Estéticas conmemora la aparición del libro central de Engels

La situación de la clase obrera en Inglaterra es tema del Coloquio internacional "Engels200: Hacia una iconografía política…”.

Manchester, Inglaterra, 1842. Mientras el joven Friedrich Engels administra la fábrica familiar de textiles, registra con penetrante mirada la situación laboral de los obreros. Guiado por su pareja Mary Burns, quien pertenece a la clase laboral irlandesa, conoce de manera directa las condiciones de vida de los pobres.

De esa época procede Die Lage der arbeitenden Klasse in England, estudio que más tarde sería traducido al español como La situación de la clase obrera en Inglaterra.

A 200 años del nacimiento del compañero de Karl Marx un grupo de académicos del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, coordinado por Peter Krieger conmemora tan singular obra.

En 2020 se conmemoran los 200 años del nacimiento de Engels (1820), los 125 años de su muerte (1895) y los 175 años (1845) de su estudio empírico fundamental, informó Krieger, quien ha dedicado parte de tarea como académico a una investigación de largo aliento cuyo eje es explorar la imagen como un catalizador del conocimiento.

El libro de Engels, tema del Coloquio internacional «Engels200: Hacia una iconografía política de La situación de la clase obrera en Inglaterra» fue escrito a los 25 años. Es una apuesta al poder de la palabra, y un reto para el investigador quien conecta la imagen como instrumento de conocimiento.

“Sin exagerar, puedo decir que el Coloquio es un evento único en el mundo ya que la mayoría de los eventos conmemorativos se refieren a la teoría política de Engels o a la organización del movimiento obrero. El nuestro analiza la iconografía política que cuestiona los esquemas visuales e iconográficos que influyen y determinan la política”, añadió.

En la perspectiva de Krieger “los actos políticos se expresan forzosamente en la palabra, pero también por medio de la imagen en un sentido amplio. Pueden ser las pirámides de Egipto o la de Mesoamérica, que también expresan la imagen del poder político”.

Más adelante el investigador se refirió que la pobreza urbana es un problema no resuelto en las sociedades del mundo. “El sociólogo Mike Davis indica que una tercera parte de la población mundial vive en slums y actualmente aumenta esa cifra, debido a que la pandemia aumenta el grado de segregación y pobreza”.

Durante décadas el tema de la pobreza urbana se reflejó en las artes pláticas y en la fotografía, comentó, de ahí que el objetivo del Coloquio sea “ver el hábitat en la imagen, en la representación visual” para lo cual el programa ofrece un panorama muy amplio.

De ese modo, el Coloquio ofrecerá otro aspecto del debate de la teoría política y de la sociología urbana que a veces es abstracto; “se mencionan cifras y teorías económicas, pero la imagen ofrece otro acercamiento al tema y al problema de la pobreza urbana”.

La situación de la clase obrera en Inglaterra es el fundamento de la sociología urbana, es la descripción empírica de un hábitat pobre que ha influido en autores como el citado Mike Davis o el sociólogo francés Henry Lefevbre, destacó el investigador.

Sin embargo, añadió, otro aspecto valioso de la obra de Engels, que pocos estudiosos conocen, es haber formulado una crítica ambiental temprana. “En su ciudad natal contempló un río completamente contaminado por los desechos industriales; ve cómo la producción contamina y cómo los habitantes tienen que vivir en esas condiciones, aspectos que se expondrán en el Coloquio”, concluyó
Fernanda Barrera Rubio Hernández, de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, expondrá “Vecindades en CDMX y la Unidad Habitacional Tlatelolco (1966). Imágenes fotográficas dialécticas participes en la formación de un discurso sobre pobreza urbana”.

Se trata de un análisis cuyo eje es comparar relatos escritos y visuales de una zona clave en el desarrollo urbano de la ciudad de México: Nonoalco-Tlatelolco.

