Se explorarán sus vertientes creativas y profesionales

Homenaje a Vicente Quirarte en la UNAM

«Le debo a la Universidad todo”. Foto: Barry Domínguez.

Vicente Quirarte, investigador y profesor de la UNAM, recibirá un homenaje a su larga y prolífica carrera, con motivo de sus 70 años de vida. Este evento incluye el coloquio Vivir es escribir con todo el cuerpo, que se llevará a cabo entre hoy y el 21 de agosto en el Auditorio José María Vigil de la Biblioteca Nacional de México. Autoridades, colegas y amigos se reunirán en diversas sesiones para explorar vertientes creativas y profesionales del escritor.

El coloquio inicia hoy 19, a las 13:15 horas con la inauguración de la exposición Los otros sentidos en el patio central de la Biblioteca Nacional de México. El 23 de agosto a las 18:00 habrá una lectura en atril de la obra de teatro Melville en Mazatlán en el Aula Mayor de El Colegio Nacional. Y el 29 en la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni) se llevará a cabo la mesa de diálogo Vicente Quirarte y la Fundación para las Letras Mexicanas a las 14:00 horas, y el conversatorio El vuelo infinito. Setenta años de poesía de Vicente Quirarte, el día 30 a las 14:00.

Para Quirarte el homenaje “es un reconocimiento a la Universidad en uno de sus hijos, porque le debo a esta casa de estudios todo. Me pongo a pensar en la poesía, en la narrativa, en el ensayo, en el teatro, y todo ha sido siempre apoyado por la UNAM. Le debo todo lo que soy”, comenta.

Nacido en la Ciudad de México en 1954, Vicente Quirarte es licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, además de maestro en Letras Hispánicas y doctor en Literatura Mexicana por la misma institución, donde también ha sido profesor, investigador, director general de Publicaciones, director del Instituto de Investigaciones Bibliográficas y de la Biblioteca Nacional de México, y miembro de la Junta de Gobierno. Es investigador Titular “C” de tiempo completo definitivo en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas e integrante del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores nivel II.

Un tema central en su trabajo, quizás incluso personaje, ha sido la capital mexicana, como lo atestiguan sus libros Enseres para sobrevivir en la ciudad (1994) o Elogio de la calle. Biografía literaria de la Ciudad de México 1850-1992 (2001). Actualmente, sigue trabajando en este mismo asunto, sobre todo en la visión que de ella tienen las mujeres y los niños.

Quirarte es un escritor inclasificable por la multiplicidad de géneros en los que se ha desempeñado, siendo la poesía el más constante. Es integrante del Sistema Nacional de Creadores de Arte, de la Academia Mexicana de la Lengua y de El Colegio Nacional. Ha recibido premios como el Xavier Villaurrutia, el Sergio Magaña o el Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde.

Como ensayista se ha internado en temas históricos y biográficos, siguiendo de cerca a poetas fundamentales del orbe de habla hispana. “Empecé a investigar a Luis Cernuda y a Gilberto Owen porque en su momento eran poco estudiados. José María Espinasa decía que eran los poetas malditos de sus generaciones. Al cabo de los años me da gusto ver que se les considera muy importantes. Cernuda, por ejemplo, es admitido como uno de los mejores poetas de la generación del 27”, señala el escritor.

También ha seguido la senda de dos poetas nacidos en 1914 que más que contrarios podríamos decir que se complementan, Octavio Paz y Efraín Huerta.

“Efraín Huerta es el poeta de la urbe, Los hombres del alba, de 1944, es su primer libro dedicado enteramente a la ciudad y a su fauna nocturna, sobre todo. Octavio Paz es mucho más universal, toca puntos esenciales de la condición humana”.

Justamente en el centro de la producción literaria de Quirarte se encuentra su propia poesía, con más de 20 volúmenes. Poeta de lo histórico y de lo erótico, despunta en la tradición mexicana del siglo XX, no tan cercana ni afecta a los temas del cuerpo. “En Fra Filippo Lippi. Cancionero de Lucrezia Buti, por ejemplo, tomo una historia conocida para reflexionar sobre el erotismo que dominó a Lippi hacia la monja Lucrezia Buti. Hay un doble juego histórico y erótico”.

Lo histórico es aún más poderoso en su producción teatral, baste recordar obras como El fantasma del Hotel Alsace (Los últimos días de Oscar Wilde). Hay mucho de Penélope en Ulises o Melville en Mazatlán. En su teatro ha buscado, nos dice Quirarte citando a Borges, “lo simbólicamente verdadero”, no necesariamente lo que pasó, sino lo que podría haber pasado.

“Yo creo que hay una intención de rescatar a los personajes de la historia y ponerlos en situaciones comunes y corrientes. También me ha acercado a ellos su carácter extraño, gótico. Escritores como Oscar Wilde, Herman Melville o Mary Shelley tienen lados oscuros. Creo que en Wilde, por ejemplo, hubo una fatalidad gozosa al entregarse a su desgracia”, propone Quirarte.

Como por coincidencia, el tema de Oscar Wilde nos lleva necesariamente a hablar de otro derrotero literario favorito del escritor: la literatura fantástica. “Hay una fascinación por los fantasmas desde niño; y, de pronto, los héroes de mi infancia cobraron vida en la edad adulta. El primer libro que leí íntegramente fue el de los cuentos de Oscar Wilde, fue un motor importante. Eran historias de amor imposible, como ‘El ruiseñor y la rosa’, eso lo traté de reflejar en la obra sobre Wilde”, enfatiza.

“El vampiro siempre está presente y, por supuesto, H.P. Lovecraft, a quien sigo leyendo, porque nos da una idea diferente del horror. En la obra de teatro que estoy escribiendo ahora, Lovecraft se salva del cáncer que lo aqueja y viene a México. Se instala en Azcapotzalco”, concluye con una sonrisa.

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