Las libertades distintivas de la Unión Europea, en peligro por la ultraderecha

Su plataforma política no considera aspectos como migración y cambio climático.

Los resultados de las elecciones celebradas el domingo 9 de junio para elegir a los 705 diputados que habrán de conformar el nuevo Parlamento Europeo no alteraron de manera significativa la relación de fuerzas entre los distintos grupos contendientes, pues el Grupo del Partido Popular Europeo (EPP Group) conservó la mayoría, seguido por el Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D), Renovar Europa (RE), el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR Group) e Identidad y Democracia (ID).

Sin embargo, según Ana Luisa Trujillo Juárez, profesora adscrita al Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, sí es de llamar la atención el crecimiento y la consolidación de la derecha.

“Incluso, algunos analistas han señalado que, si se unen los dos grupos de ultraderecha –el ECR Group e ID–, podrían convertirse en la tercera fuerza dentro del Parlamento Europeo. Ahora bien, si ocurre esto, no querría decir que ambas agrupaciones tendrían capacidad de decisión sobre algunas políticas. Creo que eso seguirá correspondiendo al EPP Group y a Ursula von der Leyen, quien es líder de esta corriente política, y seguramente será reelegida como presidenta de la Comisión Europea”, agrega.

Con todo, el ascenso de estos grupos de ultraderecha sin duda es un campanazo que, por lo pronto, les ha permitido enseñar más músculo, lo cual resulta alarmante.

Al respecto, Trujillo Juárez comenta: “Hay simpatía hacia los programas y propuestas del ECR Group e ID, y esto preocupa porque ambos grupos tienen una agenda que no necesariamente es favorable a las minorías ni a la discusión del tema de la migración en términos más humanitarios. Además, su plataforma política no considera el cambio climático como una prioridad. Entonces pareciera que las libertades, que han sido un sello de la Unión Europea, podrían peligrar.”

A decir de la profesora universitaria, el ascenso de estos grupos de ultraderecha obedece a un gran descontento social que está relacionado con la pérdida de bienestar y el encarecimiento de la vida en todos los países de la Unión Europea, pero en especial en Alemania y Francia.

“Antes, los estándares de vida eran altos y la certidumbre sobre el futuro se daba por descontada. Ahora, esto se ha ido perdiendo. Podríamos argumentar que el descontento social europeo se manifestó, en buena medida, a partir de la guerra en Ucrania, cuando el incremento en el precio de los energéticos trajo una inflación. Pero lo más probable es que el origen de este descontento social se sitúe en la crisis económica de 2008, cuando se implementó un programa de austeridad muy fuerte, con recortes importantes al gasto social, y mucha gente perdió su empleo”, expresó.

“El discurso de los grupos de ultraderecha –que ya existían entonces, pero tenían poca resonancia en el ámbito político– comenzó a ser escuchado por los electores. Hoy en día, dichos partidos siguen prometiendo soluciones a todos los problemas y aseguran que los tiempos pasados fueron mejores y que parte de la debacle social de los europeos, pero en particular de los alemanes y franceses, se vincula a la apertura de los mercados, la globalización, la misma Unión Europea… Claro, este discurso resuena en los votantes que están descontentos, enojados, y que consideran que los partidos tradicionales –o aquellos que han gobernado en países como Alemania y Francia– ya no tienen la agenda que a ellos les conviene.”

Para Trujillo Juárez, este estado de cosas explica por qué los socialdemócratas están agonizando en Alemania y han desaparecido prácticamente en Francia, donde integran un partido con una escasa visibilidad.

“La votación del domingo 9 de junio resultó desfavorable para el grupo de Olaf Scholz, el canciller alemán en el poder. El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) –al cual pertenece Scholz– cayó hasta el tercer lugar, por debajo de Alternativa para Alemania (AfD), el partido más radical de este país y, quizá, de Europa. Es más, el AfD ya fue expulsado de ID, la agrupación más radical del Parlamento Europeo.”

De acuerdo con la profesora de la UNAM, la tendencia de Europa hacia la derecha no debe sorprender a nadie, ya que históricamente se ha visto que, en general, en este continente confían en los programas y propuestas de los partidos conservadores.

“Por lo demás, el discurso de extrema derecha siempre ha estado presente, sólo que ahora tiene más resonancia entre los votantes por las múltiples crisis que padecen las distintas sociedades europeas… En suma, habrá que mantenerse muy atentos a lo que sucede en el Parlamento Europeo, porque constituye un fenómeno que traspasa las fronteras y que ya configura, de alguna manera, el ‘demos europeo’, del que se hablaba mucho. Anteriormente no se veía por ningún lado, pero ya está surgiendo”, concluye.

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