Domingo 8 de octubre, Sala Miguel Covarrubias
Gianni Schicchi, ópera cómica sobre la decadencia humana
La OJUEM presenta dos funciones de la pieza de Puccini en el Festival Cultura UNAM
Gianni Schicchi es una ópera cómica en un acto con música de Giacomo Puccini y libreto de Giovacchino Forzano; una obra muy condensada y dinámica, de una gran riqueza lírica y sumamente divertida. No hay forma de que el público se desencante, todo el tiempo están pasando cosas, acciones que se traducen musical y vocalmente. El compositor italiano plantea en esta jocosa historia cuestiones que para él son motivo de preocupación y señalamiento directo: la avaricia y la decadencia humana.
Este 8 de octubre, la Sala Miguel Covarrubias será el recinto para dos funciones en las que intervienen la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata (OJUEM), con el maestro Gustavo Rivero Weber como director concertador, la agrupación Solistas Ensamble de Bellas Artes, bajo la dirección artística de Christian Gohmer, y la puesta en escena de Juliana Vanscoit.
También escenógrafa y diseñadora de vestuario del montaje, Vanscoit optó por crear personajes arquetípicos para hacer más evidente las trampas y ambiciones de los sujetos que se reúnen en un club nocturno y no, como sucede en la versión original, en una casa del siglo XVIII en la ciudad de Florencia.
La escenografía no es nada aparatosa, aunque tampoco es austera. Se construye el espacio con una serie de plataformas y una proyección que termina de conformar el bar cabaret, donde los personajes entran y salen de manera continua. Este es el lugar donde se escenifica un mundo de delincuentes, mafiosos, falsificadores, proxenetas y traficantes de armas y de estupefacientes. El abuso de poder tras bambalinas.
La ópera está basada en El Infierno, de Dante. Gianni Schicchi es el caballero florentino que acabará en el inframundo. Un grupo de familiares está a la espera de la muerte de Buoso Donati, el tío rico, para quedarse con la herencia; pero el testamento dirá otra cosa muy distinta. Es entonces que buscan modificarlo para lo cual acuden a los servicios de Schicchi.
Vanscoit refirió en entrevista que Puccini es clarísimo con las intenciones y las emociones que quiere plantear, por lo que el equipo de trabajo de la directora de escena siguió fielmente la partitura para identificar los ritmos de la obra y de los personajes, además de saber en qué preciso momento se encuentran tristes, enojados o hasta furiosos.
“La escenografía se supeditó a la trama –apuntó Vanscoit. La definimos después de analizar la partitura y la dramaturgia musical que necesitábamos para poder contar la historia. La estructura del espacio es jerárquica y se apegó a la construcción del discurso dramático. No es un sitio en el que estén en constante movimiento los objetos y los telones, pero sí facilita que los personajes desarrollen sus respectivas acciones. El lugar que configuramos nos sirve para visibilizar las jerarquías de poder, resaltando la violencia y la ambición humana. Tenemos una cantidad de utilería gigantesca que pertenece a todos los vicios de cada personaje, lo que es de gran ayuda para su construcción.”
En relación con la Sala Miguel Covarrubias, dijo que es un escenario muy noble para trabajar porque su acústica es buena y los técnicos que en ella laboran son muy profesionales. “Estamos emocionados por hacer esta puesta en escena en la Universidad, lo que acerca a los jóvenes a un universo que a veces parece muy lejano, como el de la ópera, y que finalmente cumple en muchos sentidos con la característica principal del género: reunir muchas artes en una sola. Se trata de un evento artístico completo”.
Melodías geniales
“Es una ópera maravillosa, una comedia para pasarla muy bien y disfrutarla a plenitud”, comentó Rivero Weber, en entrevista. “La música es muy libre, aunque obviamente sigue un formato. Es un buen reto para los integrantes de la orquesta por ser variante todo el tiempo. Considero que es una pieza difícil de interpretar, pero a la vez las melodías de Puccini son geniales, producto de un romántico impresionante”.
Para concluir, Rivero Weber extendió una invitación a los universitarios para que agoten las localidades de las dos funciones del domingo, la primera a la 1 de la tarde y la segunda a las 6 pm y empiecen a enamorarse de la ópera, un arte mayor.