UNAMirada desde la Psicología
Hay que promover la empatía desde la infancia
Es una habilidad fundamental que nos permite comprender y conectar con las emociones de los demás, facilitando el respeto a las diferencias: María Santos Becerril, FP

Desde temprana edad hay que fomentar la empatía como una herramienta clave para construir una sociedad incluyente, dijo María Santos Becerril Pérez, durante el ciclo de conferencias «UNAMirada desde la Psicología».
Celebrada el pasado martes 25 de marzo en el auditorio Dr. Luis Lara Tapia de la Facultad de Psicología de la UNAM, la doctora Becerril explicó que la empatía es una habilidad fundamental que nos permite comprender y conectar con las emociones de los demás, facilitando el respeto por las diferencias y el desarrollo de habilidades sociales beneficiosas en la vida adulta.
Durante su ponencia «¿Cómo promover la empatía y la prosocialidad en la infancia y en la adolescencia?», detalló que hay tres tipos de empatía:
La cognitiva, que consiste en identificar palabras y gestos para entender lo que otra persona piensa o siente, sin implicaciones emocionales personales.
La emocional, que implica captar rasgos cognitivos y emocionales, permitiendo responder ante la alegría o tristeza de los demás.
Y la compasiva, que involucra compartir las emociones de otros y tomar decisiones para ayudar de manera efectiva en situaciones difíciles.
Asimismo, abordó el desarrollo de la empatía a lo largo de la infancia y adolescencia, resaltando la importancia del aprendizaje vicario a través de padres, escuela y adultos.
Desde los primeros meses de vida, destacó, el contacto cara a cara y la respuesta a emociones positivas promueven la empatía. En la niñez, atender y validar las preocupaciones de los niños les ayuda a reconocer y responder a las emociones ajenas.
A partir de los seis años, subrayó, los niños comienzan a comprender situaciones globales como la pobreza o enfermedades, y durante la adolescencia son capaces de ir más allá de su propia perspectiva y conectar con experiencias ajenas, sintiendo solidaridad y compasión.
Para promover la empatía, la doctora Becerril Pérez sugirió las siguientes acciones:
Parar: Dejar de hacer lo que se está haciendo y detener la situación.
Observar: Prestar atención a las expresiones y lenguaje corporal de la otra persona.
Comprender: Escuchar activamente, preguntar e inferir el punto de vista del otro.
Conectar: Identificar las emociones que la otra persona siente y relacionarlas con experiencias propias.
Actuar: Brindar ayuda utilizando un lenguaje empático y expresiones no verbales adecuadas.
En cuanto a la conducta prosocial, destacó que las personas que la practican suelen sentirse bien al provocar estados de ánimo positivos en los demás. Este comportamiento es contagioso y se observa en situaciones como desastres naturales, donde la solidaridad se manifiesta de manera espontánea.
Finalmente, enfatizó la responsabilidad de los adultos en modelar asertivamente a las infancias y adolescencias en crecimiento, promoviendo acciones empáticas y resilientes que fomenten la comprensión de que las diferencias nos hacen únicos e irrepetibles.