Analizan letras sobre el despecho

Hay canciones románticas que normalizan la dependencia emocional

Académicas del CIEG y la Universidad de Nebrija reflexionan sobre la necesidad de cantar de otra forma las historias de (des)amor

El amor todo lo puede” es la máxima de las relaciones románticas. Esta idea arraigada se representa en productos culturales como el cine, la radio, la televisión y, por supuesto, la música. ¿De qué otras maneras podríamos cantar sobre el amor? De esto dialogaron académicas del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) y la Universidad de Nebrija.

Como parte de los Viernes de Cultura Feminista de la Comisión Interna para la Igualdad de Género del CIEG se realizó la tertulia y análisis de canciones “Torpe, traste y testaruda. Herramientas para desarmar al amor”.

En este encuentro participaron Alejandra Collado, becaria posdoctoral del CIEG; Mariana Semerjion, estudiante del máster en Español como Lengua Extranjera de la Universidad de Nebrija, España, y en la moderación estuvo Maggie Macías, jefa del Departamento de Difusión y Extensión del CIEG.

Alejandra Collado, quien actualmente realiza una investigación posdoctoral acerca de activismos feministas digitales durante la pandemia, explicó que los mitos del amor romántico como la media naranja o que el amor todo lo puede son ideas que afectan principalmente a las mujeres.

El origen del amor romántico se halla en un movimiento artístico que surgió en Alemania y en Reino Unido a finales del siglo XVIII: el Romanticismo. Éste predominó por su rebeldía frente a las estructuras racionales y por una exacerbación de la pasión. Posteriormente, el concepto de lo romántico se transpola a las interpretaciones y expresiones sociales del amor hasta nuestros días.

“Puedes tener una vida exitosa, pero si no tienes pareja constantemente se te está presionando para que ya ‘completes tu vida’. Cuando llega esta relación, la convertimos en el centro de todo”, dijo.

“No puedo vivir sin ti”, “eres mi todo”, “amarte hasta la muerte” son oraciones comúnmente encontradas en las canciones románticas, las cuales normalizan la dependencia emocional en las parejas y retratan otras violencias en las relaciones como algo natural, normal o común. ¿Será posible replantearnos la forma de narrar el amor?, se preguntaron las participantes.

Durante la charla, Alejandra Collado y Mariana Semerjion analizaron una selección de canciones cuyo tema principal es el despecho, desde José José hasta Mon Laferte. En este análisis señalaron que, a través de melodías atractivas y letras melodramáticas, es posible dar por hecho que los celos, la manipulación, el despecho y las mentiras son “lo común” en las relaciones.

“Voy a poner cadenas en ti para que no me engañes, para que no te vayas de mí en busca de otro amante”, versa la canción de José José. En la tertulia, al retomar esta letra, las académicas coincidieron en la necesidad de explorar otras narrativas para dar cuenta de las relaciones sexoafectivas.

Música para sanar

Además de ambientar espacios, la música es capaz de contar historias y secretos, lo cual genera un sentimiento de identificación en las personas que las escuchan. Es a partir de este sentimiento que la música puede adoptarse como una herramienta para la resolución de conflictos y construir otras formas de relacionarnos, expuso Mariana Semerjion.

Además de ser un arma liberadora, la música beneficia a la salud en tanto mejora la memoria, la atención y la concentración. También alimenta la creatividad, el autoestima, la sociabilidad y la imaginación. “La canción nos conecta a un mundo mágico, a un orbe que no vemos”, mencionó Semerjion.

A través de la música se conectan historias con las demás personas, se socializa un problema o se da a conocer una temática. Por ello, apostar por nuevas propuestas musicales que hablen de amor es importante. Hay otras posibilidades de consumo, aseguró Alejandra Collado: “La música también transforma nuestras percepciones, discursos, nuestras prácticas; de ahí la importancia de repensar estos temas”.

“Me quiero ver completa”

Maggie Macías, moderadora de la charla, sugirió que “en nuestra cultura lo que hemos estado buscando es darle valor o atención al desamor, más que al amor”. En un gran número de canciones se encuentra un discurso que apela al despecho, a la venganza y a la depresión luego de una ruptura.

Al respecto, frente a la oferta musical actual, de la cual el gran porcentaje representa los ideales, valores y estereotipos del amor romántico, surgen otras propuestas que contrastan experiencias y demuestran que hay otras maneras de concebir al amor. El amor a las amigas, a la familia y el amor propio han sido temas recuperados por artistas que buscan dar la vuelta a las narrativas establecidas históricamente. ¿Serán acaso formas de protesta?

Natty Natasha, Audry Funk y Ruzzi son algunas cantautoras que han modificado los discursos en sus canciones con versos como “me quiero ver libre, me quiero ver fuerte, me quiero ver completa”. De esta manera interpelan las formas de amor construidas durante años y hallan nuevas formas de concebir el amor para sí mismas como en un ejercicio de autorreflexión y deseo de cambio.

La grabación de la tertulia se encuentra disponible en el canal de YouTube del CIEG.

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