Se exhiben ejemplares de distintos países

La evolución de las revistas a través de sus estrategias editoriales

Arte y fanzines conviven en la muestra Publicaciones alternativas como espacios independientes en el Museo del Chopo

Foto: Museo del Chopo.
Publicaciones alternativas como espacios independientes es una exposición que propone un mapa de cómo se ha transformado el concepto de “revista” a partir de los años 60 del siglo pasado. Abrió sus puertas en la Galería Rampas del Museo Universitario del Chopo.

José Luis Paredes Pacho, director del Museo, menciona que es una exposición que se enfoca en la materialidad y especialidades de revistas vinculadas al arte, al mundo literario y a la poesía, pero donde también se pueden ver publicaciones callejeras o underground, como los fanzines o las revistas contraculturales. “Es un poco curioso poner a convivir estos universos que en la vida real no se tocan porque, por ejemplo, un fanzine hecho por un punk no necesariamente le interesa a un poeta o a un escritor consagrado”.

Se encuentran discrepancias, dice, pero también afinidades, “como en el caso de Diagonal Cero, publicada en Argentina por Edgardo Antonio Vigo, con un interés muy fuerte por la experimentación poética y, por otra parte, las disidencias políticas que llegaron a conformar redes muy importantes”. Esta publicación inició un intercambio con otros artistas-editores interesados en la poesía experimental, creándose una red a la que pertenecieron, entre otros, Ulises Carrión, Martha Hellion y Felipe Ehrenberg.

Cita algunas revistas más que podrán conocerse en la exposición, entre ellas ASPEN The Multimedia Magazine in a Box, surgida en 1965 en Colorado, Estados Unidos, y que publicaba Phyllis Johnson. “Es concebida como una caja, un lugar donde la revista se convierte en un objeto tridimensional, en un espacio de exhibición de semillas, bolsas de té y discos de John Cage. Cada número era editado por alguien diferente, como Dan Graham o Andy Warhol”.

A este ejemplo se suma la revista Ephemera, de Ulises Carrión, y la publicación Yerba, dirigida por Ariel Rosales, adscrita a la contracultura de los años 60; un proyecto surgido de la manera más fortuita, en formato magazine, con 48 páginas a todo color y que contenía temas hippies, un viaje alucinógeno y con una cierta estética psicodélica.

Refiere que en la exposición se tiene a la vista la emblemática publicación Piedra Rodante, un tabloide que emulaba la revista Rolling Stone de Estados Unidos, “De igual modo, mostramos materiales underground de la contracultura vinculada más a los estudiantes y a los activistas más politizados”.

Apunta que esta revisión no es sólo de los contenidos de las publicaciones, sino que además se muestran cuáles fueron sus estrategias de edición y su pulsión por trascender lo bidimensional, al hacer presentaciones en bares gay, cabarets y antros. “Son revistas que de alguna manera acompañaron movimientos de contracultura”.

“La mayoría de las revistas que se exhiben procuraron en su momento comunicar sus propias ideas sin mediaciones mercantiles. Prevaleció la urgencia de expresarse con una perspectiva reflexiva y crítica en términos estéticos, políticos y sociales. Eso fue precisamente lo que unió sus posturas y distintas estrategias”, comenta Paredes Pacho.

Agrega que dichas publicaciones independientes “surgieron por la necesidad de generar su propia narrativa y visión de su campo cultural: crearon sus propios códigos”.

Underground en México

La exposición establece equivalencias y contrastes con las publicaciones autoeditadas llamadas fanzines, que ocupan un lugar importante dentro de las culturas underground en México. Ediciones alternativas como espacios independientes reúnen objetos que contribuyeron a modificar el concepto de arte y cultura y que incidieron en la cotidianidad y espacialidad de sus comunidades.

Por último, Paredes Pacho afirmó que para el visitante a la exposición será novedoso hallarse con algunas rarezas, pero que sobre todo le será ampliamente divertida esta experiencia, que se logra gracias a la curaduría de la artista visual y gestora Magali Lara.

Con esta exposición, que permanecerá abierta hasta el 23 de febrero de 2024, el Museo Universitario del Chopo se acerca a diversos impresos que marcaron toda una época y que abonaron a una lectura crítica de toda una generación de jóvenes contestatarios.

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