La migración de especies va más allá del cambio climático

Una situación multifactorial de cambio global pudo llevar a un grupo de osos polares a invadir una isla en Rusia, asegura el doctor Enrique Martínez Meyer del Centro del Cambio Global y la Sustentabilidad AC.

La invasión de 52 osos polares a una isla en Rusia, puede ser una situación multifactorial de cambio global, y no sólo de cambio climático, asegura el doctor Enrique Martínez Meyer del Centro del Cambio Global y la Sustentabilidad AC.

Es de llamar la atención, comenta el investigador, que son muchos osos, porque estos animales normalmente son solitarios y se pueden ver en grupos mayores cuando hay fuentes de alimentación masiva. Por ejemplo, si una ballena encalla y muere, los osos se acercan a comer de la ballena. En este caso es una combinación de factores, aunque bien es cierto que el hábitat de su preferencia para la cacería (hielo) se ha reducido, porque es en la parte sur de este archipiélago ruso donde el proceso de deshielo es más acelerado que en la parte norte, esa es una posibilidad. La otra es que hayan detectado alimento de fácil adquisición en el poblado, por ejemplo los basureros, y eso también los atrae. Podría tiene que ver más con una situación de varios factores no nada más el cambio climático.

Migrar es una de las respuestas que tienen las especies ante los cambios en el ambiente, incluido el cambio climático. Es una respuesta bastante común, sin embargo, no es sólo el cambio climático. Tendemos a encontrar la explicación de los fenómenos echándole la culpa o como una única evidencia a alguno de los factores, en este caso específico de los osos y de su presencia masiva en Siberia como consecuencia de cambio climático. Suena atractivo pero puede no ser el caso. El concepto de cambio global es más apropiado. El cambio global es una multitud de factores que están provocando un cambio acelerado en los procesos naturales y que le dan estabilidad al metabolismo de la tierra. Entonces el cambio climático, por supuesto, es uno de ellos, pero hay otros. Lo importante es entender las causas del cambio y para conocer, para saber en qué magnitud los diferentes factores que están actuando, comenta Martínez Meyer.

Este fenómeno de los osos que migran sí puede ser una señal de alerta, pero hay que entender si este fenómeno es una cosa solamente momentánea o ya es un proceso sintomático de un cambio ambiental profundo. Si esto es un evento esporádico que se dio por la conjunción de factores específicos de este momento y de ese lugar. Por ejemplo, una reducción de focas, por alguna razón que no sabemos, o es que en realidad que el hábitat ya está tan degradado para los osos en este caso; entonces sería una alerta, ya no temprana, pero coloca a los osos como centinelas del cambio climático, ellos son los que están visiblemente sufriendo las primeras consecuencias en ese lugar, añade el investigador.

El panorama en México

En México, los ambientes naturales que se están viendo más afectados son los de clima más frío, es decir, las zonas altas de las montañas. Porque la tendencia es al calentamiento, entonces las zonas frías se reducen, mientras que las zonas calientes son las que se expanden. Las montañas son particularmente sensibles pero hay otros ecosistemas que también son muy sensibles, por ejemplo, en montaña media en las zonas que se llaman como bosques nubosos o bosques mesófilos de montaña, son ecosistemas muy particulares donde existe la lluvia horizontal, es decir, la neblina. Todos los días o casi todos los días del año, en las tardes, hay neblina. Esos bosques también se ven en alto riesgo porque uno de los efectos del calentamiento global pues es el cambio en los patrones de lluvia y de humedad, asegura el experto en cambio global.

Martínez Meyer comenta también que estos bosques están perdiendo humedad, algunos de ellos en México que están distribuidos desde, en las montañas, Tamaulipas, en Veracruz en el Golfo de México y Jalisco, Nayarit, Oaxaca en Chiapas por el lado del Pacífico. Estos bosques están muy restringidos en su extensión territorial, entonces sufren por la reducción de humedad en el ambiente. Los grupos más sensibles son los anfibios como las salamandras y las ranas, especies que requieren de alta humedad y ante la reducción se ven muy afectados.

En las zonas altas, las zonas de alta montaña, las especies que están muy especializadas a los ambientes alpinos, también, por ejemplo, una especie carismática y muy conocida que podría estar sufriendo estas consecuencias es el teporingo, en la zona del centro del país, comenta.

Sobre si hay alguna forma de revertir el problema, el doctor Martínez señala que no se puede revertir la inercia que ya llevan los procesos de cambio. Tomaría décadas o siglos en revertir el proceso de calentamiento si es que esa es la causa de este fenómeno. Lo mismo ocurre con otros factores de degradación del ambiente; hay los que son más fáciles de atacar, como la deforestación en los ámbitos terrestres, a través de políticas públicas, de educación ambiental. Una de las respuestas de las especies cuando hay un cambio ambiental y las condiciones se vuelven desfavorables en ese sitio es migrar; entonces favorecer ese movimiento, es una de las estrategias, termina el investigador.

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