Puede contribuir a solucionar problemas globales
Frente a la IA, optimismo y adaptación
También tenemos que ser críticos y preguntarnos qué hacemos con ella y cuándo debemos usarla; “el consumo responsable será vital para todos”: Carlos Ignacio Hernández, del IIMAS
Ante tecnologías como la inteligencia artificial (IA) que, además, son inevitables, hay que ser optimistas y tratar de adaptarnos a ellas. Debemos adoptarlas y prepararnos, coincidieron especialistas en la UNAM.
En el ciclo Jueves de Ciencia. Nuestra nueva realidad, organizado por Fundación UNAM y transmitido por TVUNAM, expertos refirieron que esa herramienta transformará nuestras vidas, la manera de enseñar, el sistema de salud, el transporte, etcétera, aunque no será de forma inmediata.
Hay que ser optimistas hacia el porvenir; esta tecnología es una consecuencia del progreso y debe verse como una ventaja que nos permitirá potenciar nuestras capacidades y tener una mejor vida, se expuso al abordar el tema de “Inteligencia artificial hoy y en el futuro”.
En presencia del presidente de la Fundación, Dionisio Meade, Carlos Artemio Coello Coello, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, sostuvo que al respecto no hay razón para temer, “pero es importante conocer un poco, porque nos va a impactar casi en cualquier actividad que desempeñemos”.
Es importante estar informados, pero en fuentes confiables, en páginas de universidades o institutos, en revistas de divulgación científica que “nos despejan los miedos”. Además, como humanos desempeñaremos un papel fundamental en el uso de esas tecnologías, y será muy importante educar a los niños y jóvenes en cuestiones éticas.
La IA tiene sus lados positivos y negativos (como la pérdida de empleos y la falta de privacidad). Se trata de un tema que se puede analizar desde los puntos de vista técnico, social o filosófico, por sus implicaciones a futuro, aclaró.
En tanto, Carlos Ignacio Hernández Castellanos, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, recordó que en el pasado se decía que era necesario aprender computación e inglés, luego, programación; y hoy IA en cualquiera de sus niveles, pero también ser críticos y preguntarnos qué hacemos y cuándo la usamos. “El consumo responsable será vital para todos”.
Hoy más que nunca necesitamos esa “vela en la oscuridad” que es la ciencia y ese conocimiento crítico, así como preguntarnos si lo que observamos es real o si fue generado con IA, alertó el investigador.
Coello Coello consideró que entre los mitos de la IA que se deben desmentir, el principal es que esa tecnología se asocia con entes biológicos, y que es “como si estuviera viva, que se independizará y evolucionará por sí sola, que tomará el control del planeta y exterminará a los humanos”.
Se requiere regular estas tecnologías, pero sin inhibir la investigación, para evitar posibles peligros asociados al uso que el humano le dé a la herramienta, propuso. Otro reto de la IA sería minimizar su impacto ambiental.
Asimismo, reconoció que la inteligencia artificial puede sustituir a los seres humanos en algunas tareas. No obstante, no hay que perder de vista que no genera nada “desde cero”; toma lo que encuentra de internet, a diferencia de los seres humanos, que si tenemos creaciones originales.
Por último, el académico señaló que la IA puede contribuir a solucionar problemas globales. Uno de sus grandes avances tiene que ver con el diseño de fármacos y el desarrollo de vacunas en un tiempo reducido. “Se requiere cierta información e infraestructura, pero tenemos la esperanza de que se orientarán esfuerzos en esa dirección”.
La herramienta propone una solución, pero depende de los humanos adoptarla. Ella será una aliada muy valiosa para combatir los problemas de la humanidad, como el hambre o el cambio climático.
Hernández Castellanos recalcó que esta área se encuentra en boca de todo el mundo, ya que ha captado la atención a partir del inicio de ChatGPT. Antes y ahora las preguntas se repiten, por ejemplo, si la IA viene a sustituirnos o a ayudarnos, qué va a pasar con los empleos o con la parte ética.
Dicha aplicación, por ejemplo, puede arrojar algunas perspectivas muy buenas, pero “luego nos sorprende con respuestas que no hacen ningún sentido”. El tema de la privacidad también es complejo, “habría que tratar de regular a las empresas que adquieren nuestra información”.
Se suele pensar que la IA es completamente imparcial, que es infalible y que siempre toma la “decisión correcta”, cuando eso es un mito, además de que las computadoras reproducen sesgos, explicó.
Al presentar el programa, Jaime Urrutia Fucugauchi, consejero de Fundación UNAM e investigador emérito de esta casa de estudios, dijo que la IA es una de las áreas de investigación y desarrollo tecnológico que se ha caracterizado por su rapidez de cambio.
Ésta genera nuevas capacidades y al mismo tiempo plantea dilemas cada vez más importantes. “Queremos impulsar el interés entre los jóvenes por las nuevas tecnologías y desarrollos en ciencia que ofrecen nuevas oportunidades, pero para usarlas bien primero debemos entenderlas”, concluyó.