Desde patriota y noble hasta personaje caricaturesco

Imagen de Hernán Cortés delineada por la historia

Además de crónicas hay un importante legado impreso en códices y lienzos: Oscar Humberto Flores, del IIE

Desde su llegada a México, soldados y frailes comienzan a escribir testimonios y crónicas donde la imagen de Hernán Cortés está presente todo el tiempo pasando desde representaciones muy solemnes hasta caricaturas, dijo Oscar Humberto Flores Flores, del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE).

Al ofrecer la charla Hernán Cortés. La Conformación de un Imaginario Visual, el experto en arte virreinal mencionó que el nombre del español ha estado asociado no sólo al periodo de la Conquista, sino también a un importante legado impreso, como los manuscritos de tradición indígena, por ejemplo, el Códice Tlatelolco (1562) o el Lienzo de Tlaxcala (1550).

“Son imágenes con elementos que nos permiten ver que una parte de los descendientes de los tlacuilos prehispánicos han entrado en contacto con nuevas formas de representación, pero enfocados con un sentido práctico muy claro y en estos primeros testimonios se le ve de pie en sus primeros contactos con gobernantes; a caballo con la imagen de Marina y, finalmente, como un señor sentado en una silla con todo un ajuar renacentista que lo acompañó.”

El investigador precisó que en términos generales se le representa como un gran señor en los códices posthispánicos, pero esto se debe a que se trata de documentos legales elaborados como parte de un proceso de legitimación para dar a conocer la participación de Tlaxcala y Tlatelolco en la Conquista y obtener privilegios de la Colonia.

Igualmente, Cortés está presente en el Códice Florentino o el Códice Durán donde no se le ve como soldado, sino como alguien de poder y acompañado por la Malinche, destacó el académico correspondiente en México de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (España).

A esto se suma el propio testimonio del mismo Hernán Cortés en su Segunda Carta de Relación (1522), donde él mismo hace referencia a su amor por España y la imagen del patriota es reforzada por sus contemporáneos, como Bernal Díaz del Castillo, quien en su Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, lo compara con Alejandro Magno, Julio César, Pompeyo y Aníbal.

“Uno de los factores que culturalmente son constantes en los grandes hombres del Renacimiento es el ideal de la fama, que en este caso está asociada al prestigio, que no heredaron, sino lo ganaron, una nobleza que adquiere más valor pues en esa época tiene sus orígenes en el mundo clásico”, expuso el también miembro del College Art Association.

Retratos

Uno de los primeros retratos con la imagen más naturalista o donde se trata de emular el parecido con el personaje se aprecia en el Libro de los trajes de Christoph Weiditz, de 1529, que presenta a Cortés completamente occidental o una medalla en 1529 con su imagen.

Pictóricamente, en la Nueva España a finales del siglo XVI es cuando comienza a representarse a Cortés en pasajes de la Conquista, y a lo largo del siglo XVII se elaboran muchos retratos anónimos, lo que limita saber el objetivo de quien los encargó, pero que se encuentran en el Palacio de los Virreyes, el Palacio del Ayuntamiento, el Hospital de Jesús.

“Hernán Cortés ya no es representado con atributos militares, sino que se asocia a características con la condición de caballero, algo que él estuvo buscando, ya no tiene espada y se le coloca bastón de mando, parte de una parafernalia que se empleaba en esos años”, apuntó el integrante de la Sociedad Española de Estudios del Siglo XVIII.

A su vez, en España es visto como un héroe porque amplió el área de influencia en ambos lados del Atlántico.

Reivindicación indígena

Desde la publicación de la Brevísima relación de la destrucción de las Indias (1552) de Fray Bartolomé de las Casas, la obra fue traducida al francés, inglés, alemán y latín, y fue utilizada para atacar a España y donde se narra la matanza de Cholula, con un sentido sanguinario y bárbaro por parte de Cortés y su ejército, es decir “lejos de ser un héroe civilizatorio lo van a convertir en un personaje completamente deleznable, según los estándares de la época”.

A lo largo del siglo XVIII es cuando comienzan a realizarse obras de gran formato donde se representa a Cortés como parte de una historia, es decir, se consolida el criollismo y comienzan a aparecer piezas pictóricas, escritas y crónicas donde se habla de la historia de la Nueva España, como lo evidencia la obra de Carlos de Sigüenza y Góngora.

“Se muestran batallas de conquista y se ve también el espíritu heroico de estas gestas, el mundo indígena ya no es representado como un pueblo humillado o vencido, sino que hay una dignificación del mundo indígena, es un siglo de concordia en el sentido de que se hace eco del deseo de asociar el pasado del virreinato a España, pero orgullosos también de tener un pasado indígena glorioso.”

Ya hacia el siglo XIX se representa a Cortés asociado con Moctezuma o Cuitláhuac, como los últimos gobernantes aztecas; por ejemplo, en La rendición de Cuauhtémoc (1893) de Joaquín Ramírez, si bien ya se le ve con una postura firme y altiva, no por ello en la figura del emperador se le ve sumiso, es decir, se sigue dignificando la imagen prehispánica.

Es en el siglo XX cuando se empieza a ver a Hernán Cortés como si se tratara de un héroe de caballería y, desde luego, en las imágenes elaboradas por Diego Rivera en Palacio Nacional, que no lo presentó como altivo o heroico, sino como una caricatura y un hombre degradado físicamente.

José Clemente Orozco, en el Hospicio Cabañas, lo coloca como un conquistador sanguinario, terrible y sin sentimientos, aunque antes ya lo había personificado como padre de la nación, como se le ve en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, junto a la Malinche, resaltó el también miembro de la Sociedad Mexicana de Estudios Clásicos.

“Jorge González Camarena, en su representación de Cortés y la Malinche, los muestra como colosos y mientras la imagen es naturalista de la mujer, a él lo pone como soldado, el yelmo cerrado, el conquistador carece de humanidad pues no tiene rostro. Algo que permea las figuras que se hacen en esos años”, comentó Oscar Flores.

Finalmente, el especialista aseveró que conforme avanza el siglo XXI, la figura de Hernán Cortés ha adquirido nuevas dimensiones, pues la academia analiza a esta figura desde la historia, sin justificarlo, y trata de comprenderlo como un hombre de su tiempo.

La representación más cercana de este personaje se puede apreciar en la serie Hernán, el nombre de la Conquista, de 2019, que ha sido polémica y evidencia el interés que permanece por este personaje tanto en México como en España.

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