Los relatos de la vivienda que aparecen en las revistas especializadas de la época, como Arquitectura-México, editada por Mario Pani, el proyectista de la Unidad Habitacional Tlatelolco o Espacios, a cargo de Guillermo Russell y Lorenzo Carrasco, y Planificación, dirigida por Carlos Contreras, más las revisas de entretenimiento fueron útiles para referir la vivienda popular, sobre todo la popular pobre, indicó la arquitecta.

La ponencia de Barrera parte de una experiencia académica al analizar fotografías de la Unidad Habitacional Tlatelolco antes de ser edificada. “El grupo de trabajo observó que en una fotografía aérea aparecía una red de vías de ferrocarril.

“Por otro lado, aparecieron relatos en las revistas citadas describiendo la zona como un terreno baldío, lleno de tugurios. De modo que si el terreno tenía esas características, por qué aparecía esa infraestructura ferrocarrilera”.

Más tarde el grupo de arquitectos incorporó al análisis otro tipo de fotografías donde se observan con más detalle la vivienda precaria de esa gran zona ferrocarrilera. Con ese discurso sobre la pobreza, las revistas especializadas describieron la insalubridad y hacinamiento de la zona pero con otras fotografías de vecindades que no correspondían a Tlatelolco.

“Las revistas de arquitectura ‘juegan’ con la información y con la imagen fotográfica constantemente, manipulan el halo de verdad que tiene la imagen fotográfica. Hallamos una relación entre la fotografía aérea que muestra ciertas características ocultas a simple vista, en tanto que las imágenes de las vecindades pretenden ‘vender’ la idea de que hay pobreza en esa zona”, comentó la maestra.

Finalmente, la arquitecta admitió estar convencida de que el uso de la fotografía, “desde que se inventó”, ha sido para manipular la información. En el caso de Tlatelolco su propuesta consiste en “desempolvar archivos, ver la historia de la arquitectura y del urbanismo no sólo en los planos y en las palabras sino revisarlos de manera exhaustiva. Ahí podemos encontrar historias distintas sobre la ciudad y sobre la misma arquitectura”, concluyó.

Pamela Romero Pereyra presentará “Lola de María Novaro (1988). Una mirada femenina a la miseria urbana” donde analiza el discurso fílmico de la película en tanto descripción casi documental de lo que sucedía en las colonias pobres de la ciudad de México después del terremoto de 1985.

“Es pertinente reflexionar sobre la elaboración de una iconografía política del gobierno mexicano con los letreros como ‘México sigue en pie’ y su afán de mostrar una normalidad que no existía y cómo formuló la idea de reconstrucción de la ciudad que alentó sino que la tan deseada reconstrucción estuvo en manos de la sociedad civil.

En cuanto a la relación entre la película y la denuncia de Engels sobre la ciudad, Romero Pereyra la encontró en el interés de Novaro para contar la historia de Lola, su personaje principal, comparado con la ciudad. “Lola está profundamente triste, sola y rota, igual que la ciudad pero, de algún modo, ambas continúan. Contrario de lo que intenta fijar el letrero ‘México sigue en pie, ellas no lo están, pero continúan y van resolviendo las cosas conforme mejor van pudiendo.

“Es un diálogo entre la persona urbana y la persona mujer. La directora emplea primeros planos para Lola, el gran personaje que se funde con los edificios rotos. Éstos van contando también su propia tristeza. Además, Novaro compara el barrio pobre con la construcción femenina de la pobreza”, detalló la historiadora.

Para concluir, la académica adelantó que su planteamiento acerca de la obra de Novaro transcurre por dos vertientes: “el fondo documental muestra la ciudad, especialmente la colonia obrera en 1989 en una perspectiva después del sismo, pero cuatro años después, la ciudad seguía rota y en desgracia. Esta mirada documental es el fondo de una narrativa feminista, de una historia que pude ser la de muchas mujeres en aquella época, incluso también de esta”.

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