Programa México 500 UNAM

La historia no admite discurso único; debe disentirse, ser plural

Raquel Urroz y Úrsula Camba dialogaron en la mesa Narrativas de la Memoria. Leer y Escribir la Historia

La exigencia de pedir perdón por la Conquista de México resulta peligrosa por ser un discurso único, totalitarista en tanto que no permite la disensión y que, además, abreva más de la ideología y maniqueísmo que de las fuentes historiográficas, coincidieron las historiadoras Raquel Urroz y Úrsula Camba durante la mesa de diálogo Narrativas de la Memoria. Leer y Escribir la Historia.

La charla formó parte del Programa México 500 UNAM y fue organizada por la Cátedra Extraordinaria José Emilio Pacheco de Fomento a la Lectura y la Casa Universitaria del Libro.

“Creo que necesitamos abrirnos al diálogo, a comprender otras formas de explicar el pasado para no caer peligrosamente en esta ideología que, en aras de pedir perdón al pasado, se la pasa cancelando al presente y a cualquiera que disienta de esos marcos teóricos muy rígidos que se basan en el mea culpa, pero que tienen poco análisis de fuente, que están muy metidos en la ideología y poco en los contextos”, criticó en su turno Úrsula Camba, en relación a la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador de que la corona española pidiera perdón por los hechos ocurridos hace siglos.

Sobre el punto, Raquel Urroz exhortó no sólo a basarse en fuentes historiográficas, sino a considerar la pluralidad de ellas, a fin de tener un panorama más completo del proceso histórico.

Fotos: Dirección de Literatura.

Escritos y formatos

En otro tema, las especialistas conversaron sobre el trajinar de los escritos prehispánicos y coloniales que aún se conservan, así como de su contenido, elaboración y destino. Y es que algunos códices prehispánicos fueron quemados o destruidos durante la Colonia, con lo cual se perdió conocimiento invaluable.

Urroz abordó el caso de Diego de Landa, conquistador de Yucatán conocido por haber quemado códices.

“Hay historias entrañables porque De Landa, ya de viejito, se había encariñado pues ya se habían tendido estos puentes hasta de afecto, y entonces se arrepiente de todo lo que había quemado. Y así es como nace el texto Relación de las cosas de Yucatán. Es interesante porque primero quema los códices con esta religiosidad militante de destruir y luego hace el registro de la cultura maya”, contó.

Sobre los códices, Urroz también mencionó la variedad de formatos. “Algunos vienen en formas de rollos, planos, libros, tiras o lienzos, algunos son de papel amate, otros de maguey”.

Algunos códices y los libros posteriores, hizo notar Úrsula Camba, sí fueron tratados con cuidado con la intención de que fueran conservados de la mejor manera.

“Ahora nosotros tenemos libros en todas las ediciones posibles, en todos los formatos, electrónicos, físicos, pocket books, baratos, caros, de tapa, de pasta, pero antes no y tenían que durar mucho tiempo”, ironizó.

Camba enfatizó también en las diferencias de estilo entre los conquistadores que reportaban sus actividades a la corona española, pues unos tenían mayores recursos literarios que otros.

“Los textos de Hernán Cortés me parecen aburridos. Si yo escogiera un libro para que leyeran en secundaria o prepa, elegiría siempre Bernal Díaz del Castillo que es, a mi parecer, mucho más literario”, finalizó.

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