Cómo cuidar la piel después de los tatuajes
Una vez que un tatuaje está hecho, hay que saber qué hacer desde el momento en que se realiza hasta que cicatriza, pero también es necesario dedicarle cuidados a la piel para que el tatuaje no pierda color, cambie de tonos o incluso llegue a provocar alguna infección.
Cómo cuidar la piel después de los tatuajes
Una vez que un tatuaje está hecho, hay que saber qué hacer desde el momento en que se realiza hasta que cicatriza, pero también es necesario dedicarle cuidados a la piel para que el tatuaje no pierda color, cambie de tonos o incluso llegue a provocar alguna infección.
María Eugenia Fabro
Muchas personas deciden dejar una marca única y particular en su piel mediante uno o varios tatuajes, resulta indispensable conocer qué cuidados se deben tener en cuenta antes y después de hacerlos. La doctora Selene Gutiérrez Mendoza, médica especialista de la clínica de Oncodermatología de la UNAM, explica cómo tratar la piel para evitar riesgos y lograr que la implementación de un nuevo sello personal en el cuerpo, sea en sí misma una experiencia placentera.
Cualquier persona debe preparar su piel antes de tatuarse, eligiendo la mejor zona para colocar esa marca. El tatuaje nunca se debe exhibir sobre piel dañada o sobre lunares, ya que siempre deben estar visibles por si experimentan cambios. Un tatuaje tampoco debe aparecer sobre quemaduras o cicatrices, pues la presencia de una sustancia extraña podría generar severos daños en una superficie que ya sufrió alteraciones.
Una señal de alarma
La doctora Gutiérrez advierte que si una persona tiene antecedentes de enfermedades como herpes o soriasis, el tatuaje en zonas dañadas puede exacerbar esas patologías perjudicando seriamente su salud. Algunas zonas requieren mayores cuidados para evitar el riesgo de infección, por ejemplo cerca de la ingle, de las axilas, de las regiones genitales o que tienen mucha humedad. Una vez escogido el lugar para tatuarse, la persona debe mantener su piel muy bien hidratada aplicándose antibióticos en crema, limpiarla todos los días con soluciones antisépticas sin tallarla, además de bañarse regularmente.
¿Cómo proceder ante una infección?
Una vez detectada, es fundamental abordarla con un dermatólogo. Según confirma la especialista, los síntomas de una infección son muy concretos: Enrojecimiento de la zona afectada, inflamación, dolor y calor local. Las infecciones más frecuentes se manifiestan durante los primeros siete días luego de realizado el tatuaje y surgen por acción del estafilococo, es un bicho que se aloja en la piel. Pero también existen infecciones raras y más profundas, causadas por bacterias que a su vez provocan enfermedades denominadas granulomatosas, generalmente difíciles de controlar y con tratamientos a largo plazo. En estos casos se observa un síntoma predominante, la piel se siente rugosa y se va engrosando en la zona del tatuaje.
Algunas recomendaciones útiles
Si una persona expone su piel tatuada al sol, durante los primeros meses podría sufrir quemaduras con frecuencia en esa región. Por lo tanto debe extremar sus cuidados utilizando filtro solar cada cuatro horas, también es importante mantener la piel perfectamente hidratada. La médica aclara que para una piel expuesta al sol, el riesgo de padecer cáncer es el mismo si esa piel tiene o no tatuajes. Con el tiempo la piel tatuada no experimenta variaciones significativas, pues la tinta se adapta a la dermis que es la segunda capa de la piel y no se evidencian cambios. La inflamación y el enrojecimiento presente en los primeros meses después de realizado el tatuaje, son una respuesta del cuerpo ante una sustancia extraña, en este caso la tinta adherida a la piel. El color y el tamaño son elementos fundamentales a tomar en cuenta, en el momento de realizarse un tatuaje: Algunas tintas causan más alergias que otras, la negra por ejemplo, es menos dañina y más fácil de quitar que la roja o la verde. La doctora Gutiérrez destaca la importancia de concurrir a lugares seguros para tatuarse, donde cuenten con las mejores condiciones de limpieza y esterilidad. Una piel completamente sana, garantiza un tatuaje sin riesgos en cualquier segmento de la superficie corporal.