La filosofía en tiempos de COVID-19
¿Qué papel tendría que jugar en esta crisis sanitaria global? ¿Qué nos puede aportar para mejorar la realidad?
¿Hemos hecho algo mal los humanos para que la pandemia ocasionada por el coronavirus Covid-19 nos tenga en jaque a nivel mundial, o ésta es sólo y exclusivamente resultado de un proceso natural inevitable?
De acuerdo con Paulette Dieterlen Struck, investigadora del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, los humanos sí hemos hecho muchas cosas mal que han contribuido de manera definitiva para que ahora nos encontremos amenazados como especie por el Covid-19.
“Desde hace tiempo, nos hemos metido muchísimo con la naturaleza. La explotación inmoderada de los recursos naturales, la contaminación tanto de la atmósfera como de ríos, lagos y mares, la destrucción de los ecosistemas, el manejo y consumo de animales silvestres… no pueden traer como consecuencia sino situaciones como la presente. Por otro lado, me parece también que vivimos en ciudades con una monstruosa densidad poblacional y en espacios muy reducidos, donde apenas cabemos. Así pues, en la medida en que estamos más cerca unos de otros, somos más propensos al contagio de microorganismos”, dice.
Si bien Dieterlen Struck no puede afirmar que haya una relación causal entre la aparición de la pandemia por el Covid-19 y la desigualdad social que impera en gran parte del mundo, sí está convencida de que dicha pandemia es, en muchos aspectos, la manifestación clara del fracaso del capitalismo.
“Nuestras sociedades están condicionadas a ejercer un consumo irracional. Los centros comerciales brotan por todos lados… Ahora bien, debemos considerar que 75% de los productos que se venden no son necesarios. Entonces, cuando una pandemia como la actual nos obliga a dejar de consumir y a recluirnos en nuestras casas, todas las estructuras sociales comienzan a derrumbarse. Es decir, más que ciudadanos, somos consumidores. Esto es algo que tenemos que repensar. Actualmente estoy haciendo una investigación sobre la relación del mercado y la moral, y he llegado a la conclusión de que es urgente que pongamos límites morales al mercado, el cual se relaciona con la destrucción de la naturaleza y el hacinamiento en que vivimos”.
¿Para qué la filosofía?
En la escuela nos enseñaron que la palabra filosofía proviene del griego y que significa “amor a la sabiduría”. Sin embargo, esta definición resulta muy abstracta. ¿Qué papel tendría que jugar la filosofía en esta crisis sanitaria global? ¿Qué nos puede aportar para mejorar la realidad?
Al respecto, la autora de los libros Sobre los derechos humanos, Marxismo analítico. Explicaciones funcionales e intenciones, Ensayos sobre justicia distributiva y La pobreza: un estudio filosófico, apunta: “Creo que una disciplina tan abstracta como la filosofía tiene que ser aplicada justamente a los problemas reales. Debería ayudarnos a ver el daño que nos está causando sustituir una idea muy fuerte como la de ciudadanía por una idea muy débil como la de consumidores. Asimismo, podría mostrarnos que el hecho de permanecer encerrados en casa no obedece a una actitud egoísta, ni mucho menos, sino a una actitud solidaria con los otros. Si yo estoy aquí, en casa, cuidándome, es porque también tengo la intención de cuidar a las demás personas. No olvidemos que sólo juntos podremos vencer esta pandemia.”
La difícil situación por la que estamos atravesando nos ha puesto a prueba como especie. Con todo, la filósofa universitaria es optimista: espera que, al retomar nuestra vida normal, surga entre nosotros un sentido de la comunidad más fuerte, más sólido.
“Así lo espero porque es de vital importancia que nuestras sociedades sean menos egoístas y más justas y solidarias”, finaliza.
Recuadro:
La frase
“En zonas tropicales se han destruido manglares para levantar edificios de superlujo… Éste es un ejemplo de las innumerables cosas que los humanos hemos hecho mal”
Paulette Dieterlen Struck
Investigadora del Instituto de Investigaciones Filosóficas
de la UNAM