La clonación exitosa del primer mono en China no representa un riesgo para la humanidad

Lejos de inquietarnos, este tipo de información tiene que generar alegría, pues significa que la ciencia sigue avanzando y busca el bienestar de los seres humanos: Jennifer Hincapie, directora del Programa Universitario de Bioética de la Universidad Nacional

La noticia sobre la clonación exitosa de un mono por parte de científicos chinos no debe ser motivo de preocupación ni de escándalo, pues de ningún modo significa que su aplicación en seres humanos esté cercana, además de que su prohibición está establecida en la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y Derechos Humanos adoptada por Naciones Unidas en 1998.

Así lo consideró la directora del Programa Universitario de Bioética de la UNAM, Jennifer Hincapie Sanchez, quien señaló que, lejos de inquietarnos, este tipo de información debe generar alegría, ya que significa que la ciencia sigue avanzando y buscando el bienestar de los seres humanos.

Esta semana, por medio de un estudio publicado en la revista científica especializada Nature Communications, investigadores del Institute of Neuroscience Center for Excellence in Brain Science and Intelligence Technology, State Key Laboratory of Neuroscience, Chinese Academy of Sciences, Shanghai Center for Brain Science and Brain-Inspired Technology, University of Chinese Academy of Sciences, State Key Laboratory of Molecular Developmental Biology, Institute of Genetics and Developmental Biology dieron a conocer que, el mono rhesus, bautizado con el nombre de Retro y que fue clonado en julio de 2020, se ha mantenido vivo por más de tres años y en un buen estado físico.

Procedimiento mejorado

Es la primera vez que un mono clonado de esta especie sobrevive hasta alcanzar la edad adulta, con lo cual los científicos consideran que ya se puede declarar el procedimiento una clonación exitosa.

En otros intentos, los mismos investigadores habían logrado clonar un mono rhesus, pero el animal sobrevivió menos de 12 horas; para ello, utilizaron una técnica estándar conocida como transferencia nuclear de células somáticas (SCNT, por sus siglas en inglés), que fue la misma que se usó para clonar a la famosa oveja Dolly en 1996 y luego a otros mamíferos, incluidos cerdos, vacas, caballos y perros.

Los científicos explicaron que la clonación con dicho método se logra, en líneas generales, cuando el núcleo de una célula del cuerpo se transfiere a un óvulo cuyo núcleo ha sido eliminado. Por lo general, esta técnica da como resultado tasas de nacimiento y supervivencia extremadamente bajas para los embriones clonados.

En esta ocasión los especialistas pudieron mejorar ligeramente la técnica, añadiendo células precursoras de la placenta, lo que les permitió generar 113 embriones, transferir 11 a siete madres sustitutas y consiguiendo dos gestaciones y un único nacimiento que fue el de Retro.

Según los científicos que encabezan el proyecto, el objetivo principal de la clonación de primates es emplearlos para estudiar enfermedades humanas, como depresión y ansiedad, además de poner a prueba una serie de fármacos para atender padecimientos crónicos e incurables.

Al respecto Jennifer Hincapie destacó que si bien, este tipo de investigaciones y clonaciones en primates, así como de otras especies, están pensadas para mejorar la calidad de vida de las personas, se debe estar muy atentos de que los experimentos no traspasen la línea hacia los seres humanos, además de procurar que no haya tanto sufrimiento animal en la experimentación y desarrollo de las investigaciones biomédicas.

“La particularidad que tienen los primates clonados es que fisiológicamente tienen muchas similitudes con el ser humano, pero el hecho de que sean semejantes no quiere decir que sean idénticos; entonces, el proceso de investigación biomédica que se está llevando a cabo no necesariamente tiene que transitar hacia la experimentación con seres humanos.”

Resaltó que desde el punto de vista de la bioética, la experimentación con animales ha sido fundamental para mejorar la calidad de vida de los seres humanos, pues actualmente no se puede concebir un procedimiento médico o quirúrgico sin que antes haya sido proyectado en animales.

“Nuestra gran limitación es ver si el problema que queremos atender con la clonación de humanos, valdría lo suficiente como para nosotros sacrificar embriones humanos o potenciales personas para poder mejorar la calidad de vida de la mayoría de los que ya estamos vivos.”

Insistió en que, aun cuando se vuelven a prender las alertas y las especulaciones sobre la posibilidad de la clonación de seres humanos a partir de estas investigaciones con primates, definitivamente es una opción muy lejana que por el momento está cancelada, pues para ello se tiene a los comités de ética que se encargan de vigilar que cumplan con las regulaciones y normas internacionales.

Sobre la Declaración de Naciones Unidas sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos, en la que se prohíbe expresamente la clonación de embriones humanos, Hincapie Sanchez consideró que es necesario hacer una revisión de la misma, porque mantiene una visión antropocéntrica muy fuerte, es decir, sólo se piensa en los seres humanos y se dejan desprotegidas otras especies.

“Nos encontramos en un punto de la vida en la que ya no valdría solamente pensar en el bienestar de los seres humanos porque el del ecosistema y de las otras especies repercute de manera directa en el de los seres humanos. Entonces, esta declaración tendría que revisarse y reconsiderarse para también vigilar los derechos de otras especies y no únicamente de las animales, sino también de las plantas.”

Por otra parte, la investigadora universitaria aseguró que en las futuras investigaciones biomédicas no se puede descartar el uso y la utilidad de la inteligencia artificial, cuya capacidad y potencial aún no se conoce del todo, pero podría ayudar a desarrollar modelajes y proyecciones sobre un biológico en términos matemáticos para determinar qué es lo que puede pasar con cada una de las especies, después de las modificaciones que se realizan en el proceso de clonación.

Entonces, “no obstante, si seguimos pensando en ella como ese monstruo desmedido al que todos estamos nutriendo de forma constante y le damos como más autonomía haciéndola pensar en términos morales, éticos y culturales, podríamos perder el manejo de ella misma”.

Diferentes velocidades

Jennifer Hincapie agregó que normalmente la biomedicina y los avances científicos van a una velocidad mucho más acelerada que las ciencias humanas, el derecho o las leyes, por lo que para poder conciliar el desarrollo de la investigación científica con las cuestiones éticas y morales, se debe tener presente en todo momento la bioética desde la formación universitaria, de tal forma que cuando se encuentren en un laboratorio tengan clara esa conciencia bioética y entiendan que, lo que están buscando es el progreso de la humanidad y el reconocimiento académicos.

Las universidades tienen un papel fundamental y preponderante en el que los académicos tienen la obligación de darles a sus alumnos las herramientas formativas suficientes, no sólo para que desarrollen una buena formación científica, sino que además cuenten con los criterios necesarios para una reflexión ética permanente, concluyó.

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