Las cenizas de Octavio Paz, a San Ildefonso
Acuerdo de la UNAM y las secretarías de Cultura, federal y capitalina, al que se adhirió El Colegio Nacional
Las cenizas de Octavio Paz serán depositadas en el Antiguo Colegio de San Ildefonso debido a la cercanía que mantuvo el Premio Nobel de Literatura mexicano a lo largo de su vida con dicho recinto, en el que estudió cuando era sede de la Escuela Nacional Preparatoria.
Por acuerdo entre la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, la Secretaría de Cultura federal y la Secretaría de Cultura de Ciudad de México se tomó esta decisión, a la que también se ha adherido El Colegio Nacional, según se informó en un comunicado.
“Creadores y personalidades cercanas al premio Nobel, así como a las próximas autoridades culturales de los gobiernos federal y local, han coincidido en que San Ildefonso es el lugar más adecuado porque se trata de un sitio histórico abierto al público, que así tendrá la oportunidad de rendir un homenaje cotidiano al escritor.”
Junto con las cenizas de Octavio Paz también serán depositadas las de su viuda, Marie José Tramini, quien falleció el 26 de julio pasado.
Octavio Paz ingresó a la Preparatoria de San Ildefonso en 1930, hecho que, según escribió años después, marcó su vida: “En 1929 comenzó un México que ahora se acaba. La Revolución se había transformado en institución. Al año siguiente ingresé a la Escuela Nacional Preparatoria. Era espaciosa y sus columnas, arcos y corredores tenían nobleza. Otra atracción de San Ildefonso: las pinturas murales de Orozco, Rivera, Siqueiros, Jean Charlot y otros. El primer mural que pintó Rivera estaba en mi escuela. En San Ildefonso no cambié de piel ni de alma: esos años fueron no un cambio sino el comienzo de algo que todavía no termina, una búsqueda circular y que ha sido un perpetuo recomienzo: encontrar la razón de esas continuas agitaciones que llamamos historia”.
Al edificio colonial edificado por la orden de los jesuitas, Paz dedicó su poema Nocturno a San Ildefonso, en 1976, “una exaltación de la nostalgia por los años estudiantiles, una crítica a las ilusiones perdidas y los sueños justicieros de la juventud, pero, sobre todo, un canto de amor a la Ciudad de México y a su Centro Histórico, como a la historia de nuestro país y su tránsito en el siglo XX”.
Nocturno a San Ildefonso (fragmento):
El muchacho que camina por este poema,
entre San Ildefonso y el Zócalo,
es el hombre que lo escribe:
esta página
también es una caminata nocturna.
Aquí encarnan
los espectros amigos,
las ideas se disipan…