“La crítica de la universidad pública, fundada en el conocimiento”

El Consejo Universitario de la Universidad Veracruzana (UV) otorgará el doctorado honoris causa a Imanol Ordorika Sacristán “por su amplia y destacada trayectoria académica y profesional”, tras ser avalado por dicho órgano en su sesión ordinaria del pasado 31 de marzo.

El 19 de mayo, en una sesión solemne del Consejo que se desarrollará en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario, se le entregará dicha distinción. Ordorika es director general de Evaluación Institucional de la UNAM, donde cursó la licenciatura en Física. Tiene el doctorado en Ciencias sociales y Educación por la Universidad de Stanford.

Cuenta en entrevista que se siente halagado y orgulloso por la distinción. Su participación en un movimiento estudiantil que tuvo mucha presencia, y dio visibilidad a varios de sus integrantes, “produce un fenómeno medio extraño en distintos sectores universitarios y académicos” que podrían pensar que su trayectoria terminó con el movimiento estudiantil.

“En realidad tuve la oportunidad de ligar a ese movimiento con una trayectoria académica de ya 37 años en la UNAM. Y he tenido distintos reconocimientos de universidades del extranjero, pero éste, de una universidad tan importante como la Veracruzana, pone en la mesa el hecho de que soy un académico en toda la extensión de la palabra”.

De la física a las ciencias sociales

Estudió Física en la Facultad de Ciencias, y sobre el final de la carrera sus intereses cambiaron hacia la educación superior y las ciencias sociales.

“Fui a Estados Unidos a la Universidad de Stanford a hacer la maestría en Educación, primero; y después seguí con estudios de Ciencias Sociales y Educación, en el doctorado, y una maestría en Sociología. Desde el momento que tuve que elegir el tema de mi tesis doctoral tenía muy claro que yo quería hacer estudios de sociología política de la educación superior”.

Ha abordado el estudio de la autonomía universitaria, los sistemas de admisión de estudiantes, el impacto de los rankings en las instituciones de educación superior en México y en el mundo, y ha dedicado una importante cantidad de tiempo al estudio de los movimientos sociales que ocurren dentro y cerca de la educación superior, en particular de los movimientos estudiantiles.

Considera que “el papel de las universidades públicas, y en particular de la UNAM, es hacer un ejercicio permanente de crítica fundada en el conocimiento: no una crítica sesgada que está buscando entorpecer alguna opción política para favorecer a otra, sino una crítica, en el mejor sentido de la palabra, para la construcción de alternativas de gobierno, de proyectos diversos, de la comprensión de los debates nacionales. Creo que nuestra Universidad tiene que desempeñar ese papel sin amedrentarse, y debe asumir que es una de sus responsabilidades fundamentales”.

Transitar de la física a las ciencias sociales “ha sido un proceso muy enriquecedor”, acota. Uno de sus maestros más queridos, el doctor Luis de la Peña, profesor emérito, y doctor honoris causa de la UNAM, le decía, al leer algunos de sus trabajos sociológicos, que la Facultad de Ciencias y la carrera de Física “me habían dado una manera distinta de hacer ciencias sociales, una forma de razonamiento más directa, más ordenada y sistemática, y una forma de comunicar los conocimientos también de una manera mucho más precisa. Y entonces creo que ha sido una experiencia complementaria muy interesante”.

Su propuesta de licenciatura fue una forma de utilizar un modelo de las ciencias sociales para explicar un problema de física. “Ahí estaba yo ya encaminándome hacia las ciencias sociales. El doctor Alipio Calles, que fue el director de mi tesis, sugirió un tema como este que me pareció verdaderamente interesante. Creo que es algo que debemos promover más en nuestra Universidad, la posibilidad de cambiar de un área de conocimiento a otra, con mucho rigor y seriedad, tratando de aprovechar lo que cada una de estas áreas te da como riqueza de una formación intelectual y académica”.