Ganadorxs del concurso Calaveritas que gritan ¡GOOOYA!
En el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad lanzamos el concurso #CalaveritasQueGritan¡Goooya! y la comunidad de estudiantes nos sorprendió con sus brillantes obras, que conmemoran una de las tradiciones literarias más importantes de nuestro México.
Compartimos los trabajos de nuestrxs ganadorxs del primero y segundo lugar.
Primer lugar
La flaca también usa pañuelo verde
Diana Mariel Jiménez López / Facultad de Derecho
Era de noche y desperté llorando
pues, una pesadilla había soñado
la flaca a un lado me estaba mirando
y triste me dijo tu hora ha llegado.
Yo no entendía qué había pasado
y ella respondió: eres la décima que hoy me he llevado.
Yo sé, aún no era tu hora
pero, el vato de allá se aprovechó de que andabas sola
Triste entendí que no fue una pesadilla
y solo quiero pedirle a toda mi pandilla
que mi nombre no lo dejen en el olvido
y que a mi muerte le den un sentido.
La huesuda me pidió que de los buenos
momentos me acuerde
mientras en su cuello, se ponía su pañuelo verde
me miró a los ojos y por llevarme me pidió una disculpa
y gritando dijo:
¡HERMANA NO FUE TU CULPA!
Segundo lugar
Mi amada muerte
Ximena Briones Cedillo /Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Sur
Hoy mi familia está de luto.
La huesuda me ha alcanzado
y los escucho llorar a cada minuto.
“Hipócritas”, susurró desde el entierro.
Sabían que estaba mal desde enero.
La muerte es astuta,
pues fue ella la que vio mi dolor
y es ella la que hoy me recluta.
Fue ella quien me vio gritar por ayuda
y no se quedó muda.
Escucho a la gente del velorio:
“¿por qué ella?”
Y yo, en el purgatorio.
Ojalá ellos hubieran visto lo mal que estaba,
quizá así sabrían que todas las noches lloraba.
Ojalá supieran lo que me gustaba,
quizá así hubiera sido abrazada y amada.
Si hubiera nacido en cuna de oro,
igual y tendría ese privilegio
en lugar de este deterioro
y este precio.
Si pudiera pagar terapia,
no existiría la asfixia.
La que me arrebataría
y acabaría con mi vida.
Hoy camino del brazo de la muerte.
Nada puede detenerme.
Nadie me detuvo.
Nadie a mi lado estuvo.
Me voy con mi amada,
pues sabe que estoy cansada.
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