La ionósfera, significativamente alterada

Geofísica tiene en marcha monitoreo de tormentas solares

Según el LANCE, el fenómeno actual alcanzó su etapa de mayor intensidad la madrugada del viernes

En los últimos días, una tormenta solar de considerable magnitud ha alcanzado la Tierra, lo que ha generado preocupación por sus posibles efectos sobre la infraestructura tecnológica global. El fenómeno, que comenzó a formarse la semana pasada, ha desencadenado alteraciones en el campo magnético terrestre, aunque aún no se ha determinado con precisión el impacto total.

Pedro Corona, especialista del Laboratorio Nacional de Clima Espacial (LANCE) del Instituto de Geofísica, ofrece una perspectiva sobre la tormenta solar que recientemente alcanzó la Tierra, sus posibles efectos y las estrategias para mitigar sus impactos.

Corona resalta que la magnitud exacta de la tormenta solar es difícil de predecir, ya que depende en gran medida de la estructura magnética del material expulsado del Sol. Esta variable es la más importante para determinar si los efectos sobre la Tierra serán intensos o leves.

Aunque ya se ha detectado la onda de choque asociada a esta tormenta solar, la información aún es limitada: “Sabemos que está avanzando rápidamente, a una velocidad estimada de entre 1,200 y 1,500 km/s, lo que le permitió llegar a la Tierra en menos de dos días. Sin embargo, no podemos afirmar con certeza qué tan fuertes serán sus efectos hasta tener más datos sobre su estructura magnética”, explica Corona.

Hasta el momento, se han observado alteraciones en el campo magnético terrestre, lo que indica la presencia de una tormenta geomagnética. Sin embargo, este fenómeno aún no ha alcanzado niveles críticos. A pesar de la incertidumbre, los expertos monitorean continuamente la situación para anticipar cualquier cambio significativo.

Las redes de instrumentos del LANCE registraron que la tormenta geomagnética alcanzó su etapa de mayor intensidad la madrugada del viernes 11; a partir de las tres de la mañana empezó su debilitamiento y paulatinamente el campo magnético fue regresando a la normalidad. Esta fase de recuperación puede extenderse algunos días.

Por otro lado, la ionósfera sigue significativamente alterada; la región sur del país es la más afectada. El estado perturbado de la ionósfera sobre México podría extenderse por varias horas más antes de debilitarse.

En tiempo real

El LANCE, en colaboración con otras instituciones y redes internacionales, ha estado trabajando para monitorear estos eventos en tiempo real. “Utilizamos una red de antenas de radio y estaciones geomagnéticas que nos permiten seguir de cerca las tormentas solares. Este trabajo se realiza en conjunto con el Instituto de Geofísica y el Instituto de Geociencias”, comenta Corona.

Uno de los aspectos más importantes de su labor es la colaboración con la Comisión Federal de Electricidad, ya que las tormentas geomagnéticas pueden generar corrientes que afecten las infraestructuras eléctricas. Además, el Laboratorio trabaja con estaciones ionosféricas, cruciales para garantizar la estabilidad de las comunicaciones satelitales. En este contexto, Corona señala que, si bien los fenómenos solares no representan un riesgo directo para la salud humana, sí pueden causar problemas tecnológicos que impacten nuestra vida cotidiana. “Servicios esenciales como internet, telecomunicaciones e incluso sistemas de navegación y posicionamiento global pueden verse comprometidos si no se toman las precauciones adecuadas”.

El LANCE emite boletines periódicos de clima espacial dirigidos a las autoridades mexicanas para prevenir daños en infraestructuras críticas. De hecho, Corona subraya que este tipo de información es vital para garantizar la seguridad nacional, dado el alto grado de dependencia tecnológica que caracteriza a la sociedad actual.

La tormenta solar en curso no es un evento aislado. Tal como explica Corona, estas tormentas son parte del ciclo natural de actividad solar, que sigue un patrón de 10 a 11 años. El Sol atraviesa fases más activas durante las cuales es común que ocurran más explosiones en su atmósfera. Comparando este evento con la tormenta solar del 10 de mayo de este mismo año, el especialista recalca que, aunque ambos eventos son similares en cuanto a su origen, las condiciones específicas de cada tormenta varían, lo que exige un monitoreo constante.

A nivel institucional, las autoridades están tomando medidas para proteger los sistemas tecnológicos. Corona asegura que el avance en la comprensión del clima espacial permitirá en el futuro mejorar los pronósticos y mitigar los efectos negativos de estos fenómenos. No obstante, insiste en la importancia de que tanto empresas como gobiernos integren este tipo de eventos en sus planes de contingencia.

Finalmente, Corona invita a la población a seguir informándose a través de fuentes confiables, como el LANCE y el Servicio de Clima Espacial México, para evitar caer en el alarmismo.

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