Ética y valores del cuidado

El proyecto “Ética y valores del cuidado” tiene la idea de profundizar en tal tema, ver cómo está implementada, pero no visibilizada, la ética del cuidado, y “en la medida de lo posible, ser capaces de influir y generar cambios en las estructuras de las organizaciones e instituciones”, señaló Montserrat Busquets Surribas, integrante del Colectivo Minerva, de Barcelona, España.

Al participar en el Seminario Cuidados para la vida y el bien común, en el Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la UNAM, recordó que ese grupo, conformado por enfermeras jubiladas materializó el proyecto en 2015 y se hizo realidad posteriormente con la realización de seminarios y las respectivas publicaciones, que desde 2016 e ininterrumpidamente, recogen los materiales que derivan del impulso del proyecto y del contenido en el desarrollo de los seminarios.

En la conferencia El cuidado y la ética de cuidado: nuevas reflexiones, experiencias y perspectivas, explicó que, en una primera fase (2015-2023) se realizó el enfoque teórico y actualmente se lleva a cabo un espacio de deliberación.

La experta mencionó que aunque en su país los políticos hablan de cuidado, muchos ayuntamientos cuentan con políticas y los centros de salud tienen a la persona como el centro de la atención, el modelo de salud está centrado en la enfermedad, el diagnóstico y el tratamiento.

El cuidado está en una “nube oscura”, como si fuera natural, innato, personal y centrado en las actitudes, en lugar de ser un proceso reflexivo, que se aprende, que empieza y termina, y que tiene objetivos y una manera de hacerse.

La primera fase del proyecto fue el análisis teórico, compuesto por siete seminarios, durante el mismo número de años, en los cuales hubo 102 participantes. Entre los aprendizajes de los mismos se vio que la ética del cuidado es relacional, inclusiva y contextual; fortalece la justicia, la igualdad y el bienestar, replantea la responsabilidad y equilibra la dependencia y la autonomía.

En una segunda, se ha conformado un espacio de liberación creativa, que brinda oportunidades para aprender de las otras personas; se comparten experiencias y se visibilizan los conflictos éticos que viven las y los enfermeros en su práctica cotidiana.

Para inicios del año próximo se pretende disponer de una batería de situaciones de cuidado pensadas y analizadas desde la ética del cuidado. “En el ciclo vital, todos damos y recibimos cuidados. Seguimos aprendiendo”, concluyó”, Busquets Surribas.

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