Seminario sobre violaciones graves a los derechos humanos

La capacitación especializada es necesaria para atender el delito de trata de personas

Deseable, que se imparta la psicología del testimonio como disciplina obligatoria, para contribuir con información fiable y resoluciones judiciales justas

Mario Luis Fuentes, Mónica González Contró y Patricia González. Foto: Víctor Hugo Sánchez.

En México hay graves problemas en la operación y especialización de las instituciones y personal que se dedican a la investigación de la trata de personas, alertó Patricia González Rodríguez, integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.

Ante la inexistencia de una disciplina que permita orientar el trabajo de fiscales, policías de investigación y peritos, en torno a la forma en que deben capturar información de las víctimas de ese delito, lo más importante para ayudarlas, destacó, es tratar de posicionar a la psicología del testimonio, una disciplina que “ha llegado demasiado tarde a México”.

En el Seminario Permanente sobre Violaciones Graves a los Derechos Humanos: “Diálogos en torno al Manual sobre trata de personas”, y en presencia de Mónica González Contró, directora del IIJ, añadió que eso permitirá obtener información fiable y resoluciones judiciales justas.

La declaración de las víctimas es la base de todo el sistema probatorio en la investigación de trata; para beneficiarlas hay que impulsar, desde instituciones universitarias, la psicología del testimonio, reiteró la experta.

Cuando esa materia sea obligatoria en las facultades de derecho o psicología, tendremos especialistas que permitan incorporar controles de fiabilidad probatoria idóneos para las declaraciones, no sólo de las víctimas, sino de sus familiares, recalcó en el Aula Guillermo Floris Margadant del IIJ.

Y sumado a la capacitación, hay que generar el diseño institucional de las fiscalías especializadas para investigar este delito, detalló la investigadora en el marco del tema “Desafíos para garantizar el derecho a la procuración de justicia a las víctimas de trata de personas”, título del capítulo VIII del Manual, editado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

González Rodríguez dijo que en ese apartado se trabajan cuestiones muy técnicas que se relacionan con la construcción del tipo penal y, en particular, sobre aspectos operativos. “En la recepción de las denuncias, cuando ya se tienen casos específicos de investigación, sobre todo en las áreas de procuración de justicia a nivel estatal y federal, las áreas operativas están aún incompletas y hay aspectos que no se han abordado”; está el problema del presupuesto, pero lo más lamentable es que tampoco hay avances importantes en el tema de la capacitación especializada.

La trata de personas requiere que se atienda mediante un trabajo inter y multidisciplinario; el personal de las fiscalías, de las instituciones policiales y de la Fiscalía General de la República debe abordar la investigación científica del delito, garantizar el derecho de acceso a la justicia, y sobre todo el conocimiento de la verdad de las víctimas, y para ello, se necesita revisar estructuras y cómo funcionan en la práctica.

Necesitamos que en la UNAM se instale como disciplina obligatoria la psicología del testimonio, sobre todo para contribuir en la práctica a que no se contamine la escena mental del crimen. Al respecto precisó que cuando se comete ese delito hay una escena material con evidencias físicas y biológicas que son procesadas en los laboratorios de ciencias forenses, y que permiten reconstruir el hecho delictivo; en ese ámbito tenemos avances importantes; técnicos y científicos forenses capturan la información de los indicios objetivos.

Sin embargo, en el momento en que los peritos y criminólogos intervienen para obtener información de las víctimas ocurre esa contaminación de la escena mental del crimen “porque no tenemos controles de fiabilidad probatoria para los indicios subjetivos que provienen del registro en la memoria de las víctimas, de todo lo que vivieron en el momento en que estuvieron prácticamente esclavizadas”. Y la reconstrucción de hechos que no ocurrieron impacta negativamente en las resoluciones judiciales, advirtió.

Los fiscales, los peritos en Psicología Forense, los mismos policías de investigación, en el primer contacto que tienen con las víctimas en sus interrogatorios hacen una serie de preguntas que contaminan la información: así, las víctimas pueden construir una historia alterada.

El fin de la procuración y administración de justicia, de cumplir el derecho humano fundamental de acceso a la justicia y conocimiento de la verdad, es que se requiere establecer nuevas estructuras, un nuevo funcionamiento de las fiscalías orientadas a la investigación científica del delito de trata de personas, pero también especialización; hay que eliminar sesgos, estereotipos y prejuicios, finalizó.

Mario Luis Fuentes Alcalá, titular de la Cátedra Extraordinaria Trata de Personas de la UNAM, recalcó que ese delito es la fractura de todos los derechos humanos, de un ser humano al cual se le despoja de la dignidad. “Esa es su dimensión”.

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