La UNAM, mediante el Instituto de Física, es el hogar del primer microscopio de efecto túnel a ultra alto vacío y baja temperatura (STM LT-UHV), diseñado en su totalidad por investigadores universitarios. Después de siete años de trabajo y la experiencia de Carlos Javier Villagómez Ojeda, este año fue inaugurado.
El artefacto permitirá manipular átomos y moléculas individuales en superficies para estudiar máquinas moleculares, nanoestructuras a escala atómica, transporte electrónico en moléculas orgánicas, así como analizar las fuerzas inter e intra moleculares que determinan la organización de moléculas en superficies.
De acuerdo con Villagómez Ojeda, el microscopio STM LT-UHV no sólo da paso a la investigación de máquinas moleculares (o moléculas funcionalizadas), sino además abre la brecha para la creación de infraestructura científica en nuestro país.
Aunque sus aplicaciones se encuentran en etapa de ciencia básica, en la que aún se requiere estudiar y entender cada fenómeno, el experto universitario no descarta que en el futuro surjan usos que beneficien a las diversas industrias de México.
“Principalmente en la industria del recubrimiento de materiales es bastante interesante, porque nosotros, en estas condiciones de ultra alto vacío, podemos evaporar o crear películas muy delgadas que normalmente pueden ser una capa monoatómica o dos capas monoatómicas, y también se vislumbran aplicaciones en el desarrollo de la electrónica orgánica.”
Hecho en la UNAM
El microscopio STM LT-UHV (Scanning Tunneling Microscope Low-Temperature-Ultra high vacuum) logra temperaturas de hasta 4° Kelvin (-269.15 ºC) y está diseñado con cámaras de acero inoxidable y materiales de la más alta pureza que le permiten alcanzar presiones sumamente bajas para hacer experimentos en condiciones ultralimpias (ultra alto vacío).
Para Villagómez Ojeda, este es un avance que ayudará a que los estudiantes universitarios se motiven para crear sus propios instrumentos de investigación.
“Los retos que se tienen es que, en ocasiones, no contamos con toda esa infraestructura que se utiliza en el extranjero, pero al hacer nuestros propios equipos también los alumnos pasan de tener no solamente conocimientos teóricos, sino además a poner en práctica muchos de sus saberes con infraestructura de vanguardia.”
Carlos Javier Villagómez ha trabajado en el Centro de Materiales y Estudios Estructurales (CEMES-CNRS) en Francia; en la Universidad Libre de Berlín y en el Instituto Fritz Haber de la Sociedad Max Planck en Alemania. En ese sentido, su trayectoria científica le ha permitido la construcción de infraestructura para la investigación.
“Ahora el desafío es, precisamente, que nosotros podamos generar ese tipo de infraestructura en nuestro país, y creo que la Universidad Nacional tiene los elementos para conseguirlo”, concluyó el científico.