Adultos mayores, discriminados tecnológicamente en los bancos
Son quienes menos utilizan los servicios bancarios. Este sector de la población le asigna menor valor a estos servicios y prefiere usar los servicios financieros tradicionales, como cajas de ahorro familiares o guardar su dinero “bajo el colchón”.
La doctora Violeta Rodríguez, especialista del Instituto de Investigaciones económicas de la UNAM, explica en qué consiste la inclusión financiera: “Se trata del acceso de la población a los servicios que ofrecen las instituciones financieras, por ejemplo bancos y aseguradoras”. La investigadora considera fundamental garantizar la inclusión financiera a los adultos mayores, pues los servicios financieros modernizados hoy vigentes, permiten acceder a los medios de pago de manera más fácil y en forma remota.
Tomando en cuenta las dificultades que esta población tiene para desplazarse, a su criterio es importante que cada persona pueda hacer uso de esos servicios en condiciones de igualdad frente al resto de la sociedad. Rodríguez del Villar destaca que en un contexto de pandemia como el actual, las instituciones financieras consideran la edad como un aspecto diferenciador en la forma de brindar servicios para todas sus operaciones.
“Cuentan con cajas exclusivas, destinadas a la atención de los adultos mayores y personas en condiciones distintas. Sin embargo todavía deben adecuar sus plataformas digitales a los requerimientos propios de los adultos mayores, pues generalmente concurren a los bancos acompañados de una persona de su confianza ya que desconocen cómo acceder a los servicios financieros en forma autónoma”, señala la doctora Rodríguez.
La investigadora afirma que la pandemia estableció la obligatoriedad de la inclusión financiera para los adultos mayores, pues durante el semáforo rojo en varias instituciones bancarias se prohibió su ingreso. Por lo tanto debieron operar mediante plataformas digitales o de manera telefónica, sin contar con las herramientas ni la capacitación necesaria en la mayoría de los casos.
Una deuda pendiente
“El compromiso de las instituciones financieras con este sector de la población no es real, pues no se trata del centro de su negocio. Los bancos apuestan a trabajadores económicamente activos, con ingresos suficientes para soportar por ejemplo créditos de cierta magnitud, desde siempre restringidos a las personas de la tercera edad”, asegura.
En ese sentido la experta enfatiza la necesidad de implementar urgentes políticas públicas, que garanticen a los adultos mayores una inclusión financiera adecuada, tomando en cuenta sus niveles de ingresos, sus condiciones de salud y calidad de vida. La doctora Rodríguez apunta que ante la falta de campañas enfocadas en la educación financiera hacia este grupo de la población, son evidentes las dificultades para manejar la banca electrónica de manera segura y eficiente.
Por ello la doctora en economía considera indispensable mejorar la accesibilidad a las plataformas digitales, de lo contrario la tecnología se convierte en una barrera para lograr la inclusión financiera de los adultos mayores. Explica que en esta coyuntura particular, están en juego generaciones que nunca antes incorporaron esta tecnología, tampoco aprendieron a utilizarla durante su juventud y de todos modos se ven obligadas a manejar diferentes aplicaciones sin saber cómo hacerlo.
El analfabetismo tecnológico, un obstáculo difícil de sortear
La falta de educación financiera por parte de las instituciones y del gobierno hacia los adultos mayores, genera una exclusión del sector que abrumado por un evidente desconocimiento de la tecnología, prefiere no acceder a los servicios financieros o en todo caso recurre a su persona de confianza, cuya figura carece de reconocimiento legal y esto complica el panorama.
La doctora Rodríguez es categórica al respecto: “La educación financiera todavía es una materia pendiente en el sistema educativo mexicano, pues aún cuando los niños y jóvenes de futuras generaciones ya no sean analfabetos tecnológicos, esto no garantiza que tengan un conocimiento pleno de las cuestiones financieras”. Hoy la sociedad requiere campañas educativas de divulgación del uso de plataformas tecnológicas especializadas en los aspectos económicos, para avanzar hacia una inclusión financiera real y efectiva de toda la población.