Exposición 10 en Humanidades
Gigante asiático, potencia hegemónica del siglo XXI: Alicia Girón
Conferencia magistral América Latina: disputa entre Estados Unidos y China, de la coordinadora del Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África
China es un proyecto imperial, y la que se consideraba una economía emergente será, en unos cuantos años más, la potencia hegemónica del siglo XXI, señaló Alicia Girón González, coordinadora del Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África (PUEAA) e investigadora emérita del Instituto de Investigaciones Económicas.
Durante la conferencia magistral América Latina: disputa entre Estados Unidos y China, en el marco de la Exposición 10 en Humanidades. Beneficios de la investigación social y humanística, en el Museo de las Ciencias Universum, refirió que el gigante asiático está en una transformación hacia una nueva economía, relacionada con el ámbito digital y el cambio climático.
Pero detrás de la economía y del paso a nuevos sectores, hay grandes empresas consorcios y accionistas ganando mucho dinero, mencionó la universitaria.
Lo mismo ocurre con el conflicto entre Rusia y Ucrania, y más recientemente el del Medio Oriente, porque en cualquier tensión bélica están implicadas, sobre todo, cuestiones económicas.
Ambos enfrentamientos armados tienen que ver con el ciclo económico que cae en el periodo 2007-2008, se agudiza con la pandemia y que, de acuerdo con los pronósticos del Fondo Monetario Internacional, no tendrá crecimiento.
Economía de guerra
Los conflictos bélicos son importantes porque la economía de guerra deja muchas ganancias, recalcó la experta. Si no se gana en un sector, se puede hacer en otro, aunque sea irracional ver “películas de guerra” que vimos en el pasado, actualizadas al día de hoy, y en vivo.
América Latina, continuó Girón González, es la “puerta trasera” de una potencia: los Estados Unidos de América. La importancia de la región es evidente: “tenemos riqueza en minerales y producción agroindustrial”.
Por ejemplo, detalló, Latinoamérica alimenta a los chinos, principalmente con las exportaciones de trigo y soya de Argentina y Brasil; también son importantes los minerales de Perú. Aquí “tenemos materias primas” y una gran integración con esa economía asiática.
En nuestra región, además de alimentos, hay litio, cobre, plata, grafito, estaño o níquel; también hay petróleo, añadió en el Foro de Química del Museo Universum. Y los minerales no sólo sirven en la fabricación de teléfonos inteligentes, sino para las energías renovables, ejemplificó.
Durante la pandemia, rememoró, China fue el único país que no cayó a puntos negativos. Este año se calcula un crecimiento de 5.3, y para 2024 de 5 %. En contraste, en 2019 México tuvo un crecimiento negativo de –0.1, y con la emergencia sanitaria se registró una caída brutal de –8.3, “peor que la crisis financiera de 1994-1995”.
Al continuar con su charla añadió que, sin importar la marca, todos tenemos un teléfono inteligente, pero hay que preguntarse de dónde vienen los materiales para su fabricación.
El litio se usa para las baterías de la mayoría de los dispositivos electrónicos portátiles; el silicio se utiliza en los chips y circuitos integrados, como el procesador, la memoria RAM y la unidad de almacenamiento; el aluminio en la carcasa y otros componentes como los botones; el cobre, en la placa de circuito impreso y en los cables y conectores internos.
Los principales fabricantes son China, donde se ensamblan los dispositivos y se integran los componentes; Taiwán es el hogar de empresas que producen chips y procesadores; Japón es conocido por su contribución en la fabricación de equipos electrónicos de alta calidad, como las pantallas y sensores; Corea del Sur ha sido proveedor clave de diversos productos incluidas baterías y artículos electrónicos.
En tanto, Estados Unidos ha trabajado para incrementar la producción local de ciertos componentes; en Europa y el sureste asiático también hay proveedores. Incluso en un producto, como un teléfono, parte de sus insumos provienen de América Latina.
Empleo
Para los chinos la preocupación es que gran parte de los insumos que se produzcan en América del Norte generen un problema de empleo en las fábricas en el país asiático, “lo cual es bueno, porque esos puestos son para nuestra gente y dejamos de ser, un poco, una plataforma maquiladora”. Los cambios estructurales se darán poco a poco.
Además, finalizó Alicia Girón, en The Wall Street Journal se publicó una noticia importante, que menciona que China no está yendo a México, sino que parte de nuestra producción se dirige a regiones de esa nación donde no hay alta producción. “Se trata de un proyecto de fortalecimiento de su propia economía, y eso deben tenerlo en mente quienes manejan la política comercial, económica y financiera”, concluyó.