Cátedra Extraordinaria Francisco de Vitoria-Bartolomé de las Casas
¿Interculturalidad o dominación?
Este espacio académico fue creado por la UNAM y la Universidad de Salamanca; el hilo conductor de este año es la caída de Tenochtitlan el 13 de agosto de 1521
Al inaugurar los trabajos del Seminario Internacional La Convivencia entre los Estados Nación y los Pueblos sin Estado a 500 años de la Caída de Tenochtitlán: ¿Interculturalidad o Dominación?, como parte de la Cátedra Extraordinaria Francisco de Vitoria-Bartolomé de las Casas, la coordinadora de Humanidades, Guadalupe Valencia García, recordó que ésta es un espacio académico creado en agosto de 2017 por la UNAM y la Universidad de Salamanca, España.
Mencionó que la cátedra tiene como propósito promover el estudio, análisis y reflexión por medio de seminarios, cursos y conferencias especializados en el pensamiento de ambos frailes dominicos en áreas en las que convergen sus obras: el derecho internacional, la globalización, los derechos humanos y de los pueblos y comunidades indígenas, las implicaciones morales y éticas de la economía, la dignidad y la condición humana.
Resaltó que en este seminario internacional se plantea ampliar y enriquecer las reflexiones que han tenido como hilo conductor la caída de Tenochtitlan el 13 de agosto de 1521, “a partir de análisis más específicos sobre la convivencia entre pueblos, la relación entre estados nación y pueblos sin Estado, y la posesión o carencia de autonomía política que caracteriza a unos y a otros incorporando también la perspectiva de los derechos humanos como un paradigma que afirma, o debe hacerlo, la dignidad de las personas como la de los pueblos”.
En la primera mesa del seminario, “El pensamiento de Francisco de Vitoria, Bartolomé de las Casas y otros humanistas del S. XVI sobre la convivencia entre pueblos”, Juan Manuel Bautista Jiménez, de la Universidad de Salamanca, recordó que si bien Francisco de Vitoria, teólogo dominico, nunca viajó a América y no conoció de primera mano la realidad americana como sí lo hizo Bartolomé de las Casas, estuvo bien informado de cuanto allí acontecía, pues quienes viajaban a esta parte del mundo le compartían las noticias.
Mas allá de ser un teólogo dominico, De Vitoria, profesor de Teología de la Universidad de Salamanca, fue un gran intelectual comprometido y valiente. Su sólida formación y espíritu “rabiosamente independiente” le permitieron enfrentar al Papa, a quien le negó el derecho de conceder o no propiedades de otros pueblos; por otro lado, también desafió al emperador Carlos V, por su forma de establecer el imperio español del momento, destacó.
José Jaime Pérez Lucio, quien cursa la licenciatura pontificia en Teología en la Universidad Johannes Gutenberg, Alemania, coincidió en que la relevancia histórica de Francisco de Vitoria se funda en la defensa de los pueblos indígenas de América, su concepción de un derecho de gentes laico, sus contribuciones al derecho internacional y su destacada trayectoria académica.
Relató que De Vitoria, fundador del Derecho Internacional, no publicó nada en vida; sin embargo, sus obras, las relecciones (conjunto de apuntes manuscritos, resultado de sus alumnos), versan no precisamente sobre el ámbito teológico, sino en las llamadas De Indis (considerada como la Carta Magna de la libertad de los nativos) y De potestate civili, ambas con temas ético-jurídicos.
Mario Ruiz Sotelo, académico de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, expresó que para Bartolomé de las Casas fueron justas las guerras de los pueblos de las Indias contra los españoles que los habían invadido; en consecuencia, condenó las injusticias. “Ese fue el origen de los derechos humanos, de la lucha contra el colonialismo y la autodeterminación de los pueblos”.
Apuntó que la diferencia entre Bartolomé de las Casas y Francisco de Vitoria es que el primero parece corregir algunos de los planteamientos formulados por el segundo, y dejó abiertas las puertas para justificar los elementos sustantivos de la presencia imperial en las Indias y del modo de producción colonial que protagonizaban los encomenderos.
De las Casas fundó una especie de nacionalismo contranacionalista del nacionalismo imperialista español, “basado éste en un engaño pernicioso que dice que la invasión y la guerra contra los pueblos tiene una justificación”.
Esta primera mesa fue moderada por Gonzalo Ituarte, secretario de la Comisión Nacional de Intermediación y presidente de Servicios y Asesoría para la Paz.