Celebran 40 años de la Reserva Ecológica
La REPSA, patrimonio biocultural único en el mundo
En la Facultad de Ciencias el festejo consistió en siete conferencias y una exhibición de carteles
Para destacar la importancia ecológica y académica de un área única del sur de Ciudad de México, ubicada dentro de CU, donde prevalece el ecosistema natural del Pedregal con su flora y fauna nativas, la Facultad de Ciencias (FC) organizó el evento Celebrando 40 años de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA).
Se trató de una serie de siete conferencias y una exhibición de carteles, donde se profundizó sobre el origen y retos en este espacio universitario de conservación, investigación y difusión.
Según su página electrónica, la REPSA representa el 30 % del campus central universitario y está incluida en el área de amortiguamiento nivel 1 del Patrimonio Mundial de la Unesco a partir de 2007.
Es la única reserva de Ciudad de México y se ubica dentro de CU, donde ocupa 737 hectáreas del ecosistema originario del Pedregal.
“Estamos muy contentos de que la Facultad de Ciencias sea el lugar en el cual se realicen estas charlas. Es muy importante porque aquí empezó este esfuerzo y va a perdurar a lo largo de muchos años”, señaló durante la inauguración el director de la entidad, Víctor Manuel Velázquez Aguilar.
Ante Silke Cram Heydrich, secretaria ejecutiva de la REPSA e investigadora del Instituto de Geografía; Silvia Castillo Argüero, profesora de la FC y coordinadora del evento; Jorge Arturo Meave del Castillo e Irama Núñez Tancredi, ambos académicos de la FC, el director de la entidad sostuvo que nuestro planeta está sufriendo por diferentes causas que tienen que ver con su complejidad, como el cambio climático o la preservación de bosques y selvas.
En el Auditorio Carlos Graef Fernández del conjunto Amoxcalli, añadió que “esta carrera, como muchas que ha tenido la humanidad a lo largo de su existencia, es emblemática, pues es una carrera por la supervivencia y la preservación”.
El funcionario reconoció el esfuerzo que hace la UNAM por mantener este espacio, pues se trata de un patrimonio natural y biocultural único en el mundo, con un paisaje volcánico con ecosistemas inigualables. Desde 1983, la REPSA es área natural protegida a cargo de la Universidad Nacional.
Mil 500 formas de vida
La UNAM tiene como funciones sustantivas la investigación, la docencia y la divulgación, tres acciones que se promueven en la REPSA, comentó en entrevista Silke Cram Heydrich.
“En estos tiempos de desastres, cambios y de cómo nos está afectando el daño planetario como humanidad, es importante que la Universidad Nacional mantenga su compromiso durante 40 años de conservar la REPSA y esté incluso dispuesta a aumentar su territorio, pues desde 1983 hasta 2005 hubo reestructuraciones que ampliaron la extensión de la Reserva”, señaló.
Dijo que hay otros pedregales dentro del campus que mantienen el ecosistema nativo de Ciudad Universitaria y vale la pena conservarlos, pues cualquier ecosistema originario es invaluable. “El derrame lávico de esta zona ocupó alrededor de 80 kilómetros cuadrados, y hoy más del 60 % está urbanizado. ¿Qué nos queda? Apenas 2.37 kilómetros cuadrados”, comentó.
Cram Heydrich afirmó que 40 años de la REPSA “dan esperanza, porque la UNAM está apoyando esa iniciativa”, pese a las necesidades de la propia institución por contar con regiones construidas y las zonas verdes jardinadas, que ya han sido modificadas.
“La Reserva Ecológica mantiene el ecosistema original y la vida silvestre. A veces se nos olvida que los seres humanos formamos parte de esa vida. La devastación de los ecosistemas originarios significa nuestra propia destrucción”, aseguró.
La especialista recordó que la REPSA tiene un registro de 1,500 formas de vida. “Es el ecosistema más diverso del Valle de México, y quizá de la República. Es único porque alberga una altísima biodiversidad simplemente por la geodiversidad y los microambientes que contiene”, detalló.
Hay especies de zonas secas, de alta montaña, de regiones húmedas. “Mucha variabilidad por lo especial y diverso de este sustrato volcánico”, precisó.
Las 1,500 formas de vida registradas son plantas y animales. “No se conoce casi nada de hongos (sólo algunas especies), ni de bacterias y otros microorganismos que aumentarán muchísimo la biodiversidad; son aún una caja negra”, reveló.
Estos datos se compilan en múltiples investigaciones y trabajos de campo que son frecuentes como actividad cotidiana de la REPSA, donde existen “aulas vivas”.
Señaló que en la REPSA quieren unir las acciones de conservación con las actividades sustantivas de la UNAM, pues no son entes separados, sino sitios con enorme potencial para la investigación, la docencia y la divulgación.
Para completar la conmemoración, en el vestíbulo del conjunto Amoxcalli se presentó una muestra de carteles alusivos a algunas investigaciones que se realizan en este territorio único y diverso de la UNAM.