Tanto pública como privada: Enrique Provencio

Inversión, clave para afrontar ajustes presupuestarios

Enrique Provencio. Foto: Víctor Hugo Sánchez.
Más allá de las restricciones hacendarias que enfrentará México, sobre todo en 2025, el tema de las capacidades fiscales y el impacto distributivo del gasto público ha estado presente durante mucho tiempo y seguirá así, reflexionó el coordinador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED), Enrique Provencio Durazo.

Al participar en el 17° Diálogo Nacional por un México Social. Horizontes 2030 para el desarrollo, el economista recordó que ya desde 2021 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) planteó que esto iba a pasar, pero indicaba que probablemente hacia 2024 debía hacerse un ajuste, lo cual en realidad sucederá en 2025.

Durante su participación en el panel “Políticas y criterios económicos y sociales para 2025 en México y perspectiva a 2030”, el académico destacó que el ajuste es una historia anunciada e inclusive en 2023 la misma SHCP decía con toda claridad que el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a 2030 requería de 5.4 puntos porcentuales adicionales de ingresos públicos por año y lo que planteaba es que no todos fueran públicos, tal vez por crédito.

Sin embargo, comentó, “la discusión sigue basándose en la negación de que no se necesitará hacer nada, lo que conducirá a un problema peor posteriormente; no a una catástrofe económica, pero sí a una perspectiva mediocre de desarrollo para los próximos años”.

Lorena Rodríguez León, directora de la Facultad de Economía, destacó que las brechas de género y las condiciones de desigualdad persistentes en nuestro país son una asignatura pendiente y, como parte de los “cien pasos para la Transformación” que integran el proyecto de nación presentado por la Presidenta Claudia Sheinbaum se había hablado de un sistema nacional de cuidado”.

Remarcó que según un análisis del Instituto Nacional de las Mujeres (2022), la fuerza laboral femenina destina, en promedio, 30 horas semanales al trabajo remunerado, 25 % menos que el invertido por los hombres; pero en tareas del hogar y no remunerado la balanza no sólo se invierte, es desproporcionada: ellas dedican 58 horas semanales, lo que representa 121 % más que los varones que emplea sólo 24 en promedio.

Por ello añadió: “no sólo la carga desproporcionada de las responsabilidades de cuidado sobre las mujeres contribuye a perpetuar la desigualdad social, sino que también se convierte en un factor que ahonda la brecha salarial de género, por la poca flexibilidad del mundo laboral que limita y sesga en contra de ellas la posibilidad de compaginar las responsabilidades de cuidados con la carrera profesional. Por ende, se vuelve esencial construir ese sistema nacional de cuidado”.

Armando Sánchez Vargas, director del Instituto de Investigaciones Económicas, dijo que luego de la pandemia la economía global ha empezado a recuperarse de manera moderada, y hay una gran incertidumbre de lo que ocurrirá en los próximos años debido al proteccionismo y las políticas globales.

Estimó, además, que ante este panorama para los próximos cinco años hay que pensar en una política industrial, comercial, que fomente el empleo y el crecimiento, que incluya la inversión pública-privada, acompañada del crecimiento del consumo privado; sin duda, esa medida desempeñará un papel relevante, pero debe tener cierto límite.

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