Inicia 3º Encuentro de la Comunidad de Educación Basada en Evidencias

La actividad organizada por el CUAIEED está dirigida a profesores de bachillerato y de educación superior; busca reflexionar sobre los retos que implica aplicar la evidencia académica y de todo tipo, en la investigación educativa

Foto: Víctor Hugo Sánchez

En la búsqueda de promover espacios de diálogo e intercambio de experiencias sobre la importancia de la educación basada en evidencias (EBE) y su uso en la docencia, así como reflexionar en torno a diversas dificultades que muchas y muchos docentes comparten, y con ello considerar posibles alternativas para su solución, la Coordinación de Universidad Abierta, Innovación Educativa y Educación a Distancia (CUAIEED), realizó el 3er Encuentro de la Comunidad de Educación Basada en Evidencias.

En la ceremonia inaugural, el titular de la CUAIEED, Melchor Sánchez Mendiola, indicó que esta actividad, dirigida a profesores de bachillerato y de educación superior, pretende retomar una comunidad de aprendizaje que hace algunos años habíamos iniciado y que la pandemia detuvo, por lo que buscamos reanudarla.

En el Sala de Usos Múltiples de la Comunidad de Educación Basada en Evidencias (CEBE) de la CUAIEED, ubicada en las instalaciones del C3, indicó que con este encuentro se busca, básicamente, reflexionar sobre los retos que implica aplicar la evidencia académica y de todo tipo, en la investigación educativa.

Uniendo puentes

Por su parte, Haylen Perines Véliz, investigadora de la Universidad Internacional de Valencia, España, expuso que los propósitos de la investigación educativa o en educación deberían ser, entre otros, la producción de conocimiento vinculado a temas de educación, entre ellos de gestión, evaluación, currículum, género, eficacia, rendimiento e innovación, etcétera.

Los académicos siempre estamos produciendo nueva investigación, pero también tenemos otros propósitos: explicar las causas y consecuencias de determinados procesos educativos y aportar información que permita mejorarlos, así como contribuir a la evolución de la educación en todos sus niveles, por ejemplo.

Al dictar la conferencia magistral Uniendo puentes entre la investigación educativa y la práctica docente: reflexiones, desafíos y alcances, la también responsable del Área de Investigación de la Facultad de educación de esa institución educativa española, señaló que desde hace un par de décadas existe un cuestionamiento en torno al cumplimiento de dichos objetivos: ¿realmente la investigación-acción contribuye a que la sociedad mejore y que la educación optimice sus procesos para que formar estudiantes más capacitados, críticos y reflexivos?

Ante ello, dijo, surgió el concepto de que la investigación educativa se encontraba en crisis, tesis que se sustentó en dos factores, el primero de ellos, en 1993, cuando se señaló que ese proceso tenía una terrible reputación porque no estaba ayudando a la educación a mejorar realmente y que no servía para nada, lo que abrió una brecha que parecería que aún permanece.

Destacó que las causas de esa crisis en la investigación educativa son, entre otras, la lucha de intereses entre la política y la investigación educativa; la escasa formación en investigación de los futuros docentes, las explicaciones “simplistas” de la transferencia de conocimientos a la práctica; la desvaloración de los saberes prácticos, así como la desconfianza hacia los artículos de investigación.

En ese contexto, precisó que la participación de los estudiantes en la investigación depende mucho de elementos como el diseño curricular, y las medidas que toman las facultades. “Existen algunos planes de estudios que sí pueden poner hincapié en la investigación, pero pareciera que, según algunos autores, el enfoque que se le da es más direccional, asimétrico, los profesores enseñan y los alumnos escuchan”.

Foto: Víctor Hugo Sánchez

No es que esté mal, abundó, pero también es importante que los estudiantes estén en posibilidad de realizar su investigación en primera persona, “tal vez no a un nivel de experto, pero sí que conozcan y evidencien en primera persona desde los primeros años de su formación profesional”.

Haylen Perines Véliz recalcó la importancia de que la investigación sea parte de la formación profesional puesto que son varios sus beneficios: permite que los estudiantes desarrollen un pensamiento crítico, reflexivo y analítico; fomenta el trabajo autónomo, el rigor y la responsabilidad social; les posibilita adquirir y actualizar conocimientos con apoyo en la evidencia.

Por otra parte, al comentó que son abundantes los artículos que se publican en relación con la investigación en educación en revistas especializadas que se ubican en el primer lugar del Scimago Journal & Country Rank 2022, tanto de América Latina como de España, así como aquellos artículos en innovación educativa que pudieran aparecer en búsquedas en Google Scholar.

Toda esta producción debería dirigirse a aportar a los avances científicos y tecnológicos en general, al establecimiento de políticas públicas, “no puede ser que estas no se nutran de la investigación”, y finalmente aterrizarla en la sociedad académica y civil, esta última requiere más información que surge de la ciencia.

Detalló que la investigación formativa, es un concepto que crece mucho en América Latina y tiene algunos vínculos con la enseñanza de la ciencia basada en la indagación, y es definida como el conjunto de conocimientos, habilidades y destrezas para desarrollar procesos de investigación, “se entiende como una estrategia pedagógica y tiene como meta lograr que el estudiante afronte tareas de investigación”.

Por otra parte, expuso que como parte de los desafíos, las universidades y centros de investigación deben materializar la forma en que los conocimientos que se producen lleguen a los estudiantes: el rol de los profesores universitarios es fundamental en la formación e intención, las facultades deben propiciar y fomentar actividades de investigación en los alumnos; los planes de estudio deben incluir habilidades, competencias o resultados de aprendizaje relacionados con la investigación y que sean transversales, independientemente de la facultad o carrera que se trate.

Finalmente, destacó la importancia de erradicar esa mirada hacia la investigación como un quehacer vinculado sol o hacia la producción de conocimientos, “es preciso que ese conocimiento nos ayude a mejorar como individuos y sociedad, la investigación es el mecanismo por el cual las sociedades evolucionan, sin embargo, la producimos como profesores, pero es poco lo que se traslada a la vida real, tanto civil como académica”.

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