hacer, sino por lo que se debe hacer y por ello se le criminaliza.
Papel de los intelectuales
Gilberto López y Rivas, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, expuso que hablar del pensamiento crítico conduce a la discusión del papel de los intelectuales y de la academia en la sociedad capitalista.
Además, señaló que no es nuevo que científicos den sustento a prácticas de racismo, neocolonialismo, entre otras. Relató que hace décadas, en el contexto de la revolución cubana, 140 sociólogos formaron parte del Proyecto Camelot, mediante el cual se buscaba conocer las causas de las revoluciones sociales y contar con políticas para prevenirlas.
En el evento efectuado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, consideró que la transnacionalización ha agravado los problemas de la humanidad y nos tiene al borde de un colapso civilizatorio. Por ello, el pensamiento crítico debe vincularse a la congruencia ética y a impulsar el poder popular y las distintas formas de democracia participativa.
Vía remota, Néstor Kohan, académico de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, manifestó que una de las tareas principales del pensamiento crítico latinoamericano es enfrentar y contrarrestar la contrainsurgencia en las ciencias sociales, pues hay instituciones de este orden que, disfrazadas de organizaciones no gubernamentales, cooptan a académicos y científicos sociales para legitimar el actual orden capitalista.