Otorga distintivo en materia de sustentabilidad
Impulsa la UNAM mejora ambiental
Forma parte de una ruta de trabajo constante en ese sentido, aseveró Luis Gutiérrez Padilla
Como parte constante de una ruta de mejora, la Universidad Nacional trabaja en identificar las áreas de oportunidad, emite indicadores y recomendaciones para una operación sostenible ambiental y socialmente por medio del Distintivo Ambiental UNAM, explicó Luis Gutiérrez Padilla, subdirector de Proyectos para Comunidades Seguras y Sustentables de la Dirección General de Atención a la Comunidad (DGACO) esta casa de estudios.
Dicho reconocimiento es parte de las soluciones para el desarrollo para impactar más en los Objetivos del Desarrollo Sostenible que la Universidad de la Nación ofrece como opciones para mitigar los problemas económicos, sociales y de desigualdad, así como lograr la inclusión social y productiva de las comunidades.
“A partir de esos instrumentos, aspiramos a establecer una política estandarizada en distintas organizaciones que sea útil para la comunidad universitaria y la sociedad, que construya una base sólida, mínima de desempeño en estos temas, que nos permita reflexionar y avanzar más… Creemos que este es un trabajo que permite reorientar los esfuerzos y presupuestos de forma gradual, de acuerdo con las condiciones materiales del país”, comentó el experto.
La primera versión del Distintivo Ambiental UNAM, recordó, surge por la necesidad de definir una línea base para que esta casa de estudios mejorara en materia de sustentabilidad y se creó a la llegada de Mireya Ímaz Gispert al Programa Universitario de Medio Ambiente, en 2011, con un grupo de 30 escuelas en las que se realizó un diagnóstico en materia de energía, aprovechamiento del agua, manejo de residuos y compras verdes.
Con el tiempo, estandarizaron un método de trabajo directamente en los edificios que les permitió contar con un modelo de calidad y confianza en los resultados, lo que hizo mucho más sencillo identificar 480 áreas de oportunidad que se traducen en acciones que permiten a los evaluados mejorar a corto, mediano y largo plazos, indicó.
“El instrumento es anterior a la Agenda 2030; los temas ambientales han adquirido especial importancia a partir de los años 60 y 70 del siglo pasado cada vez mayor en la sociedad, y las instituciones de educación superior tenemos la enorme responsabilidad de formar profesionales que estén atentos a que la sociedad enfrenta una crisis ambiental sin precedentes, y que en desempeño de su carrera deben actuar en consecuencia. Además, tienen que ser las instituciones ejemplo de cómo pueden transformarse otras organizaciones y reducir el impacto que generan sus actividades”, destacó el ingeniero.
Gutiérrez Padilla precisó que, a la fecha, se han evaluado mil 82 edificios en general, de los cuales, 869 son de entidades universitarias y 34 de instituciones y organismos externos, como el Complejo Legislativo de San Lázaro (Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión), edificios de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Teléfonos de México, el Instituto Federal de Telecomunicaciones, las secretarías de Relaciones Exteriores y la de Educación Pública, así como la Universidad Iberoamericana, campus Santa Fe.
“Por medio de este instrumento lo que queremos promover es el cambio en la infraestructura y en los hábitos de operación de las entidades, que tienen que ver con reducir su consumo de energía, de agua, generar residuos en menor medida, canalizar la mayoría de ellos a procesos de reciclaje, comprar productos cuyo impacto ambiental sea menor que los convencionales, y con esto hacemos un inventario de equipos y procesos de las entidades en su administración y les proponemos una ruta de trabajo para que apliquen una política estandarizada en todas las entidades en materia de desempeño ambiental”, detalló.
Arquitectónicamente, añadió, el programa ha permitido la renovación y actualización de más de siete mil espacios destinados a aulas, oficinas, bodegas, laboratorios; además de la mejora de más de nueve mil botiquines, extintores, tuberías, radios, entre otros dispositivos.
El distintivo se otorga en forma de un certificado similar a un diploma y una placa –parecido a los protocolos de desempeño ambiental– que las diferentes entidades presentan en los espacios y tiene una validez de tres años y para su renovación o realización basta que las entidades les envíen un correo electrónico solicitándolo.
Inclusión y prevención
Luego de la incorporación del Distintivo Ambiental UNAM a las Soluciones para el Desarrollo Sostenible, se decidió ampliar sus alcances para introducir los temas de inclusión y prevención.
“En inclusión lo que evaluamos es que haya entornos con tolerancia cero a la discriminación, capacitación para el personal, en términos de cómo se devuelven frente a personas o grupos vulnerables, que haya acciones para la atención a la violencia de género, respeto a la diversidad cultural, atención a personas de comunidades indígenas y a las necesidades sexogenéricas, el reconocimiento de sus identidades, reducir las barreras físicas y sociales que enfrentan las personas con discapacidad, para recibir con las mejores condiciones a estos individuos”, puntualizó.
En materia de prevención, Gutiérrez Padilla dijo que se trabaja en procurar el libre ejercicio de los derechos humanos; el apoyo y atención a la comunidad en caso de agresiones o ilícitos; capacitación en materia de derechos humanos, género y no discriminación; mejora a los servicios de atención médica, nutricional y psicológica; funcionamiento de unidades de protección civil; capacitación en temas de protección civil y primera respuesta, además de protocolos para situaciones de emergencia.
Hacia 2019, la DGACO comenzó a trabajar en la revaluación de los diferentes espacios con estos nuevos esquemas y ante la pandemia, agregó, quedó pendiente la revisión especialmente de los edificios de nivel Bachillerato, tarea que será uno de los nuevos objetivos ante el inminente regreso a clases.
“Sabemos que es difícil avanzar en todos los frentes para todas las entidades y organizaciones, para hacerlo todo de golpe, por lo que creemos que esta es una rutina de mejora constante y por eso tenemos segmentados estos tres temas. Las entidades pueden ir avanzando sobre uno, otro o los tres a la vez y nosotros podemos ayudarles en la medida que los recursos lo permitan. Aspiramos a que este cambio sea significativo, rápido, constante y que las entidades no dejen de trabajar en estos tres aspectos en nuestra casa de estudios”, finalizó.