Difícil escenario ante la próxima renegociación del T-MEC
La integración de América del Norte no es una prioridad para Estados Unidos de América (EUA), y el análisis, la negociación y la estrategia de nuestro país relativas al tema deben partir de ahí, afirmó Héctor Arturo Oropeza García, académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
Al participar en la mesa de diálogo “América del Norte: los retos de su integración”, añadió que en la actualidad hay un desorden global que nos llevará a la configuración de un nuevo orden. El constructo geopolítico de la idea occidental no existe más: la ruptura de la alianza Europa-EUA es evidente. Además, se confirma el ascenso del bloque euroasiático. Los imperios, que creímos se habían ido, no lo hicieron, se sofisticaron, alertó. México, América Latina y el mundo entero deben aceptar el regreso del imperialismo de EUA, así como la inauguración de una nueva era de “guerras” que ya están aquí: territoriales, manufactureras, digitales y culturales.
El académico señaló que México se ha quedado como un país maquilador y ensamblador, que renunció a la posibilidad de generar un desarrollo más elevado, como sí lo hizo Asia del este y China, en especial.
Debemos preguntarnos por qué México tiene este estado de debilidad para negociar con EUA, “por qué nuestro margen de maniobra es tan estrecho y no podemos ‘contestar’ con aranceles”, y ello se debe a que el 80 % de nuestras exportaciones tienen por destino EUA, y a que en su mayoría “no son nuestras”, sino de empresas transnacionales.
Desde 1994, cuando entró en vigor el entonces Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la industria nacional ha desaparecido. “Cometimos el gran error de creer que con la maquila podíamos salir adelante”. Nos equivocamos al creer que ese acuerdo era un proyecto de desarrollo integral estratégico, lo cual no ha sido ni puede serlo, pero “no lo hemos cambiado hasta hoy”.
Ahora, hay una propuesta del Plan México que intenta cambiar el grave error que significó olvidar a la industria. “Estamos frente a un gran momento de oportunidad, pero el primer reto es romper los mitos en los que hemos vivido”, advirtió.
Hoy se pretende reestablecer el liderazgo estadunidense en la manufactura; no obstante, esa “guerra” fue en el siglo XX y la ganó China. La de hoy es digital y la puede seguir liderando EUA y ganar. Sin embargo, “la necedad de regresar a ser el líder que fue y que probablemente no pueda volver a ser, cuestiona el día a día del proyecto económico de América del Norte”, concluyó Oropeza García.
En la sesión, Diego Valadés Ríos, investigador emérito del IIJ, expuso qué estamos haciendo frente a un fenómeno sin precedentes, no en términos de la nueva forma de relación económica y comercial entre los países, sino por las maneras tan “peculiares” en que se dan las negociaciones, y las condiciones que tienden a ser impuestas, muchas veces en términos categóricos y unilaterales, dictadas por quienes tienen el poder económico sobresaliente.
La economista Claudia Schatan, cuestionó si no sólo estamos presenciando una desglobalización impulsada por EUA, sino también una desregionalización de Norteamérica liderada por esa nación.
Carlos Humberto Reyes Díaz, también académico del IIJ, mencionó que la región de América del Norte enfrenta el dilema de estar entre la intrascendencia y la obsolescencia de una región que comenzó en 1994 con relativo dinamismo, pero que nunca se consolidó como tal, en la que sus tres integrantes participaran de manera conjunta en el mundo. “Siempre fue la unión de tres países, en lo individual”.
En este momento el lenguaje está confrontado entre la integración y el aislacionismo; en lugar de hablar de negociación, integración regional y derecho internacional, se habla de proteccionismo, soberanía nacional. En vez de cadenas productivas y nearshoring, se habla de guerra arancelaria y de regresar a las empresas estadunidenses que se encuentran fuera de territorio de EUA. “Este no es un lenguaje que busca concordia, sino que plantea un escenario tremendamente conflictivo para la próxima renegociación del T-MEC”.