La polémica del hiyab en París 2024
La prohibición a atletas musulmanas de Francia para competir con esa prenda ha sido calificada de “discriminatoria”
En Francia, la tensión interna ha escalado debido a diversas controversias que envuelven al gobierno de Emmanuel Macron. En este contexto, resurge con fuerza el debate acerca de la prohibición, para las atletas francesas musulmanas, del uso del hiyab durante las competencias (en la Villa Olímpica sí pueden usar la prenda), una medida que ha sido calificada de discriminatoria y que se enmarca en una discusión más amplia sobre la laicidad y la identidad religiosa..
Más allá de los distintos conflictos externos que son contemporáneos a la edición número 33 de los Juegos Olímpicos, las cosas a nivel interno también están tensas. En los últimos meses, el gobierno francés se ha visto envuelto en diversas polémicas que generan incertidumbre sobre el clima social en el que se desarrolla el magno evento deportivo.
Desde protestas exigiendo mejores derechos laborales por parte de cuerpos de seguridad y agricultores, hasta aquellas en solidaridad con Palestina o incluso reclamando la excesiva inversión realizada para ostentar la competencia olímpica, el pueblo francés hace escuchar su insatisfacción.
Otro tema que ha despertado una fuerte discusión es la prohibición del uso del hiyab en atletas francesas musulmanas. De acuerdo con Moisés Garduño García, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), el tema tiene tintes discriminatorios y políticos que se encubren bajo la laicidad.
“En los últimos años se ha hecho frecuente que la vestimenta y el aspecto de los musulmanes sean motivo de estereotipos a nivel mundial, sobre todo después de los ataques del 11 de septiembre que sufrió Estados Unidos. Entonces, ciertos aspectos de la gente vinculada a esta cultura generan incomodidad en los gobiernos, porque los relacionan inmediatamente con el terrorismo e incluso hay actos de racismo por ese factor. Pero hay una interpretación mal encausada en torno al hiyab y lo que significa para las mujeres en varios países, aunque en este caso el foco es Francia”.
Garduño García indicó que para las mujeres el hiyab no es sólo una prenda de vestir, sino que también es una expresión de identidad religiosa y de empoderamiento. Recordó que la escritora marroquí Fatima Mernissi, importante defensora de los derechos de las mujeres en el mundo árabe e islámico, decía que el uso del hiyab debía ser permitido porque ningún gobierno puede decidir sobre el cuerpo de una mujer. Por tanto, el especialista universitario no comparte que el gobierno francés tenga una visión estrecha, rechazando la diversidad y atacando injustamente a las musulmanas francesas que usan esta vestimenta.
“El gobierno francés atenta contra los propios principios con los que se creó. Esta narrativa de conservar la seguridad impulsando leyes discriminatorias difiere mucho de los valores de solidaridad, libertad de expresión y fraternidad que adquirieron tras la Revolución francesa. Están poniendo en tela de juicio esos ideales por una mala interpretación de los símbolos. Es un radicalismo que afecta la libertad de expresión y credo, pero que a la vez pone en duda esa separación de Estado e Iglesia en Francia”, afirmó.
Si bien los Juegos Olímpicos han sido el escenario perfecto para que a nivel mundial se haga visible este tema, las mujeres musulmanas han sufrido estas medidas discriminatorias desde hace tiempo. Por ejemplo, el año pasado la Federación Francesa de Futbol decidió no ajustar los horarios de comidas y entrenamientos durante el ramadán, y en 2022 la Federación Francesa de Baloncesto estableció: “Queda prohibido el uso de cualquier equipamiento con connotación religiosa o política en todos los niveles y para todas las categorías del baloncesto”.
El experto de la FCPyS destacó que estas y otras acciones son “un avance de las políticas de derecha en función de una islamofobia que, lejos de dividir, une. Además, se refuerza la idea de que en los próximos años habrá una marea musulmana en Francia que tendrá efectos negativos, y no es así; actualmente esa población sólo alcanza el 8 %, y para 2050 apenas llegará al 14 %. Es una narrativa de atraso porque la laicidad está chocando con la libertad de credo y expresión”, señaló.
“Esta situación no se limita a Francia, sino que Estados Unidos, Inglaterra y Alemania también están impulsando este tipo de ideas, y quienes pagan las consecuencias son los migrantes, sobre todo los musulmanes. La derecha francesa no cree en la diversidad cultural y, aunque en los Juegos Olímpicos haya un escenario multicultural, mucho temo que después de esto la situación seguirá igual: una disputa entre aquellos nacionalistas conservadores y los que aceptan la pluriversidad cultural como una forma de vivir en un Estado democrático y secular”, agregó.
Para el gobierno de Macron es fundamental que los Juegos Olímpicos sean un éxito, puesto que actualmente tiene una baja popularidad. Y este escaso apoyo es, en la opinión de Garduño García, una razón del respaldo a medidas con tendencia derechista como la prohibición del hiyab a las atletas francesas. “El presidente avala este tipo de leyes para tratar de ganar más popularidad entre los sectores que todavía no se definen entre él y la derecha”, concluyó.