Gana Daniela Arroio premio de teatro para infancias y adolescencias

Con una pieza sobre el cabello chino, la creadora escénica Daniela Arroio recibió el Premio Bellas Artes de Obra de Teatro para Niñas, Niños y Jóvenes “Perla Szuchmacher” 2024. Un jurado conformado por Alejandra Flores Arizpe, María del Roble Barrett Zertuche y Denisse Zúñiga otorgó la distinción por la obra Selva en la cabeza.

Daniela Arroio tiene 42 años y sabe que sólo recibirá este premio por única vez en la vida y está contenta y emocionada.

Selva en la cabeza es sobre el pelo chino, y para ella: “Una cosa tan simple, sencilla y superficial como el cabello permite hablar de nuestras raíces y de la historia del movimiento de la humanidad”.

A la creadora escénica le gusta mucho trabajar el teatro para infancias y adolescencias, y en este caso Marlene es el nombre que lleva el personaje de la obra que recibió el reconocimiento.

Marlene tiene el cabello chino, como la autora, y eso la hace sentirse diferente a las demás personas. Su historia es sobre migración, discriminación y racismo, temas que “atraviesan la humanidad”, explica la también actriz.

Arroio quería dedicarle un texto a su “pelo chino” y de ahí nace Selva en la cabeza. Pero la pieza no sólo cuenta el significado de su pelo ensortijado y sus recuerdos, retoma la historia de sus amigas con pelo chino; noticias sobre el tema, libros, historias y entrevistas. Es una construcción de experiencias y vivencias de diferentes personas.

La puesta en escena es sobre la diferencia y “de no aceptar que somos una sociedad que se compone de personas de muchos lugares, de muchas razas”, explica Arroio, y narra que Marlene rechaza el lugar del que viene, la lengua de su madre y su propio cabello que esconde o alacia; pero eso cambia en su adolescencia cuando descubre que eso que cubre su cabeza es una maravilla y un tesoro.

La humanidad viene de muchos lugares y aceptar la diferencia para abrazarla es algo que logra la obra infantil. Daniela Arroio dice que el teatro “tiene la hermosa virtud de ser un reflejo de la realidad, como un espejo”, que en su desarrollo busca la identificación con los personajes: “¿En qué me parezco?, ¿en qué no me parezco?, o ¿en qué se parece a alguien que conozco? Es como tratar de enganchar tu realidad con lo que ves representado”.

Si bien es una puesta en escena infantil, Selva en la cabeza también es una oportunidad para hablar de los conflictos que viven las infancias y adolescencias en torno a la aceptación en una sociedad que impone ser siempre algo que no somos. La aceptación es para Marlene “la llave a su felicidad”, concluye Arroio.

La dramaturga, de forma espontánea, habla de su corazón Puma, es egresada de Literatura Dramática y Teatro. Llegó a la UNAM en 2002 y terminar la carrera no fue el final de su estancia en la Universidad. Perteneció al Carro de comedias al egresar de la licenciatura, y ese fue su primer empleo.

El Carro de comedias es un proyecto de Teatro UNAM, además es un remolque que se convierte en escenario y va por todos los espacios de la Universidad y la República mexicana con puestas en escena.

Durante un año, Arroio formó parte del grupo de actores y actrices que, a forma de juglares, representaron a la UNAM sobre un escenario que armaban y desarmaban.

“Después de cada función cantábamos el ¡Goya!, ¡cachún cachún, ra ra!”, narra la universitaria y expresa “yo tengo a los Pumas en mi corazón desde que me gradué”.

Selva en la cabeza fue escrita con una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes a los creadores escénicos, y además de escribir, sus planes no concluyen con el premio, dirigirá, en la Compañía Nacional de Teatro para Infancias, la pieza Antipalomas, un texto de Enrique Olmos de Ita, que mostrará el trabajo de Arroio en escena. También prepara un nuevo espectáculo con Proyecto Perla, su compañía teatral, con el apoyo de Efiartes (Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción Nacional de Artes Visuales), con el que, junto con Micaela Gramajo, estrenarán una obra de teatro en 2025.