La Murala. Guerreras eternas

Intervención efímera para honrar a mujeres que abrieron caminos

Tapetes de flores y plantas en maceta hechos por 127 estudiantes de la FAD en distintas sedes universitarias

Foto: Barry Domínguez.

La Murala. Guerreras eternas es una intervención efímera que se realiza en el marco del Programa México 500 de la UNAM. La constituyen tapetes de flores y plantas en maceta hechos por 127 estudiantes de la Facultad de Artes y Diseño (FAD) para honrar a las mujeres invisibilizadas por los hombres que han escrito la historia.

Se eligieron tres sedes con la finalidad de que más gente pueda admirar este trabajo colectivo que “promueve la reflexión y cuestiona de manera crítica problemáticas como la discriminación racial, la violencia de género, la intolerancia cultural y religiosa y, en específico, los roles estereotipados de las mujeres”.

La primera intervención fue en la explanada de La Espiga del Centro Cultural Universitario. La segunda se pudo ver en el Colegio de San Ildefonso hasta el 7 de noviembre. Y la tercera estará en Casa del Lago desde el 11 de noviembre hasta el 14 de noviembre.

Un total de 7 mil 518 plantas y flores de diversas variedades y 41 diferentes tipos de plantas con maceta se usaron para la ejecución de los tapetes y dan vida a las muralas. Los asistentes podrán llevarse alguna de las plantas que forman parte de las intervenciones el último día de exhibición.

Las mujeres a las que se hace alusión son: Isabel Moctezuma, Catalina Suárez, María de Estrada, Antonia Nava La generala, María Ignacia La güera Rodríguez y María Teresa de Medina, en la explanada de La Espiga; Luisa de Xicoténcatl y Leona Vicario, en el Colegio de San Ildefonso; y Malintzin y Josefa Ortiz de Domínguez, en Casa del Lago. “De esta manera se busca entender el pasado como presente y éste como memoria activa”. A estas mujeres invisibilizadas se les representa a través de 10 muralas efímeras: cinco conquistadoras y cinco independentistas.

Catalina Suárez, primera esposa de Hernán Cortés, fue representada con una silueta femenina para darle valía como persona a ella que fue omitida de la historia. Para Antonia Nava La generala se hizo un corazón que alude a su valentía y a la lealtad que tuvo hacia la causa independentista. A Luisa de Xicoténcatl, princesa tlaxcalteca entregada en matrimonio a Pedro de Alvarado como parte de la alianza entre su pueblo y los españoles, se le recuerda con una garza, emblema de su lugar de origen, y con un escudo que habla de su participación directa en batalla. Así se expresa, con distintos símbolos y un manejo particular de los colores, a estas guerreras eternas.

Interesa a sus organizadoras y participantes promover entre la comunidad universitaria y el público en general las historias de todas ellas: mujeres valientes, leales a sus creencias e ideales, que remaron a contracorriente y rompieron los cánones de su época.

Flores del camposanto para las mujeres inteligentes e íntegras que no se dejaron oprimir en un mundo dominado por los hombres. Seres humanos que anhelaron cambios radicales y se atrevieron a desafiar el statu quo. A ellas se les dedican los tapetes florales y plantas que las simbolizan. Esta intervención es para que los asistentes “imaginen el complejo y admirable camino” que tuvieron que abrirse en su momento, teniendo todo en contra.

Las involucradas en este proyecto pretenden que el público se apropie del concepto de empoderamiento que comparten, generando así un diálogo entre la exposición y el espectador. Diálogo que tiene como escenario el conjunto de crisantemos, gazanias blancas, albahacas, amarantos, cempasúchiles, cinerarias, colas de pavo, geranios, malas madres, suculentas y truenos de Venus, entre tantas otras plantas y flores que se usaron para visibilizar a 10 mujeres excepcionales.

La Murala. Guerreras eternas es posible gracias a la colaboración entre la Secretaría Técnica de Vinculación de Cultura UNAM, la FAD, la Dirección General de Atención a la Comunidad, el Colegio de San Ildefonso y Casa del Lago.

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