Del 29 de junio al 2 de julio

Giselle, con la Compañía Nacional de Danza, en la Sala Miguel Covarrubias

Es una de las obras más hermosas de la historia de la disciplina: Cuauhtémoc Nájera

Foto: cortesía Brenda Jáuregui.
La Compañía Nacional de Danza (CND) presenta en la UNAM Giselle, uno de los ballets románticos más aclamados en el ámbito mundial. Los directores artísticos de este montaje son los bailarines Elisa Carrillo y Cuauhtémoc Nájera. En entrevista, este último consideró que la coreografía de Jules Perrot y Jean Coralli, con composición musical de Adolphe Adam, es fundamental en la cultura general de cualquier persona.

“Está en el imaginario del ser humano, ya que en esta obra se cuentan situaciones tan cotidianas como el amor, la honestidad y la traición. Es un ballet muy presente en todo aquel que tiene en su trayecto de vida una historia propia de amor”, comentó.

La versión original de Giselle data de 1841. Noventa años después fue modificada por Anton Dolin, coreografía que se estrenó primero en Nueva York con el Ballet de América y luego en Londres en un festival internacional de danza. Nájera indicó que esta versión, basada a su vez en la que hizo Marius Petipa en 1884, es la que ofrece ahora al público la CND en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, el jueves 29 y viernes 30 de junio a las 19 horas, el sábado 1 de julio a las 12:30 y 19 horas, y el domingo 2 de julio a las 12:30 horas. Antes, en mayo pasado, realizaron cinco funciones en el Teatro Esperanza Iris.

Recordó que de 1992 a 1994 participó como bailarín en este ballet que muestra dos entornos contrapuestos: uno aldeano y humano y otro sobrenatural. Nájera protagonizó a Albrecht, un noble que esconde su identidad al enamorarse de Giselle, pero que causa la muerte de la joven al descubrirse la verdad. “Bailé la versión de Alicia Alonso. Fue algo maravilloso”, apuntó.

Describió someramente los dos actos que constituyen Giselle: “El primero es muy terrenal, pleno de pueblo, de lo que somos cotidianamente. El segundo es lo que en muchos ballets se denomina el acto blanco. Trata de ese amor que está más allá del mundo terrenal y de la muerte. Giselle juega en el primer acto con el mundo real, y en el siguiente con el de ultratumba”.

En este ballet se cuenta una historia de amor, tragedia y venganza. Una joven campesina, sencilla e inocente, se enamora de un noble que ya está comprometido en matrimonio. Intentando escapar de su promesa, éste se hace pasar por un aldeano con la finalidad de conquistarla. Al enterarse de tal situación, otro enamorado de ella lo desenmascara. Tan grave es la decepción de Giselle que enloquece.

“Tenemos un personaje que ama incondicionalmente y otro que ama bajo ciertas condiciones y juega con el amor”, apunta Nájera, quien no duda en catalogar este ballet romántico como “una de las obras más hermosas de la historia de la danza”.

La puesta en escena nace de la admiración que le tenía el poeta y crítico francés Théophile Gautier al talento de Carlotta Grisi, joven bailarina italiana. El argumento lo escribió al lado del libretista Vernoy de Saint-Georges, inspirándose ambos en el poema “Las fantasmas. Imitación de Las orientales”, de Víctor Hugo, y en la vieja leyenda germánica de Las Willis, de Heinrich Heine –espíritus de las jóvenes que mueren vestidas de novia antes de llegar al altar y que se aparecen a medianoche a la luz de la Luna buscando venganza.

La versión coreográfica de Anton Dolin cobrará vida con las bailarinas Mayuko Nihei, Valeria Mariaud, Elisa Ramos y Greta Elizondo como Giselle; de los bailarines Argenis Montalvo, Erick Rodríguez, Roberto Rodríguez y Moisés Carrada en el papel de Albrecht; y de las bailarinas Ana Elisa Mena, Yoalli Sousa y Elisa Ramos protagonizando a Myrtha, reina de Las Willis.

Nájera fue director de Danza UNAM. Al cuestionarlo, para cerrar la entrevista, sobre el papel que ha desempeñado la Universidad Nacional en la creación de públicos para la disciplina, comentó, con plena convicción, que durante muchos años ha sido uno de los cuneros de los artistas y del público de la danza en México.

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