Las consecuencias de la resistencia antimicrobiana

La resistencia antimicrobiana se ha convertido en un problema mundial, el cual empeorará en los próximos años. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS): “si no se toman medidas, las enfermedades farmacorresistentes podrían causar 10 millones de defunciones anuales en 2050 y ocasionar perjuicios económicos tan graves como los derivados de la crisis financiera mundial de 2008-2009. Para 2030, la resistencia a los antimicrobianos podría sumir en la pobreza extrema hasta a 24 millones de personas”.

El organismo internacional destaca (https://www.who.int/es/news/item/29-04-2019-new-report-calls-for-urgent-action-to-avert-antimicrobial-resistance-crisis) que, al menos, “700,000 personas en el mundo fallecen cada año por enfermedades farmacorresistentes, entre ellas 230,000 a causa de la tuberculosis multirresistente”.

En nuestro país la cosa no es muy diferente debido a la alta prescripción de antibióticos. Según cifras del Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes (PUIREE) y de la Red PUCRA (Plan Universitario de Control de la Resistencia Antimicrobiana) de la UNAM, todos los años se extienden al menos 50 millones de recetas para tratar infecciones de vías respiratorias superiores con antibióticos, y de ellas el 95 % son innecesarias (https://www.gaceta.unam.mx/resistencia-antimicrobiana-un-tsunami-silencioso/).

Un punto que recalca María Guadalupe Miranda Novales, coordinadora de las actividades de la Red PUCRA, es que “se ha documentado aquí en México que en los consultorios de farmacias, cuando las personas solicitan consulta por alguna de esas enfermedades, el 90 % sale con una receta por antibiótico. Esto es grave. Si volteamos a ver que tenemos entre 25 y 30 millones de consultas anuales por una infección respiratoria aguda, sobre todo catarro común, y al 90% de estas se les prescribe un antibiótico, imagínense la cantidad de esos fármacos que tenemos repartidos en todo el país”.

Efectos

“Durante muchos años se pensó que el uso de los antibióticos era inocuo, inofensivo para el humano. Sin embargo, no es así. Al abusar de ellos, van quedando aquellas bacterias que pueden sobrevivir a su uso; estamos generando una gran cantidad de microorganismos resistentes”, sentencia Miranda Novales, y añade que los efectos no sólo aparecen cuando los medicamentos son utilizados de manera errónea.

“Los efectos adversos pueden ser a nivel de la piel, ya que podemos tener reacciones alérgicas, también los más comunes en este caso son malestares gastrointestinales (diarrea, náusea, vómito), y los más graves, un choque anafiláctico, aunque esta sería una complicación muy seria la cual se encuentra asociada al uso de penicilinas, principalmente. Lo anterior no quiere decir que cuando usamos un antibiótico todo esto ocurrirá; sin embargo, son los efectos adversos que se han enumerado relacionados al uso de antibióticos.”

La especialista en infectología indica que hay otros efectos colaterales que aparecen cuando se utiliza ese tipo de fármacos, lo cual no es necesario. Su uso, explica, afecta nuestra microbiota, que vive en equilibrio con nosotros. “Podemos tener alteraciones graves a largo plazo, como los trastornos digestivos (que pueden llegar a ser crónicos) u otra infección, causada por Clostridioides difficile, y que genera una diarrea muy grave, incluso puede llevar a la muerte”.

En comunidad

A las consecuencias individuales mencionadas hay que agregar aquellas que nos afectan en comunidad, precisa María Guadalupe Miranda, ya que de no atenderse el problema podría ser mayúsculo a futuro.

Recientemente Sally Davies, enviada especial para la Resistencia a los Antimicrobianos y exdirectora médica del Reino Unido, afirmó en una entrevista para el periódico The Guardian (https://www.theguardian.com/global-development/article/2024/may/13/superbugs-antibiotics-drugs-antimicrobial-resistance-infections-pandemics-sally-davies) que de empeorar la situación en el mediano plazo nos enfrentaremos a superbacterias que harán ver al SARS-CoV-2 como algo “menor”. Además dijo que las infecciones resistentes a los medicamentos ya matan a 1.2 millones de personas al año.

Un punto en el que coincidió Miranda Novales: “Es necesario contener la resistencia antimicrobiana mediante un esfuerzo coordinado de todos los países. El escenario en que se presenten pacientes con infecciones por microorganismos resistentes, que no recibirán un tratamiento efectivo, y que tienen que estar aislados dentro de los hospitales para no diseminar la infección a otros individuos, puede llegar a ser mucho peor que la pandemia de la Covid-19”.