Los precios de comida siguen al alza
Estabilidad económica, aún sin reflejarse en una menor inflación
Inciden el crimen organizado y las empresas predominantes que controlan el mercado de alimentos: José Ignacio Martínez Cortés, de la FCPyS
El control que ejercen 12 empresas predominantes en la producción y comercialización de alimentos, así como la intervención del crimen organizado en el mercado agrícola, están ocasionando un incremento de hasta 3 por ciento en los índices de inflación anual en nuestro país, advirtió José Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN), de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS).
El investigador señaló que aun cuando hay esfuerzos importantes por mantener la estabilidad económica y el peso mexicano tiene cierta fortaleza frente al dólar, esto todavía no se ha podido reflejar en los productos de la canasta básica que siguen a la alza debido a tres factores principales:
El flagelo del crimen organizado: “Nosotros le denominamos ya como un cartel económico, pues más allá del cartel criminal, estamos ante la presencia de un actor económico muy poderoso y fuertemente dominante que, además de establecer tiempos en la siembra, cosecha, producción, logística de distribución de los productos del campo, también inciden en los lugares y puntos de venta, así como en el precio final de las mercancías”.
De esta manera, dijo, el crimen organizado, en esta modalidad de cartel económico, se ha convertido en un actor determinante que llega a incidir directamente hasta en dos puntos porcentuales de la inflación.
Un segundo factor, destacó el especialista, es que gran parte de la industria de alimentos en nuestro país ha sido acaparada y controlada por 12 empresas predominantes en el sector, lo que les permite regular el mercado de acuerdo con sus intereses e incidir directamente en los precios finales para el consumidor.
Los sectores en los que hay intereses claramente dominantes son la industria del maíz, la masa y la tortilla; la del huevo y el pollo; la del pan y derivados; la producción y comercialización de carne de res y cerdo, así como el mercado de las frutas, hortalizas y legumbres; además de las grandes cadenas de tiendas departamentales que se manejan como empresas minoristas y que influyen también en los precios finales al consumidor.
Estas empresas, enfatizó, ejercen un fuerte control sobre los precios de los productos, particularmente los de la canasta básica, de tal forma que llegan a incidir en los índices de inflación hasta con un punto porcentual, lo que significa que si tenemos una inflación anualizada de 7.12 por ciento, al menos tres de esos puntos son resultado de la intervención del crimen organizado en el mercado de alimentos y el control de precios que ejercen las empresas predominantes.
Martínez Cortés apuntó que el tema climatológico es un factor adicional, el cual también repercute en la inflación, tomando en cuenta que durante 2022 se registraron 14 semanas de sequías; además, 5 de anegaciones y 5 más de heladas, lo que significó que se contabilizaran al menos 25 semanas en las que hubo afectaciones climáticas con consecuencias en el aumento en los precios de los productos del campo.
Por otra parte, el catedrático universitario comentó que en las últimas semanas, en el sector de alimentos han surgido algunas preocupaciones adicionales que tienen que ver con dos temas de sanidad: “Nos estamos enfrentando a una ola internacional de gripe aviar y de fiebre aftosa que va a generar que en nuestro país aumenten los precios de productos como huevo, pollo, carne de res y carne de cerdo, es decir, nuevamente estará impactando en alimentos frescos o procesados”.
A quiénes golpea más
El especialista resaltó que, más allá de la frialdad de los datos duros, lo cierto es que todos estos incrementos de precios en alimentos y productos básicos están afectando diariamente a millones de familias mexicanas, especialmente a las que tiene menores ingresos y que reciben entre 1 y 2 salarios mínimos; “no es menor el número, estamos hablando de 38 millones 463,000 personas, es decir, 64.13 por ciento de la población económicamente activa de esta nación; ese es el grueso de la población que se está viendo afectada por el incremento de los precios y también por el aumento en la tasa de interés.
Por último, precisó que hay otro sector de la población, en el que se ubica la llamada clase media, que también está resintiendo de manera importante los efectos de la inflación, pero además están padeciendo el aumento en las tasas de interés, porque son los principales tenedores de tarjetas de crédito, y entonces si no las pagan a tiempo los intereses se los comen. “Cada vez un mayor número de familias enfrentan serios problemas, no sólo para comprar alimentos, sino también para cubrir otras necesidades básicas como el transporte, educación, salud y vivienda.