
Kader Attia (Dugny, Francia, 1970) creció entre París y Argelia, y ha vivido en el Congo y en Sudamérica, lo que le ha dado las experiencias multiculturales que le han permitido pensar el colonialismo, criticar la modernidad y elaborar un arte complejo, a caballo entre la erudición, el juego intelectual, la ironía y el asombro.
Attia enfoca con estas directrices traumas culturales de gran actualidad, como la violencia o la pérdida. Además, ha propuesto la noción de “reparación” en sus escritos y en su obra, como herramienta para vincular al individuo con su sociedad. Por todo esto, es un artista con gran visibilidad en importantes museos, galerías y bienales como dOCUMENTA (13), la Kunsthalle Wien, el MoMA, la Tate Modern o el Centre Pompidou.
Un descenso al Paraíso, exposición que se presenta en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), del Centro Cultural Universitario, es la oportunidad de apreciar por qué es considerado como un creador clave en la comprensión del desarrollo actual de las culturas.
La muestra, primera individual en México del autor argelino-francés, contiene piezas con las cuales reflexiona sobre temas como el colonialismo y la creación de la modernidad, además de los procesos poscoloniales, donde las mutilaciones y los traumas se manifiestan como cicatrices culturales a través de los objetos intervenidos por el artista.
La primera etapa es una recreación de una biblioteca personal, que contiene libros que pertenecieron al artista plástico Vicente Rojo; la siguiente es el video Reflecting Memory (Memoria refleja), proyectado en un espacio alterno, que sirve como vínculo con una serie de durmientes de ferrocarril intervenidos con grapas (alegoría de las marcas del daño), máscaras rituales de origen africano, crucifijos intervenidos, así como un collage de fotografías de soldados con cicatrices provocadas en su participación en la Primera Guerra Mundial.
Cabe señalar que el video contiene una serie de entrevistas que Attia realizó a periodistas, activistas y chamanes cuyos comentarios profundizan en temas como los movimientos sociales, la modernidad y la oposición al colonialismo.
“Me interesa la historia colonial de México porque tiene una conexión con la modernidad, en el sentido de criticar las estrategias ideológicas empleadas por los gobernantes, la religión y los intereses comerciales, pero que presentan puntos ciegos muy bien ocultados. Realizar esta muestra en un lugar como la UNAM me parece ideal porque las bibliotecas son una herramienta interesante para criticar la modernidad, un proyecto sustentado en el manejo del conocimiento con una epistemología clara, pero siempre desde una posición colonialista europea”.
Consideró que la fuerza de la modernidad racional radica en presentarse como una religión que busca la perfección, que es un discurso similar al empleado durante el siglo XIX en los procesos de colonización europeos, pues al igual que entonces, se sostiene que la democracia, en el socialismo o en el capitalismo, es el mejor modelo para guiar a la humanidad.
“A pesar de que sabemos que ambos han tenido resultados desastrosos, esta perspectiva prevalece en todo el mundo. Mi interpretación de la modernidad se sustenta en la capacidad del arte para ayudarnos a entender lo abstracto y lo concreto, y tener una comprensión metafísica de nuestro mundo”.
La estrategia colonialista funciona a partir de la intención de reparar el daño causado en el pasado por los propios colonizadores. A manera de ejemplo, comentó el discurso que manejan presidentes como Trump en Estados Unidos, o Macron de Francia, para quienes los demás pueblos del mundo son lugares que merecen ser colonizados.
Recordó que el video Reflecting Memory (Memoria refleja) fue inspirado por su encuentro con una chamana en Tailandia, experiencia que definió su comprensión del plano metafísico al que se ha referido antes, aquel al que considera que se puede acceder mediante el arte y su capacidad poética.
Para aquella mujer, la convivencia con los fantasmas de sus ancestros era algo cotidiano. Pero en el contexto del colonialismo, de acuerdo con las conclusiones de Attia, ese tipo de seres sirve para provocar miedo en la sociedad, a diferencia de lo que ocurre en tradiciones ancestrales como la tailandesa, o la mexicana, que aceptan la existencia de diferentes planos.
El título de la muestra, Un descenso al Paraíso, es una referencia al Infierno de Dante, sólo que para Attia se trata del descenso a la modernidad, un lugar lleno de bienestar pero que en realidad es algo plagado de horror.
La muestra abrió al público el pasado 8 de febrero y puede ser visitada en el MUAC hasta el próximo mes de julio.