La persona adulta mayor y sus cuidadoras (es): un reto inmediato

Visibilizar los cuidados implica, sin duda, un compromiso para coadyuvar en los retos que las familias enfrentan día a día para su provisión en condiciones de salud, enfermedad y en cualquier etapa de la vida

Hoy por hoy, el cuidado es materia de atención prioritaria en México y el mundo. Su provisión es el recurso más inmediato, continuo y casi natural con el que se cuenta para incidir en la morbilidad de un país y asegurar la salud del tejido social.

Visibilizar los cuidados implica, sin duda, un compromiso para coadyuvar en los retos que las familias enfrentan día a día para su provisión en condiciones de salud, enfermedad y en cualquier etapa de la vida.

La Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) implementada por el INEGI en 2022, plantea áreas de oportunidad para la investigación e intervención interprofesional desde las ciencias de la salud, en donde enfermería tiene un rol trascendental, a partir de la información sobre la demanda de cuidados en el hogar y las personas que los brindan.

Las personas adultas mayores suelen considerarse como un grupo vulnerable porque son más propensas a padecer problemas de salud física y mental, necesitan apoyos y cuidados para realizar sus actividades cotidianas, experimentan aislamiento y soledad, y enfrentan dificultades para acceder a servicios, sea por limitaciones físicas o barreras tecnológicas. Es frecuente que padezcan algún tipo de discapacidad y que requieran de cuidados específicos en cuanto a forma, tiempo y duración, responsabilidades que recaen en algún integrante de la familia, usualmente mujeres: cónyuge, hermanas o hijas. Según la ENASIC, 7 de cada 10 personas cuidadoras de la población de 60 años o más fueron mujeres. Esta situación genera desigualdades significativas en cuanto al acceso y posicionamiento en el mercado laboral de estas mujeres, en comparación con los hombres. Esto, además, se suma a las afectaciones propias derivadas de las labores de cuidado como el impacto a la salud física y emocional, y a sus relaciones sociales y familiares.

De acuerdo con los datos de la encuesta, en 2022 nuestro país contaba con 128.8 millones de personas, de las cuales casi 20 millones correspondieron a mayores de 60 años, equivalentes al 15% de la población total. La atención de este grupo etario implica retos presentes y futuros para la atención de su salud física y mental, ya sea por parte de sus familias-cuidadoras(es) o del sistema de salud en su conjunto.

Hay que resaltar el que 17 millones de personas mayores de 60 años fueron susceptibles de recibir algún tipo de cuidado, pero −según reveló la ENASIC− 8 de cada 10 personas no recibieron los cuidados requeridos. Esta situación podría agravarse por el hecho de que hay 2.5 millones de hogares unipersonales, es decir, residentes de 60 años o más que viven solos.

Además, mediante un análisis basado en cálculos propios, se identificaron tres resultados relevantes: (i) los hogares con residentes de 60 años o más, especialmente aquellos ubicados en niveles socioeconómicos bajos y susceptibles de necesitar cuidados, reportaron gastos de bolsillo en servicios de enfermería y/o cuidados; (ii) el gasto de bolsillo promedio en estos servicios fue 12 veces menor en comparación con aquellos ubicados en el nivel socioeconómico más alto ($500 vs $6,200 pesos), pero con mayor impacto al gasto interno de la familia, y (iii) 8 de cada 10 personas de 60 años o más susceptibles de recibir servicios de enfermería y/o cuidados que reportaron contar con algún esquema de aseguramiento (seguridad social o seguros privados) no recibieron los cuidados requeridos, lo que los expone a un alto grado de vulnerabilidad.

El financiamiento de los servicios de enfermería y/o cuidado a partir de los recursos propios de las familias (gasto de bolsillo), especialmente en el caso de las más vulnerables, es la forma más ineficiente de satisfacer una necesidad sentida. No solo las expone a gastos excesivos (catastróficos o empobrecedores) sino que también profundiza las desigualdades en el acceso a este tipo servicios. Desafortunadamente nuestro país no cuenta con espacios institucionales suficientes de protección social o sistemas de cuidados para satisfacer las necesidades de la población.

En esta coyuntura, es necesario incluir el tema de cuidados en población adulta mayor como parte de la agenda política nacional. Esto nos obliga a proponer, desde diversos niveles y ópticas, una cultura de envejecimiento saludable con protección financiera. Para ello es necesario pensar en tres vertientes fundamentales: Primero, el diseño de estrategias en salud y cuidado que permitan incidir de manera temprana en la persona adulta mayor para el mantenimiento y conservación de sus funciones básicas, promoviendo su independencia y autocuidado. Segundo, el desarrollo de acciones para acompañar, educar para la salud y capacitar a las y los cuidadores familiares en el marco de una nueva y novedosa legislación que reconozca su labor y garantice sus derechos. Tercero, el fortalecimiento institucional o la creación de nuevas instituciones públicas a la luz de un sistema de cuidados o de protección social que inhiba el uso del gasto de bolsillo como fuente complementaria de financiamiento.

En la Universidad es urgente impulsar proyectos de impacto social en donde las disciplinas ofrezcan, desde su corpus, acciones resolutivas efectivas, con una perspectiva de género inclusiva y culturalmente pertinente, alineadas a las políticas nacionales en salud. Estos proyectos podrían contribuir a la construcción de sinergias de largo aliento en beneficio de las personas de este México que envejece inexorablemente y que requiere acciones contundentes que mitiguen de manera efectiva esta realidad avasalladora en donde el tiempo merma las funciones del cuerpo.

De este modo, la Enfermería Universitaria, a través de la investigación y la formación de recursos humanos en salud, se posiciona como una opción de probada eficacia para diseñar intervenciones educativas y de apoyo para las y los cuidadores familiares, lo que sin duda contribuiría a mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas adultas mayores.

Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC, 2022). INEGI, México; 2022. Disponible en: inegi.org.mx/programas/enasic/2022

*Dra. Rosa María Ostiguín Meléndez y Mtro. Sergio Sesma Vázquez,
Facultad de Enfermería y Obstetricia

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