De los siglos XVIII y XIX
Jakub Kuszlik interpretará obras clásicas de música de cámara
El pianista polaco se presentará el 24 de octubre en la sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario
El pianista polaco Jakub Kuszlik visitará por primera vez México para participar en el ciclo Música de Cámara. Presentará una selección de obras de los siglos XVIII y XIX, en un recorrido que reúne a tres figuras clave del repertorio pianístico clásico, cuya influencia perdura hasta nuestros días.
Así lo comentó el intérprete desde Polonia, en ocasión del recital que se llevará a cabo el 24 de octubre en la sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario.
Ganador del Premio de la Radio Polaca a la mejor interpretación de mazurcas en el XVIII Concurso Internacional de Piano Fryderyk Chopin y del Premio del Jurado Joven en el Internacional de Música de Montreal, entre muchos otros, Kuszlik ha colaborado con la Orquesta Filarmónica Nacional de Polonia, entre otras, y en 2022 lanzó su primer álbum con obras de Brahms y Chopin.
Las tres obras incluidas en esta ocasión son: Fantasía para piano en re menor, K 397, de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791); Kreisleriana, Op. 16, de Robert Schumann (1810-1856); y Fantasía en fa menor, Op. 49, de Fryderyk Chopin (1810-1849).
El programa
Sobre este programa, Kuszlik comentó que las composiciones fueron elegidas por su relevancia y vigencia hasta nuestros días, incluso en la música contemporánea. Por ejemplo, la obra seleccionada de Schumann, Kreisleriana, Op. 16, es una pieza con una forma muy libre, en la que no hay reglas estrictas.
Kuszlik destacó que la obra es muy ingeniosa y que tanto esta pieza como la selección general le permiten hacer una aportación personal en su ejecución: “No tendría sentido interpretar música de hace 200 años sin añadir algo que sea relevante para el público contemporáneo”.
La Fantasía para piano en re menor, K 397, de Mozart, no fue publicada durante la vida del compositor, por lo que permanece inconclusa y fue publicada póstumamente. Kuszlik sugirió que esto puede ser la razón por la que es quizás la obra más accesible de interpretar.
Kuszlik sugirió que las fantasías del periodo clásico son a veces más fáciles de interpretar, ya que permiten un enfoque más relajado en la interpretación, “aunque siempre he encontrado que Mozart es uno de los autores más desafiantes. En su época, la música era muy estricta; había reglas que todos debían seguir. Junto con Beethoven, revolucionaron la música y sus obras son algo genial”.
Respecto a la Fantasía en fa menor, Op. 49, de Chopin, compuesta en 1841, Kuszlik mencionó que es una de las composiciones más extensas para piano que existen. Aunque libre en su estructura, el intérprete debe mantener un dominio formal y un carácter virtuosístico a lo largo de toda la pieza. También interpretará las Mazurcas Op. 50 y la Fantasía polonesa en la bemol mayor, Op. 61.
Kuszlik reflexionó sobre cómo la composición denota la influencia de varias personas en Chopin, tanto a nivel artístico como personal: “Podemos escuchar claramente su particular enfoque hacia la melodía, que es muy romántico e innovador para su época”. El repertorio, comentó, es “muy desafiante. En mi opinión, hay que ‘abrazar’ al genio que las compuso”.
Kreisleriana, de Schumann, es un ciclo de ocho movimientos para piano solo, compuesto en 1838 y dedicado a Chopin. “La obra es muy difícil de ejecutar, sobre todo por su estructura compleja y sus movimientos polifónicos. Es vital encontrar la clave para su comprensión. Al intentar aprenderla, parece confusa y difícil, pero con el tiempo se vuelve personal. Realmente amo tocar Kreisleriana”.
Inspirada en el personaje de Johannes Kreisler, creado por el escritor E. T. A. Hoffmann, esta colección refleja las facetas contrastantes de un excéntrico músico ficticio, aludiendo a las dualidades de Schumann, representadas por sus alter egos Florestan y Eusebius.
“Estoy muy emocionado por mi actuación en México”, afirmó Kuszlik. “Nunca lo he visitado, ni he estado en Centroamérica. Sólo he visitado Estados Unidos y Canadá. Es un lugar fascinante con una historia asombrosa”.
Kuszlik añadió que el programa tiene un contenido claramente histórico: “Estas piezas son inmortales. Se escribieron como una respuesta a la expresión artística. Estoy muy contento de poder contribuir a mantener viva la tradición de estas obras asombrosas, que son universalmente relevantes”, concluyó.